LOS ASTROS SE REALINEAN, nuestra editorial de un rico fin de semana para Cristina
BEATRIZ SARLO y la teoría de la hegemonía de Laclau. Discrepamos con su interpretación
FRANCIA. ¡OIA! ¿Qué pasó? Hollande en 8 meses está en solamente 35% de popularidad
ARTÍCULO DE FONDO. La Argentina de 1910: más justa e inclusiva de lo que se cree - Por Luis Alberto Romero

LOS ASTROS SE REALINEAN: RECUPERAMOS LA FRAGATA – SCIOLI EN ACTO DE FE CRISTINISTA – LA CIUDADANÍA QUIERE OTRA JUSTICIA – LEY DE MEDIOS
De golpe, del caos surgió el alineamiento de los astros y comenzaron a girar, nuevamente, alrededor del Sol, la Presidente.
El estallido de bronca social contra el fallo de la Cámara tucumana sobre el caso Marita Verón, alineó a la población en el embate del Gobierno contra el Poder Judicial. La reforma judicial será motivo de debate en el Congreso, por un lado, y servirá de acicate para una reforma constitucional, por otro.
La Presidente sabe sacar oportunidad de fracaso, tal como lo explicamos días pasados en larga editorial nuestra sobre el basamento filosófico gubernamental en la Teoría de la Hegemonía. No muchos la leyeron y les recomiendo hacerlo para poder entender mejor en qué estamos.
El viernes, el Juez Alfonso –que el kirchnerismo había logrado instalar-, dictó la constitucionalidad de los arts 45 y 161 de la Ley de Medios, dando el primer fallo de fondo. La estrategia de la Corte de emprolijar el terreno para un fallo dio resultado y, además, favorable al Gobierno.
Si leíste la síntesis de los fallos de la Corte desde octubre de 2009 hasta la fecha, sabrás que la Corte despejó el tema del daño a la libertad de expresión y circunscribió la causa a una cuestión patrimonial en la que, en todo caso, se podrá discutir más tarde de cuánto dinero se trata en indemnizaciones. 
No es la primera vez que la Corte hace movimientos que engañan: cuando el cepo cambiario, el Presidente Lorenzetti recomendó a quienes se sintieran damnificados a recurrir a la Justicia, donde, finalmente, nadie ganó la posibilidad de comprar libremente moneda extranjera, restringiendo el ámbito de libertad al mercado negro.  La Corte Suprema intenta hacer equilibrio entre un Gobierno que quiere los puestos y el apego a la juricidad, juego en el que puede comenzar a percibir que no ganará.
El mismo día en el que Scioli en el Estadio Único de La Plata dio su credo de fe Kirchnerista, dando un segundo paso en su regreso al redil luego de asumir el PJ bonaerense acompañado de Boudou, el Tribunal del Mar dio la razón a la posición argentina y ordenó liberar la Fragata A.R.A Libertad de inmediato y sin condiciones. De pronto, el “que se queden con la Fragata” se desvanece y para alivio de todos, la Fragata vuelve a puerto y con inmunidad indudable. Más importante aún, se satisface el capricho presidencial de no ceder nada a los buitres y, ahora, a los caranchos.
Los astros, entonces, se han realineado de tal forma, que la imagen presidencial aumentará, las posibilidades de actos contrarios se debilitarán y la Nomenklatura podrá jugar con mayor libertad aquel infantil de “juguemos en el bosque mientras el lobo no está”.
¿La oposición? Ausente y ya no importa si con aviso o sin aviso. No ha tenido nada qué hacer salvo cuando se embestía contra el Poder Judicial. Sin embargo, el estallido de bronca por el caso Marita Verón, los sacó de partido.  
Nadie puede hacer un discurso coherente y sostenido en el tiempo, ya que entre que comulgan con el grueso de las medidas que propone el Gobierno y que, inevitablemente, el Gobierno sacará provecho desde su falta de apego a la verdad y a sus propios dichos o posiciones en el pasado, no encuentran cómo anclar en
Pero, también, prestá atención a los líderes: deberán ir tomando nota que no llegan a nadie por una limitación insalvable, por ellos mismos.
Ni Binner, ni Alfonsín, ni Macri, ni De Narvaez están haciendo nada para incrementar su participación en el poder. Están jugando según los acontecimientos que no dominan lo que en navegación se denomina a la deriva. Esperando su golpe de suerte ya que toda la suerte no puede acompañar todo el tiempo al oficialismo….Así, pasan las horas, los días, las semanas, los meses y los años.
¿Podrá el Gobernador de la Sota sostener su pretensión presidencial? Lo hará en tanto la Presidente no logre instalar la re-reelección. Por su liderazgo en una provincia como la de Córdoba, su origen indiscutiblemente peronista y la posibilidad de catalizar en sí a la diáspora peronistas y a todos los sectores no izquierdistas, pareciera ser el candidato opositor. Pero no será la primera vez que De la Sota haga violín en bolsa y a otra cosa. Ver para creer. Pero, lo cierto, es que el posicionamiento de Scioli le libera a De la Sota todo el espectro opositor no izquierdista. De todas formas, habría que analizar cómo votaron los legisladores delasotistas en el Congreso de la Nación para poner a resguardo la auténtica intención del Gobernador.
Nuestro parecido con Venezuela es enorme. Aún cuando logremos un Capriles está por verse si es suficiente para lograr que el kirchnerismo sea desplazado del poder. Un poder cuya tabla de sobreviviencia es el poder mismo ya que en el llano habrá una cantidad de causas judiciales esperándolos. Y aún cuando el cristinismo reduzca su participación en el próximo Congreso, hará falta que quienes ganen esas bancas se hayan comprometido a no dar voto a la reforma constitucional. No bastará con que se expresen los artículos de reforma y que el de la re-reelección quede afuera. Cualquier apertura a una reforma constitucional, aún basada en la necesidad de la reforma del Poder Judicial, tendrá como riesgo la inclusión aún ilegal de tal cláusula. Y si, al mismo tiempo, se logra la reforma del Judicial, ¿qué juez de la nueva Corte dictaminará la ilegalidad de la cláusula re-reeleccionista?
Nuestro consejo es que participés de todas las manifestaciones opositoras. Aún las de Moyano. La búsqueda es así, sin claridad alguna, con compañeros indeseables de ruta, con ninguneo oficial. La lucha es cruel y es mucha, decíamos en el pasado, pero no darla es un anticipo de la entrega del poder total al kirchnerismo. Y te recordamos que, internacionalmente, nadie te da bola si no vos no mostrás tu compromiso con la lucha.
¡Hasta la próxima!

TEORÍA DE LA HEGEMONÍA. En la entrada del pasado 12 de diciembre presentamos una editorial sobre el basamento filosófico del accionar del Gobierno. Éste actúa con propósito y con método, en base a las prácticas de las teorías del filósofo Laclau. Dos entradas en el 2010 y una más en el 2011, reproducen artículos periodísticos que citan lo comentado.  Ayer, domingo, Beatriz Sarlo trajo el tema en su columna en La Nación. Sarlo intenta desmentir que la Presidente se rija por el pensamiento laclauniano poniendo su temperamento y forma de actuar anteriormente al conocimiento que haya tenido Cristina del mismo. Sin embargo, se le escapa a la articulista la perspectiva dinámica y que la práctica se haya consolidado y profundizado como consecuencia de la lectura de la teoría en cuestión
“…Un rasgo típicamente kirchnerista es la organización de los hechos según un esquema vertical de amigo-enemigo, donde el mal está definitivamente de un lado y el bien, el valor y la virtud, del otro. Amigo y enemigo pueden variar según los relatos que se utilicen para representarlos. Lo que no cambia es el eje del mal que los separa. Esta división clara y fácilmente comprensible es atribuida a la influencia de Ernesto Laclau y su teoría del populismo. Se simplifican demasiado las complejidades teóricas de Laclau. Sus textos no son guías para la práctica, sino interpretaciones.
Por eso, no me parece interesante demostrar que la Presidenta ha leído a Laclau, aunque haya recibido, según se deja trascender, su influencia intelectual. Los libros de Laclau demandan un entrenamiento en filosofía política y teoría psicoanalítica, de Schmitt a Lacan, parte baja.
Los reportajes de Laclau, en cambio, son una versión sencilla de sus tesis principales, que no ponen a sus lectores en la obligación de entender una compleja teoría de la hegemonía.
Los que siguen a Laclau por los medios (reportajes gráficos y en los canales públicos) pueden, más fácilmente, captar que la hegemonía consiste en que un sujeto o un interés particular se convierte, por la acción política, en representante universal. Justamente el sueño filosófico de Cristina: ella como nombre que sintetiza a todos y todas.
Quizás en fascinantes e hipotéticos diálogos entre la líder y su filósofo esto haya iluminado la matriz conceptual (preexistente) del cristinismo.
Por otra parte, la intransigencia presidencial, su autocentramiento son anteriores a que el académico argentino radicado en Gran Bretaña se convirtiera en escritor faro de la teoría K. La Presidenta tiene una mentalidad política formada, como la de casi todo el mundo, con retazos que, además, se tejieron con su historia dentro del peronismo, sus experiencias de gobierno y las de su marido, y esa zona más difícil de definir, pero que pesa, digamos: un temperamento….

QUÉ SENSACIÓN DE INSEGURIDAD. Una carta de lectores nos da con nombre y apellido a una chica que pudo haber terminado siendo secuestrada a las 5 de la tarde en Retiro y esclavizada en pleno siglo XXI.
De las “sensaciones de inseguridad” esta debe ser de las peores: mujeres de trabajo, estudio, de vida familiar, son sometidas a un asqueroso negocio basado en los golpes, la tortura y el secuestro.
Y los ámbitos en que te pueden secuestrar a tu hija, hermana, madre son los espacios públicos como el colectivo, el tren, la calle en pleno centro de una ciudad. ¿Hasta dónde creció este delito? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es de la absoluta parsimonia de los gobiernos y los legisladores para tratarlo, encararlo de una, de frente march. Al secuestro efectivo de no sabemos cuántas mujeres –y no importa mucho el número-, debemos sumarle el “secuestro autoimpuesto” de mujeres que deben ir a todos lados en grupos, dando señales cuándo salen, dónde están, adónde van, comunicándose con una familiar “central de operaciones” que debe monitorear que, en el espacio más público de las ciudades, una banda la rapte con éxito, con impunidad, y la someta a un vil negocio bajo condiciones de esclavitud.
Desconcierta que Susana Trimarco hablebien del Gobernador Alperovich, quien gobierna desde 2003 y parece, según ella, que no sabe nada de la droga y la prostitución en esa pequeña provincia. Desconcierta que los legisladores nacionales que han demostrado tanta velocidad en el tratamiento de leyes de única conveniencia de su partido, hayan cajoneado la reforma de la ley de trata de blancas hasta que estallara la indignación general. Desconcierta la reacción de la Presidente en su segundo mandato y tercero kirchnerista, que esté sorprendida, luego de que ninguneara el tema inseguridad.
Son tantas las medidas personales que se toman por la inseguridad cada vez más violenta y más disparatada como secuestrar mujeres o jóvenes para someterlos al día siguiente a la satisfacción sexual de todo tipo de gente, hasta gente del poder, que ya no nos sorprenden. Las redes barriales al rojo vivo todos los días con algún episodio de robo hasta personas que han puesto puertas rejas entre su habitación y el resto de la casa.
La “calidad” de los delitos indica la “calidad” de nuestros gobernantes, legisladores y jueces. En Argentina, la criminalidad organizada en el robo de autos, el tráfico de drogas y, ahora el secuestro para sometimiento esclavo de la persona, ha crecido y adquiere rango de pánico social, ante una dirigencia que te dice “¿yo señor?, no señor”; unos jueces que o hacen teoría sociológico-judicial de avanzada o están metidos en algún “negocio” o no dan abasto con lo que tienen entre manos. Unos legisladores que solamente han emparchado el código penal balancéandose entre la censura zaffaronista y los gritos de la gente en tantas manifestaciones.
En Argentina se secuestra, se golpea y tortura a personas con un fin comercial  que, por ahora, parece apañada por los poderes provinciales y nacionales. Lejos de acusar recibo de la gravedad de la situación, la Presidente y el Gobernador Alperovich han visto una oportunidad de embestir contra la Justicia con fines políticos. Mientras tanto, la horrible realidad sigue actuando, como este reciente caso que, con nombre y apellido, se publicó en La Nación.
PUDO SER OTRA VÍCTIMA
A través de esta carta queremos advertir a la gente y a las autoridades de un episodio vivido por nuestra hija la semana pasada, que podría haber tenido consecuencias muy graves y dolorosas. Ella llegó a la estación de Retiro alrededor de las 17, para tomar el tren, cuando un hombre le dijo que huela un perfume, para ver si le gustaba. Nuestra hija le contestó que no, que estaba apurada, y entonces el hombre le tiró el "perfume" en el brazo. Inmediatamente comenzó a sentirse muy mal, pero logró subirse al tren. Mareada, con náuseas, su malestar empeoró, y no podía hablar. Se sentía como perdida. Cuando logró hablar, llamó por teléfono. Dijo que no sabía en qué estación estaba, que tenía mucha sed. Le dijimos que pidiera ayuda a la gente del vagón. Se la oía mal. Alguien le decía que estaba en Paternal (o sea, durante cuatro estaciones no pudo hablar ni estar plenamente consciente). Enseguida, se ve que alguien oyó que se sentía mal, le dieron un asiento y la ayudaron. Finalmente llegó bien a casa.
Creo que queda claro que la intención del que le tiró la sustancia era dejarla inconsciente. Esto está claramente ligado a la desaparición y a la trata de personas. Por suerte su reacción la ayudó a salir del paso.
Les pedimos a las autoridades que actúen con decisión, ya que si hay voluntad es posible identificar y desarticular estas redes de delincuentes. Nos tenemos que cuidar entre todos y, aunque nos duela, alertar a nuestros hijos, además de estar atentos y ser solidarios si vemos algo raro en la calle, en el subte, en el tren o en el colectivo.
Florencia Dardanelli  - DNI 13.187.957  Jorge del Priore  DNI 13.242.662

FRANCIA. ¡OIA! ¿QUÉ PASÓ?
François Hollande, el presidente menos
popular de la V República francesa
MIGUEL MORA
A los ocho meses de su llegada al Elíseo, la imagen de François Hollande es la de un presidente impávido bajo la tormenta. Ya no cae agua, como el día de su investidura, sino fuego cruzado. Por el flanco izquierdo, Jean-Luc Mélenchon ataca al jefe del Estado diciendo que “está más ciego que Luis XVI”. Por la derecha, la oposición descuartizada por las primarias se divide: los católicos le acusan de sectario por impulsar el matrimonio gay, los liberales le reprochan una política “asistencialista” que castiga a las empresas, y los populistas le acusan de plegarse a las recetas neoliberales. Los sindicatos y el ala izquierda del Partido Socialista reclaman menos austeridad y más firmeza, decepcionados porque el Gobierno no nacionalizara, como propuso Arnaud Montebourg, los altos hornos de ArcelorMittal en Florange. Semana a semana, las encuestas reflejan el creciente descontento y el miedo a que la crisis del sur ponga a Francia contra las cuerdas.
Los sondeos colocan al segundo presidente socialista de la historia moderna y a su primer ministro, Jean-Marc Ayrault, como la dupla más impopular de la V República a estas alturas de mandato, con solo un 35% de opiniones positivas. Una encuesta reciente de L’Humanité revelaba una parte del problema: la indefinición ideológica. Para una mayoría de franceses, Hollande no es “suficientemente de izquierdas”….

ARTÍCULO DE FONO. DESMONTANDO MITOS
La Argentina de 1910: más justa e inclusiva de lo que se cree
Por Luis Alberto Romero
Durante los festejos del Bicentenario, la evocación oficial que se hizo de la Argentina de 1910 abundó en un lugar común extendido en cierta historiografía: era un país muy rico, pero para muy pocos. Es un enfoque muy parcial. En esos años, el bienestar de la mayoría de sus habitantes mejoró, y mucho.
 “La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.” La conocida fórmula puede aplicarse a los debates generados en torno del Centenario de 1910 y la evaluación de los logros de aquel país, confrontados con los del presente. Los historiadores profesionales destacan la espectacular transformación de entonces, cuando la Argentina se acercó a los primeros países del mundo. Los propagandistas del actual gobierno, en cambio, hacen el inventario de sus miserias e injusticias. Preocupados por exaltar los méritos del “modelo”, toman algunos hechos ciertos, los separan del contexto, ocultan otros, y construyen una bizarra imagen del país de 1910. Algo así como el engañoso avance de una película. Buenos marketineros, quizá, pero pésimos historiadores.
Equidad y bienestar. Roy Hora –un buen historiador– ayuda a poner las cosas en su sitio con su Historia económica de la Argentina en el siglo XIX, incluida en la Biblioteca Básica de Historia que edita Siglo XXI. Un aspecto interesante es la distinción que establece entre  “equidad” y “bienestar”. Los frutos del fenomenal crecimiento del país entre 1880 y 1914 no se distribuyeron de manera pareja, y la desigualdad entre personas, sectores sociales y regiones aumentó notablemente. Es la verdad, pero no toda la verdad: en esos años el bienestar de la mayoría de los habitantes del país mejoró de manera notable, y siguió mejorando en las décadas posteriores.
Tomemos el caso de los inmigrantes. Es posible contar, a la manera de Dickens, una historia negra de miserias y sufrimientos: largas jornadas, bajos salarios, mala vivienda, niños trabajando. Todo es cierto. Pero la cuestión es: ¿vivían entonces mejor o peor que en su patria de origen? Sin duda, aquí su trabajo estaba mucho mejor retribuido, tanto que a muchos les permitió volver a su pueblo con un buen patrimonio,  y a otros les posibilitó enviar buenas ayudas a sus familias en Galicia o en Calabria. Por supuesto que no a todos les fue igualmente bien. Pero en general tuvieron trabajo, así como la posibilidad de recurrir a los hospitales públicos –las epidemias se redujeron y la esperanza de vida aumentó– o a las escuelas, gratuitas y excelentes. Sin duda, mejores que en sus modestas aldeas de origen.
Lo mismo puede decirse de la equidad regional. La prosperidad se concentró en el Litoral, y particularmente en Buenos Aires. Pero algunas regiones del interior mejoraron su situación, como por ejemplo Tucumán. El Estado decidió promover la producción de azúcar, facilitando créditos y sobre todo cobrando altos aranceles al azúcar importada, que era mucho más barata. A costa del consumidor porteño, en Tucumán mejoró el bienestar. El Estado realizó otros gastos significativos en las provincias del interior, en parte por razones políticas, pero también de equidad. Por ejemplo, costeó parte de la enseñanza primaria, y toda la enseñanza media –escuelas normales y colegios nacionales–, y proveyó una mejor educación, y también empleos decentes para muchos. Algo parecido ocurrió con el empleo público, subvencionado también por el Estado nacional: en 1895 –anota Hora–, en Santiago del Estero había un empleado público cada 1.500 habitantes, y en 1914 se había elevado a uno cada 300.  Es cierto que todavía se estaba lejos de las proporciones actuales, por ejemplo en Santa Cruz.
Sarmiento y los chacareros. Un caso notable del aumento de bienestar es el de los chacareros. Existe una versión común acerca de las desventuras de los inmigrantes que no pudieron llegar a tener la chacra soñada para ellos por Sarmiento. ¿Habría sido posible? Quizá, pero habría sido en contra de la voluntad de los inmigrantes reales. Estos emprendedores agricultores, en pleno boom del trigo, en lugar de comprar una pequeña parcela, eligieron usar su capital para arrendar la mayor cantidad posible de tierra, obtener algunas buenas cosechas y hacer una diferencia apreciable. En un país en pleno crecimiento, ellos también hicieron su apuesta.
La Argentina del Centenario tenía sus eficaces mecanismos de inclusión. Surgieron de una virtuosa combinación del mercado y el Estado. Los panfletistas oficialistas actuales suelen machacar con una muletilla: se adoptó un modelo exclusivamente agroexportador, debido a una visión liberal y extranjerizante de los dirigentes, que condujo a la catástrofe de 1930. Indudablemente el centro dinámico de la economía estaba en las exportaciones: por entonces la Argentina pudo insertarse de manera virtuosa en la economía global, como lo ha vuelto a hacer recientemente. La diferencia entre ambos momentos de prosperidad excepcional reside en la generación que entonces hubo de encadenamientos que difundieran al conjunto de la sociedad los frutos del crecimiento. Esto lo hizo el mercado, pero también el Estado, que en ese sentido tuvo poco de “liberal”.
Contra lo que comúnmente se dice, entre 1880 y 1914 el sector industrial creció muchísimo. En parte porque la economía exportadora requería, por ejemplo, que se fabricaran bolsas de arpillera. En parte porque las ganancias de los empresarios locales se gastó principalmente en el país, en bienes producidos localmente. Por entonces, en el Brasil amazónico la fiebre del caucho dejó en Manaos un único recuerdo de aquellas épocas brillantes: el espectacular teatro de ópera. En la Argentina dejó a Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, que además de teatros tenían millones de personas que trabajaron, consumieron e impulsaron el comercio, los servicios y también la industria.
Los gobiernos, supuestamente títeres de la oligarquía exportadora, creyeron que tales industrias debían ser fomentadas y protegidas mediante aranceles aduaneros. Pero además, ese Estado “liberal” utilizó sus recursos para construir un sistema de salud pública que era el mejor de América latina y que superaba al de muchos países europeos. También los usó para construir un sistema educativo que formó habitantes capacitados y ciudadanos identificados con su nación. En las sociedades capitalistas, el mercado construye riquezas y las reparte de manera poco equitativa, pero el Estado puede introducir una cuota de equidad y elevar el bienestar. El del Centenario lo hizo.
Crisis global. La economía del Centenario, muy bien insertada en el mundo en 1910, sufrió los cambios provocados por la Gran Guerra y la crisis de 1929. Nadie se salvó de ellos. Pero de alguna manera, el país se recuperó antes que otros. Nunca llegó a tener un desempeño tan espectacular como el del Centenario, pero encontró algunas alternativas. La más importante, es sabido, fue el proceso de sustitución de importaciones. Este se desarrolló a partir de la base industrial existente, de un mercado interno sólido y arraigado, y de una sociedad capacitada y educada. Todo ello hizo la diferencia y explica que la Argentina de los años 30 haya evitado el invierno y entrado en una suerte de verano otoñal, que duró algunas décadas más. Hace falta contar otras historias posteriores –quizá lo hagan los continuadores de Roy Hora– para explicar cómo llegamos a la deplorable actual situación.
 * Luis Alberto Romero. Director de la Biblioteca Básica de Historia. Siglo XXI Editores.

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