CRISTINA ETERNA. Esta noticia tiene varias cosas. El decidido uso de la foto lograda por Cristina con Martín Insaurralde con el Papa, sea por ingenuidad, sea por complacencia de Francisco, permite decir que el kirchnerismo se adueñó del Papa. De ese tipo que en Argentina recluyeron del mundo oficial y que devenido en Papa han buscado utilizar internamente. La famosa foto, no evitada por Francisco, rompió la neutralidad que se suponía Francisco adoptaría en la elección interna. Si hasta se han convertido en simpatizantes del Papa gente que no tenía afinidad alguna con el tema. Eso es manipulación. Descarada. Y con responsabilidad de Francisco. El otro tema de esta noticia, la camioneta es un microcine ambulante. Y quien la presenta es la titular del Instituto Nacional del Cine. ¿Se equipó con dinero de la entidad? ¿De quién es la propiedad de la camioneta? Ciertamente todo esto no habla del propio candidato Filmus, en nombre de quien se está utilizando todo esto. No parece muy honesto de su parte.
Nuevo uso oficial de la imagen del Papa para la campaña proselitista
Una vez más, el kirchnerismo usa la imagen del Papa Francisco para la campaña electoral de las PASO 2013. En esta ocasión lo hacen en el distrito porteño para apuntalar la candidatura de Daniel Filmus y Juan Cabandié.
El uso de la "combi papal K" se pudo ver ayer en la presentación de la película "Puerta de Hierro, el exilio de Perón" y junto al transporte posan la titular del INCAA, Liliana Mazure, a la subsecretaria de Comercio Interior María Lucila "Pimpi" Colombo y al actor Víctor Laplace, quien protagonizó y dirigió la historia.
La aparición de la camioneta ploteada con la imagen del Papa Francisco y Cristina Kirchner se suma al reciente afiche que empapeló la Ciudad hace 48 horas, en las que se podía ver a Jorge Bergoglio saludado por Martín Insaurralde a instancias de la Presidente, en su gira por Brasil.
En la muestra de ayer en el Club Pampero de Villa Lugano, los militantes K posan junto al "rodado papal" comiendo pochoclos que llevan la inscripción de "Clarín Miente".
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SCIOLI ROSTROPETRI. ¿Alguna vez seguiste a La Nación y a Clarín en la interpretación de un Scioli opositor?  ¿La declaración de querer ser Presidente en el 2015 y las fotos con Macri y Moyano te despitaron? ¿Te la creíste que efectivamente Scioli se iría del cristinismo? Durante todo ese tiempo, en Noticias de Fondo te presentamos nuestras dudas: ¿víctima o cómplice? era nuestro encabezamiento más común. De pronto Scioli empezó a defender su gestión y su alineamiento con el kirchnerismo. Comenzó ahí el viraje. Pocos tiempo atrás. Durante y después del tema del pago de medio aguinaldo. También lo resaltamos: se defiende haciendo fe cristinista, dijimos. La subordinación del Gobernador es de tal magnitud que la ya azucarada presentación diaria en favor de Cristina e Insaurralde tiene un antecedente de mayor envergadura: Scioli no presentó listas de legisladores propios. Propiamente hablando, Scioli se queda abroquelado en el Ejecutivo provincial, sin sustento propio en la Legislatura y ningún pie a nivel nacional. Entregó el espacio quedándole, por ahora, solamente el nombre. ¿Cómo se presentará en el 2015 a la presidencia? Casi imposible de imaginar. Es más, ¿sorteará el año que viene un juicio político? Minoritario en la Legislatura, el Gobernador pone su puesto en la confianza de que la Presidente, finalmente, lo acepte como amigo. ¿Lo hará la Presidente? Cristina tiene entre sus características la del resentimiento profundo que no cede porque le prestes un circunstancial y oportuno servicio. Tampoco tolera que le hagan sombra y un Scioli que arrió sus banderas a la vista de todos y que mantenga una buena intención de votos, fue, es y será un enemigo. Los junta el espanto, diría Borges, pero la Presi, le vaya bien o mal en la elección, tiene un año y medio más para horadarlo. Scioli puso su futuro en las manos de Cristina antes que en sí mismo. Mirá la baja autoestima del Gobernador. Una especie de suicidio político. La siguiente noticia transcripta en la parte pertinente es un ejemplo más de los que viene dando Daniel Scioli.
Scioli, autocrítico: "Tendría que haber explicado mejor algunas cosas"
Daniel Scioli ratifica en cada entrevista y acto de campaña su apoyo al gobierno nacional, luego de la definición de las listas y candidaturas para las primarias de agosto. Esta vez, sin embargo, hizo una "autocrítica" al afirmar que "tendría que haber explicado mejor algunas cosas" en relación a su lealtad a Cristina Kirchner, y dijo que "en el futuro Dios dirá" en referencia a sus aspiraciones presidenciales.
"Hago una autocrítica. Quizá tendría que haber explicado mejor algunas cosas", contestó Scioli en una entrevista a La Nación a la pregunta sobre la crítica de la diputada Diana Conti, quien señaló que cuestionaban al gobernador por su "falta de gestos" y "claridad" de apoyo al Gobierno.
Pese a las dudas que generó en el kirchnerismo y algunos sectores de la oposición, Scioli aclaró que siempre permaneció fiel al Frente para la Victoria y al gobierno nacional.
"No tengo que dar explicaciones si yo no he cambiado", dijo hoy en radio Mitre. Al respecto, aseguró que es "el mismo de siempre", que trata de "mirar más allá" con su atención "puesta en la búsqueda de hacerle bien a la gente" y que su decisión de apoyar al Gobierno "es la misma" que viene tomando "hace 10 años, como parte de un rumbo de país que trajo cambios y soluciones".
"El FpV se nutre de una gran diversidad que tiene como eje central el peronismo y también confluyen otros sectores. Que tenga matices no significa que yo tenga que convertirme en un opositor", afirmó.
Por otra parte, el gobernador de Buenos Aires evitó referirse sobre su candidatura presidencial en 2015, al señalar que "en el futuro Dios dirá".
"Ahora soy un gobernador que está abocado en la gestión, que acompaña a los candidatos (oficialistas) en la medida de mi tiempo disponible. Luego, en el futuro Dios dirá. No es necesario repetir las cosas diez veces cuando la gente ya entendió", concluyó. …
Escuchado en Plan M el viernes 2Agosto: “Pensar que el kirchnerismo le va a agradecer  (a Scioli) esta patriada (campaña x Cristina) se equivoca. El año que viene en la Legislatura renovada va a estar a un paso del juicio político….
+SA. Una imagen vale 1000 palabras. Expresa nuestra posición escrita desde que Massa se lanzó al ruedo

+SA X 2
Las últimas declaraciones de Massa desconciertan si no asumimos qué es lo que él sabe y que nosotros no.
La primera declaración que comentamos es: si se gana por 1 voto, se gana; si se pierde por 1 voto, se pierde. Es llamativa esta declaración tratándose la elección de una legislativa donde uno puede ganar más bancas pero no todas las bancas. Además, su contrincante Insaurralde tiene asegurado su ingreso al Congreso.
La segunda que “nunca volverá a formar parte del kirchnerismo”. En este caso, si sabe que Insaurralde le restó ventaja –caso declaración primera-, debe abandonar la ambigüedad que ya comentamos días pasados y está obligado a recostarse sobre el oposicionismo. Nos explicamos. Si las encuestas mostraran a un Insaurralde acercándose, Massa lanza lo de 1 voto para marcar la cancha del día después, pero, opera la cosa como un alerta: pierde votos K y debe disputar aún más votos no K para lo cual tiene que ser más expresivo en sus definiciones.
URUGUAY se presenta como el país que avanza por delante de los otros en América Latina. Con su controvertida legalización de la marihuana, por un lado, y la ley de aborto por otro. Nuevamente, usamos una imagen antes que tantas palabras ya expresadas.

DE CUANDO PERDIENDO NO PERDERÁN Y GANANDO NO GANARÁN. Cosas del sistema, esta parte de un artículo te explica cómo perdiendo Cristina puede hasta ganar y ganando, gana poco.
…Para muchos dirigentes opositores, estas elecciones servirán como trampolín para entrar en la discusión por 2015. Las probables victorias de Mauricio Macri en la ciudad, de Hermes Binner en Santa Fe, de Julio Cobos en Mendoza o José de la Sota en Córdoba confirmarán sus status de presidenciables. En todos estos distritos el gobierno nacional no hará una buena elección.
Pero si las PASO confirman las tendencias que muestran las encuestas nacionales, el kirchnerismo tendrá, una vez concluido el ciclo electoral, dos argumentos para presentarle a la sociedad una victoria. Por un lado, podrán decir que ninguna otra fuerza política se acerca al caudal de votos nacionales del Frente para la Victoria; a pesar que sufrirá derrotas en distritos claves, el kirchnerismo será, en promedio, la fuerza con más votos y logrará la primera minoría en el nivel nacional.
A su vez, la Presidenta y sus voceros podrán, muy probablemente, declamar que el Gobierno renovó más bancas de diputados que las que perdió. Existe una posibilidad muy concreta que esto suceda. Se renuevan este año 127 diputados que fueron elegidos en 2009. De ellos sólo 45 están alineados con el gobierno nacional.
Por ejemplo, en los distritos de Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Rios y la ciudad de Buenos Aires, provincias que concentran el 30% de la población argentina, el Gobierno sólo renueva siete diputados. Más allá de que el oficialismo realice malas elecciones en estas provincias, obtendrá más de siete bancas (sólo en la ciudad de Buenos Aires podría llegar a ganar cuatro). En el nivel nacional no es ilógico pensar que el Gobierno obtenga entre 5 y 10 diputados más que los que renueva.
Pero, por más que se lo intente disfrazar, el Gobierno no podrá ocultar el análisis y la lectura política que se hagan del resultado electoral. Y de allí surgirán principalmente debilidades.
En primer lugar, quedará en evidencia el profundo desgaste y alejamiento con la sociedad que sufrió la Presidenta en estos últimos dos años: hace solo 20 meses Cristina Kirchner obtuvo el 54% de los votos, hoy pareciera que el gobierno se contenta con llegar al 35%.
También será evidente que la reforma de la Constitución y la posibilidad de una nueva re-elección constituyen una utopía de unos pocos románticos. Estará claro, además, que el peronismo (y otros factores de poder) ha empezado a realinear su apoyo al proyecto K: al desafío electoral que presenta Sergio Massa y Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires, hay que sumarles otros como el del peronismo cordobés o santacruceño.
Por último, otro hecho importante ha quedado evidenciado recientemente: la Presidenta carece de figuras conocidas y bien conceptuadas por parte de la población que puedan ser mostradas como potenciales sucesores del kirchnerismo. La elección de Martín Insaurralde como primer candidato del distrito más importante del país es el mejor ejemplo de esto. Cristina Kirchner, por carácter, carisma y estilo de conducción es la figura única e indiscutida del proyecto kirchnerista. Pareciera no haber espacio a su lado para que crezca alguien con capacidad de dar continuidad a su obra…
CENSURA. La utilización del aparato estatal para censurar, bloquear, complicar al contrincante electoral es un clásico en nuestro país. Esta denuncia es clarita de cómo se utilizaron 3 recursos estatales para beneficio del partido del Intendente: las cámaras de seguridad, el patrullero y la capacidad de aplicar normas restrictivas en forma equivocada. Pero nos lleva a otra reflexión: ¿te imaginás si este Intendente contara con una policía propia?
Cámaras “de seguridad” contra la libertad política
María Luisa Storani
En San Fernando utilizan las cámaras de seguridad para espiar y censurar a los opositores. El responsable de esta barbaridad es el Intendente Andreotti, hombre de Sergio Massa. En lugar de utilizar las cámaras por  la seguridad de las personas, ocurre para que no se conozcan los candidatos de otros partidos, y así favorecer la de su hijo, que encabeza la lista de concejales en San Fernando.
Nosotros fuimos víctimas de estos actos de censura. El último ocurrió en la mañana del pasado sábado 27 de julio, alrededor de las 9 de la mañana. Un carnicero “amigo del barrio” de algunos de los candidatos del Frente Progresista  facilitó la marquesina de su negocio para un cartel. A través de las cámaras de seguridad se detectó que cometimos semejante “delito” y el centro de seguridad envía “el móvil”  a constatar que esto había sucedido. Luego llegó una inspectora habilitada a estos efectos (a los efectos de sacar el cartel) e intimó al comerciante a hacerlo (la inspectora estaba de franco, era para otra zona, y fue llamada de urgencia para que haga estas cosas). Al rato, llega una grúa y lo saca. Primero un cartel de  la  lista de diputados que encabezan Stolbizer-Alfonsín, y que yo integro. Luego la de nuestro candidato a Concejal Sebastián Salvador, quien compite con el hijo del Intendente, que es de Massa.
Se llevaron los carteles al corralón. ¿Cuál es el teórico delito que usaron como excusa? Que el dueño del comercio, nuestro amigo, puso carteles que nada tenían que ver con vender carne.
Esto sucedió el sábado pasado a la mañana, en un momento de mucho tránsito de gente. Las cámaras y el patrullero no eran utilizados para lograr mayor seguridad, pero sí para estas intimidaciones. El centro del operativo en la división “seguridad” estaba a cargo de un comisario retirado. Toda la central de inteligencia de este movimiento conducida por Tigre.  Sus estrategas son de allí. El Municipio de Sergio Massa. Nuevos modos de viejas prácticas para perseguir a la política.
Esto que nos pasó a nosotros en San Fernando podría pasar en cualquier lugar y para cualquier candidato de listas distintas a las que promociona la gran “estrella” de la campaña: las cámaras de seguridad.
Con los móviles de vigilancia en lugar de patrulleros –lo que también implica un total desconocimiento en temas de seguridad de avanzada– que pueden ser utilizados, al igual que los millones de pesos que tienen como recursos, como parte de un arsenal electoral para especular con el miedo con el que viven las personas en el conurbano debido a la creciente inseguridad.
Escribo esto y me doy cuenta de que muchas veces aceptamos lo inaceptable sólo por costumbre. Y no debemos naturalizar los actos intimidatorios a treinta años de la reinstauración democrática.
Hace poco sacaron carteles míos relacionados a mi acción parlamentaria en cuando a  la violencia de género y la trata de personas. Fue un acto más de esos que tratan de volver invisible y mudas las caras y las voces de los políticos que no apoyamos al gobierno nacional (kirchnerista), ni provincial (sciolista), ni local (Massa). Pero esta vez nos dimos cuenta de que hay todo un dispositivo tecnológico, muy promocionado, que en lugar de ser utilizado para seguridad se usa para hacernos callar. Y así conseguir más votos. Y veremos si no también para otros fines que hacen a la intimidad de las personas.
Las redes sociales son un instrumento para denunciar y cambiar las cosas. Esto se registro en Facebook.
ESTOS ARREPENTIDOS SON FANTÁSTICOS. Cuando hablan uno comienza a ver la verdad oculta y que el propio hablador ocultaba cuando estaba en el poder. Y cuando habla de antiguos socios, lo hace entre pares, lo que resulta aún más interesantes. Ojalá tuviéramos más arrepentidos caídos del poder. Fijate, también, cómo Verbitsky presenta la noticia sobre Massa, deslizando una calificación sin sentido alguno con el tema. La ocasión no la pierde.
Además, la expresión del título es correctísima y es dónde hay que ponerlo a Verbitsky cuando opina. Y por último, en el último párrafo mirá cómo muestra algo pretendiendo ocultarlo: la alianza Pro-Massa
Alberto Fernández: "Horacio Verbitsky ya no es parte del periodismo,
 sino de un sector político"
El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández manifestó hoy su pleno apoyo al Frente Renovador, el sector de Sergio Massa, y respondió a la publicación que hizo el periodista Horacio Verbitsky en Página 12, en la que aseguró que el tigrense sufrió un asalto en plena campaña electoral. "Jamás escuché semejante cosa, me parece que es mentira", dijo Fernández sobre la versión del asalto.
Esta mañana, Verbitsky publicó que "Massa ordenó mantener en secreto el asalto producido hace dos semanas en su propia casa, en el barrio cerrado Isla del Sol, mientras anunciaba proyectos demagógicos sobre seguridad como eje de su campaña electoral".
Fernández manifestó en diálogo con radio Mitre: "Me parece que es parte de una campaña, Horacio [Verbitsky] ya no es parte del periodismo, sino de un sector político".
Y agregó: "Horacio tendría que revisar las cosas que dice, su credibilidad está puesta en duda, y es alguien a quien yo respeto".
SOBRE SCIOLI
En tanto, Alberto Fernández dijo que "hubiera esperado que [el gobernador Daniel] Scioli tomara una decisión como la de Massa", y que se abriera del kirchnerismo.
"Todos saben de mi amistad con él y respeto su decisión", aclaró Fernández, pero agregó: "Con las arbitrariedades que hemos visto del Gobierno en estos años, había que tomar una responsabilidad política. Daniel [Scioli] pensó distinto". "Para mí había que tomar distancia del kirchnerismo. Me parece que en este momento había que tomar una definición clara como la que tomó Massa, que no es fácil, porque está confrontando contra los aparatos políticos más importantes", señaló el ex jefe de Gabinete. Y sentenció: "El Frente Renovador puede ser una alternativa para el futuro en la Argentina".
"NADA QUE VER CON EL MACRISMO"
En medio de las dudas sobre la relación de Massa con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, Alberto Fernández lanzó: "Yo no tengo nada que ver con el macrismo. El Pro no es parte del Frente Renovador". No obstante, matizó: "Lo que me parece es que estamos en una coyuntura muy singular. También es cierto que hay tres intendentes que son cercanos al Pro, que se han sumado al sector de Massa"..
PARA LEER. Hay dos palabras en esta editorial que usamos recurrentemente en Noticias  de Fondo al referirnos a la Presidente y sus conductas. La usamos también, en los comentarios de La Nación on line muchísimas veces. Nunca tan bien aplicadas como en esta editorial que compartimos
El relato... y los hechos
El escritor Octavio Paz solía referir este episodio de la literatura china: un mandarín convocó a su filósofo de cabecera para preguntarle cómo hacer una revolución profunda en su reino. El sabio le contestó: "Si desea transformar la realidad, modifique el lenguaje".
La lección de cinismo que ofreció aquel asesor parece una ironía. Sin embargo, la inclinación de los gobernantes a cambiar el nombre de las cosas en vez de cambiar las cosas mismas ha sido muy persistente a lo largo de la historia. Cristina Fernández de Kirchner se incluye en esa tradición. Desde que el kirchnerismo llegó al poder, hace ya una década, su administración ha apelado a las mutaciones verbales para disimular decisiones antipáticas o fracasos políticos.
El cinismo, la hipocresía, el doble discurso y la épica escenográfica constituyen una regla dorada del kirchnerismo, que se manifiesta a diario sin que sus voceros se inmuten ante la evidencia de un relato que choca cada vez más con la realidad.
De este modo, los supuestos intelectuales progresistas del oficialismo defienden a los Lázaro Báez y a los Ricardo Jaime; en pos de un declamado indigenismo dejan a gobernadores como Gildo Insfrán llevarse por delante a las comunidades aborígenes que son recibidas por el Papa, pero no por la Presidenta; en nombre de la soberanía monetaria, se concreta el calamitoso caso Ciccone y, en defensa de la Justicia, se intenta violarla.
Una de las primeras invenciones de Néstor Kirchner fue la palabra "desendeudamiento". El término está referido al simple hecho de pagar deudas, que siempre resulta desagradable para las ínfulas demagógicas y nacionalistas que acompañan al populismo. Sobre todo si el acreedor es el Fondo Monetario Internacional. Es la razón por la cual Kirchner, cuando en el año 2005 decidió liberarse de la auditoría del Fondo, no dijo que saldaría por adelantado los compromisos pendientes. Prefirió explicar que estaba desendeudando al país.
Kirchner actuó de esa forma a pesar de que cambió una deuda por la que se pagaban intereses de alrededor del 4% por otra, que contrajo con la Venezuela de Hugo Chávez, en la que la tasa llegó a ser en septiembre de 2008 superior al 15%. De modo que el desendeudamiento significó un mayor endeudamiento.
La gestión económica ha recurrido muy a menudo a estos artificios. La Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina fue reformada para asignar a esa institución la misión de "preservar la estabilidad fiscal". Suena loable. A menos que se advierta que esa frase significa emitir moneda para financiar al Tesoro Nacional, con inevitables consecuencias inflacionarias. "Preservar la estabilidad fiscal" debería traducirse, por lo tanto, como "provocar la inestabilidad económica".
El último jubileo impositivo que beneficia a los evasores fue llamado "manifestación voluntaria de activos". No "blanqueo", que es el vocablo que mejor le hace justicia, pero que suena desagradable porque deja ver que quienes atesoran dinero negro son premiados.
También fue engañoso el eslogan "garantizar el pan en la mesa de los argentinos", utilizado como coartada para cobrar retenciones agropecuarias que desalientan la inversión. La trampa quedó a la vista: la siembra de trigo se redujo hasta alcanzar niveles récord y el pan escasea en el país de los cereales.
En otras ocasiones, el ingenio literario del Gobierno roza el sarcasmo, como sucede con la iniciativa de llamar Área Mosconi al fragmento del yacimiento Vaca Muerta que se le concederá a Chevron, con ventajas que se le ha negado al resto de la industria y cuyo alcance definitivo no se termina de revelar.
Durante sus primeros años en el poder, el oficialismo abusó de otras dos expresiones engañosas, esta vez en el campo de la política: "Transversalidad" y "concertación plural". La primera presentaba, mediante una metáfora espacial, la coordinación entre distintas fuerzas políticas, sobre todo el Frepaso, con el Frente para la Victoria. El vocablo dejaba la impresión de un experimento horizontal. Pero con el correr de los meses los Kirchner comenzaron a ejercer el verticalismo más crudo. La transversalidad fue otra máscara léxica.
La "concertación plural" generó el mismo malentendido. Fue la marca electoral de la fórmula con el radicalismo secesionista de Julio Cobos. Aunque, apenas Cobos se diferenció al votar contra las retenciones móviles -decisión que la Presidenta jamás había "concertado" con él-, el pretendido pluralismo fue calificado de traición.
En los últimos tiempos, la Presidenta emprendió un par de agresivas cruzadas que se escudaron en consignas fraudulentas. Prometió garantizar la "pluralidad de voces" con una ley de servicios de comunicación audiovisual destinada a fragmentar y ahogar a los medios independientes y a abroquelar a los que repiten las consignas del Gobierno.
Un artificio más reciente fue el sonsonete "democratizar la Justicia". Con él se pretendió contrabandear el avasallamiento del Poder Judicial mediante una reforma que hubiera convertido al Consejo de la Magistratura, y por su intermedio a los jueces, en esclavos del partido gobernante. Esa aspiración, que -como declaró la Corte Suprema- iba en contra del orden constitucional, se escudaba en la palabra "democracia".
Nada que deba sorprender. Todos los autoritarismos conocidos a lo largo de la historia se excusaron a sí mismos en nombre de la democracia. ¿O no se llamaba "democrática" la oprobiosa Alemania Oriental, que se desmoronó al mismo tiempo que el Muro de Berlín? Cuanto más despiadados fueron los dictadores, más alegaron la representación del pueblo para justificar sus actuaciones.
En estos días, la campaña proselitista del oficialismo -al margen de las reiteradas violaciones a la legislación electoral que prohíbe la realización de actos de gobierno que promuevan la captación del sufragio a favor de determinados candidatos durante los 15 días previos a los comicios- nos bombardea con frases en las cuales se destaca la palabra "elegir".
Parece un contrasentido el uso de ese término en un contexto como el actual, donde cada vez más el ciudadano debe resignarse a que un grupo gobernante elija por él. Si no, basta recordar cómo después de que la mayoría de la población aportante al sistema de seguridad social eligiera la jubilación privada, el Gobierno impuso la obligación del sistema de reparto estatal. O que hoy nadie puede optar por la posibilidad de ahorrar en moneda extranjera, al tiempo que las restricciones a las importaciones nos condenan cada vez más a vivir con lo nuestro y a elegir cada vez menos.
Esta vinculación fraudulenta entre las palabras y los hechos es una manifestación más de la mala relación del kirchnerismo con la verdad. Es la desviación que aparece en una de las peores decisiones que haya tomado el Gobierno desde 2003: la de adulterar las estadísticas oficiales. O, dicho de manera más sencilla, la de mentir. Esa perversión del lenguaje es, en sí misma, corrupción.
La utilización de la retórica para desfigurar el sentido de la acción no es el único vicio expresivo en que incurre la señora de Kirchner. También en sus silencios hay una irregularidad. Así como supone que puede embellecer algunas resoluciones alterando su designación, parece apostar a que algunos fenómenos no existen por el sólo hecho de que ella no los nombra.
La valija de Antonini Wilson; los movimientos financieros de Lázaro Báez; la captura de la imprenta Ciccone; los fondos extraviados de Santa Cruz; las malversaciones del programa Sueños Compartidos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo; la participación de la familia Eskenazi en YPF; el régimen de vigilancia montado a través de los servicios de inteligencia; el exponencial enriquecimiento de la propia familia presidencial; la inseguridad o la inflación son algunas realidades sobre las que la locuaz presidenta de la Nación nunca dice una palabra, al margen de que no concede entrevistas ni ofrece conferencias de prensa.
La jefa del Estado no tiene derecho a guardar ese silencio. Como administradora del dinero de los contribuyentes, Cristina Kirchner está obligada a dar explicaciones, a rendir cuentas. Es un deber que le viene impuesto por esa condición de representante del pueblo de la que tanto se ufana.
Más allá de un reflejo autoritario, en el fondo de este manejo capcioso del lenguaje palpita una fantasía infantil. Es la ilusión de suponer que con sólo cambiar el nombre a los objetos éstos cambian de valor; que basta con no hablar de un problema para que éste desaparezca; que se puede reemplazar la realidad por un simulacro. Es la vieja propensión de todo régimen demagógico a exagerar el valor de las apariencias y a menoscabar lo esencial..

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