ALEMANIA Y LA MERKELMANIA. Un triunfo arrollador que es analizado por Juan Gómez
VATICANO. El Papa tiró dos o tres frases o comentarios y hoy parece un hecho: mujer ¿cardenal?
NEGOCIO BIEN KIRCHNERISTA. El fracaso en la política energética es motivo suficiente para no votar más a los K. Un informe sobre la desastrosa política K.
ALEMANIA. La Merkelmania le ha dado más votos casi a nivel absoluto en el Parlamento. Este artículo te pone en situación
El rodillo que cambió Alemania
JUAN GÓMEZ
El merkelismo es lo contrario a una montaña rusa: todo cambia sin sacudidas ni estremecimientos. En ocho años, Angela Merkel ha convertido a Alemania en la única pieza ineludible del tablero de la Unión Europea, a Berlín en su capital oficiosa y al programa de sus democristianos en un cajón de sastre centrista que se acerca a la mayoría absoluta en un Bundestag que vuelve a tener solo cuatro partidos.
El país se ha entregado con entusiasmo a una nueva era merkeliana. Tras ocho años con ella, Alemania se demuestra entusiasmada al darle un tercer Gobierno con una mayoría arrolladora y un mandato centrista. Ni su oratoria, a menudo menesterosa, ni sus volantazos políticos de los cuatro últimos años paran el rodillo de su popularidad. Las elecciones del domingo sacaron a la superficie los efectos colaterales de su avance aplastante, certificando que Alemania protagoniza cambios drásticos a la manera de Merkel: sin histrionismos ni discursos brillantes, como si no pasara nada. La figura de Merkel se agiganta cada vez que esto queda en evidencia: tras cada cita electoral y tras cada cumbre europea en la que deja su impronta ideológica.
La consecuencia más espectacular del terremoto político del domingo fue el hundimiento del partido liberal FDP, que no aguantó el abrazo del oso que le aplicó Merkel en los cuatro años de Gobierno conjunto. Hasta 93 diputados y 600 colaboradores se quedan en la calle tras una debacle inusitada en la historia Alemania. Es el fin, al menos provisional, de seis décadas largas como principal partido bisagra del país. No es poco cambio para un país con semejante reputación de inmovilista.
La Alemania merkeliana no deja lugar a dudas de que quiere un Gobierno centrista. Mejor aún si es de gran coalición entre centroizquierda y centroderecha. La propia Merkel, que dirigió la más reciente entre 2005 y 2009, encarna la flexibilidad ideológica y la apertura de miras que se requiere para que los rivales en las urnas alcancen acuerdos estables y capaces de aguantar una legislatura.
El debate público, que dos décadas todavía estaba marcado por las manifestaciones y el compromiso político de los rescoldos del 68, ha quedado reducido a buenas palabras que pueden resumirse en el mantra que Merkel usa para defender su política europea: “no hay alternativa”. No hay alternativa a Merkel ni a los rescates ni a su talante comprensivo y cauteloso. Cuando defiende Europa, Merkel recurre a un tono similar al que usa cuando habla de niños: son el futuro y a todo el mundo le gustan. Pero (entonces vuelve al tono firme), Alemania no va a ceder en su política de solidaridad a cambio de duras contrapartidas. Sintetiza su ideario económico en la palabra “competitividad”. Estas expresiones encuentran un eco muy favorable en los medios alemanes, que en palabras del filósofo Jürgen Habermas se han entregado a una fogosa “devoción merkeliana”. Cuando los grandes no polarizan llega la hora de los pequeños. Merkel se apropia sin recato de puntos enteros del programa de los socialdemócratas y abona así su variopinto jardín de votantes. El SPD ha tratado de imprimir un giro a la izquierda en su programa y se ha desgajado así de los votantes de centro que le perdonan a Merkel una política europea con la que quizá no comulguen. A cambio de que no les suban los impuestos. El SPD, arrinconado, no tendrá más remedio que buscar, antes o después, algún tipo de acuerdo con los excomunistas de Die Linke para no caer en la eterna insignificancia. Este podría ser el próximo cambio histórico forzado por el merkelismo.
Por último, Merkel estuvo a punto de fracasar en el viejo dictado democristiano de no dejar sitio a ningún partido a su derecha. El flamante Alternativa Para Alemania (AFD) rozó el 5% que abre el Bundestag. La política de Merkel, con su afán de consenso, ha alimentado al primer partido populista y euroescéptico capaz de alcanzar tan buen resultado.
VATICANO. Cada día una nueva, diríamos en Argentina. Francisco tiró el tema sobre la presencia de la mujer en la Iglesia. Lo hizo en dos o tres frases. Hoy ya avanza en algo concreto, fuerte y contundente
¿Una mujer cardenal?
JUAN ARIAS
No se trata de una broma. Es algo que le ha pasado por la cabeza al papa Francisco: nombrar cardenal a una mujer. Quienes le conocen, dentro y fuera de la Compañía, desde antes de llegar a la cátedra de Pedro, aseguran que el primer papa jesuita de la Iglesia está llamado a sorprender cada día no sólo con sus palabras sino también, y sobre todo, con sus gestos. Eso está haciendo en los primeros seis meses de pontificado.
Quienes piensan que Francisco, con su sencillez de párroco de provincia, su lenguaje llano y su sonrisa siempre en los labios es un simple o un ingenuo, se equivocan. Este Papa, que no parece Papa, ha llegado a Roma desde la periferia de la Iglesia con un programa bien concreto: cambiar no sólo el aparato herrumbroso de la maquinaria eclesial sino también resucitar el cristianismo de los orígenes.
El simbolismo de sus gestos empezó desde que apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro, vestido de blanco, diciéndose “obispo” y pidiendo que la gente de la plaza lo bendijera. No perdió desde entonces un minuto para sembrar de gestos inesperados su primeros meses de pontificado con espanto de muchos, dentro y fuera de la Iglesia.
Y lo seguirá haciendo. Por ejemplo, con este plan de hacer cardenal a una mujer. Sabe que el tema femenino dentro de la Iglesia está sin resolver y que no puede esperar. Lo ha dejado claro con dos frases lapidarias en su última entrevista a Civiltá Católica: “La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer”. No es sólo una afirmación. Es una acusación. La frase se puede leer también así: “La Iglesia no está aún completa porque en ella falta la mujer”. Francisco considera que resolver el tema de la mujer dentro de la Iglesia ya es algo impostergable
…Puede haber cardenales que no sean sacerdotes, basta que sean diáconos… uno de esos gestos sería nombrar cardenal a una mujer….según el derecho canónico, puede haber cardenales que no sean sacerdotes, basta que sean diáconos…La mujer podría ser admitida al diaconado mañana mismo.
Como ha escrito Phyllis Zagano, de la Universidad de Loyola de Chicago… cuenta que había abordado el tema con el cardenal Ratzinger, antes de ser papa, y que le respondió: “Es algo en estudio”. A Benedicto XVI se le quedó en el tintero, pero el papa Francisco podría acelerar el proceso. Ya hoy, la Iglesia Apostólica Armenia y la Ortodoxa Griega, ambas unidas a Roma, cuentan con diaconisas.
Llegada la mujer al diaconado, puede ya, sin cambiar el actual Derecho Canónico, hacer a una mujer cardenal con el título de diaconisa. Más aún, bastaría cambiar la actual normativa para permitir que un laico, y por tanto una mujer, pueda ser elegida cardenal, ya que ha habido por lo menos dos casos en la Iglesia en que fueron nombrados cardenales dos laicos: el Duque de Lerma en 1618 y Teodolfo Mertel en 1858.
El cardenalato no supone la consagración presbiterial ni episcopal. Los cardenales son consejeros del papa y su función principal es elegir al nuevo sucesor de Pedro…
NEGOCIO BIEN KIRCHNERISTA. No hay sectores en los que hayan intervenido los Kirchner en el que no hayan generado daño. En el de las energías es catastrófico y esto solo ameritaría no votarlos más. Nuestro país era autosuficiente en todas las energías. Además, exportaba. En pocos años de Néstor, empezamos a perder nuestras capacidades y con Cristina, importamos todas las energías y en forma creciente. Este fracaso tiene nombre y apellido: Julio De Vido. Hoy el país trabaja para importar energía. Este artículo te lo explica mejor.
Para comprar combustible, se gastaron en ocho meses el total de las retenciones a la soja
por PAULA LÓPEZ Buenos Aires
El Estado gastó en los primeros ocho meses del año todos los dólares que tenía previsto captar en 2013 en concepto de retenciones a las exportaciones sojeras. Eso porque las importaciones de energía sumaron u$s 9000 millones entre enero y agosto últimos, de acuerdo con los datos del Intercambio Comercial Argentino (ICA) difundido ayer por el Indec.
Esa cifra equivale, a grandes rasgos y en promedio, al total que se esperaba recaudar en 2013 en concepto de derechos de exportación a la soja. O dicho de otra forma, las compras externas de combustible para sostener la demanda energética interna ya se consumió el 35% de los dólares que el campo va a dejar en todo el año.
La situación va en línea con las advertencias que vienen realizando varios economistas, en cuanto a que este año la proporción de dólares del campo que se destinan a financiar las importaciones energéticas iba a ser la más alta de los últimos 10 años.
De acuerdo con un reciente informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), este año las compras energéticas en el exterior demandarán al cierre de 2013 44% de los dólares generados por la liquidación de divisas agropecuarias, que en gran parte corresponden al complejo sojero. Los datos son estimativos y sobre todo porque la entidad que dirige Nadin Argañaraz estimó que las compras de energía cerrarían 2013 en u$s 11.000 millones, apenas u$s 2000 millones más que las concretadas hasta agosto.
Las analistas consensuan que en promedio este año la campaña del principal producto de exportación argentino volcará al mercado u$s 25000 millones por liquidación de divisas. De ese total, 35% ingresa al Fisco vía derechos de exportación….


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