CUBA continúa el tibio proceso de evolución al capitalismo
COLOMBIA. El proceso de paz en una fase de confrontación entre las partes
ARTÍCULO DE FONDO. Cachanovsky te explica por qué la economía populista es tan ineficiente como inmoral. Imperdible para comprender a qué juega el Gobierno
CUBA. La fase superior del Socialismo….¡es el Capitalismo! Y Cuba es un ejemplo. Para destrabar a su economía, Cuba viene “privatizando” trabajadores estatales y permitiendo “el mercado” para su desenvolvimiento. Fijate cuántas cosas tiene esto: el Estado se ahorra millones que pagaba como “salario” improductivo o “subsidios”; el Gobierno busca que la iniciativa de esos “privatizados” actuando en “los mercados”, destraben a la paralizada economía socialista de más de 50 años. Iniciativa privada, estímulos de mercado, productividad y competitividad es lo que está detrás del fracaso que significa el modelo socialista en su más pura expresión. En otro lado, están las libertades que crecientemente se reclaman dentro de Cuba. Y esto significa la asquerosa, perversa, intolerables democracia liberal: diversidad de partidos, libertad de pensamiento y de expresión, elecciones libres entre contendientes que opinan distinto. Mientras, en un remoto país del Sur del Planeta Tierra, un grupo político dominante intenta el camino inverso para consolidar su dominio, el control sobre la sociedad y las instituciones, bajo el liderazgo de Cristina “Calza” Fernández…..
Cuba añade 18 nuevas categorías de trabajo privado
JUAN O. TAMAYO
Los cubanos pueden trabajar ahora como agentes de bienes raíces, fabricantes de jabón y otros 16 tipos de trabajos “cuentapropistas”. Pero no pueden vender ropa hecha en fábricas ni sacar partido a la reventa de artículos comprados en tiendas estatales.
Esos dos anuncios paralelos hechos el jueves parecieron reflejar los vacilantes esfuerzos del gobierno de Raúl Castro para abrir la economía de estilo soviético de Cuba lo suficiente para rescatarla de una crisis, pero no lo suficiente para perder el control de la misma.
Un reportaje aparecido en el periódico oficial Granma dijo que el gobierno había aprobado 18 categorías nuevas de trabajos “cuentapropistas”, llevando a 201 los tipos de actividades económicas privadas que son permitidas por el gobierno.
Los nuevos trabajos incluyen agentes de bienes raíces, constructores, vendedores al por mayor de productos agrícolas, reparadores de equipos de communicación como teléfonos celulares, fundidores, reparadores de instrumentos de medición, encargados de reservaciones para bed & breakfast y fabricantes de betún para zapatos, tintes y artículos de mármol.
Ellos se unen a la lista de 183 categorías de trabajos ya permitidos, de electricista a soldador, barbero y payaso de fiesta, desmochador de palmas, entrenador de animales, conductor de mulas y operador de coches de paseo para niños tirados por ponis o chivos. No se mencionan coches tirados por caballos de alzada normal.
Todavía no se permite trabajar por su cuenta a médicos, abogados, periodistas, fabricantes de casi todo tipo de artículos, importadores o exportadores o destiladores de bebidas alcohólicas, entre muchos otros.
El Granma reportó que el aumento en categorías de trabajo privado —el gobierno las llama “el sector no estatal”— fue parte de la campaña de Castro para generar nuevos empleos al mismo tiempo que recorta las nóminas y subsidios estatales debido a que la economía de la isla está paralizada.
“El fin de estos ajustes es continuar desarrollando las actividades no estatales, buscar un clima de confianza y legalidad en el ejercicio de esta forma de gestión nacida para generar empleos, elevar la oferta de bienes y servicios a la población, y permitir que el Estado se concentre en actividades trascendentes para el desarrollo económico”, señaló el periódico.
…Entretanto, nuevas regulaciones publicadas el jueves en la Gaceta Oficial endurecieron las restricciones a las actividades de venta al por menor para reprimir a los que venden bienes traídos por cubanos que viajan al extranjero o que compran los artículos en tiendas estatales.
Cubanos con licencias de sastres o modistas han estado estableciendo tiendas de ropa, por ejemplo, y otros que trabajan como vendedores de productos para el hogar han sacado ganancias al revender artículos comprados en tiendas estatales, generalmente a precios subsidiados.
Las nuevas regulaciones señalan ahora específicamente que sastres y modistas no pueden vender ropa que haya sido fabricada o importada, y los vendedores de artículos para el hogar no pueden sacar ganancias a la reventa de artículos comprados en tiendas estatales.
Granma mencionó que el asesor del Ministerio del Trabajo, José Barreiro, había dicho que las nuevas restricciones están diseñadas para evitar algunas de las “deformaciones” que se han desarrollado en la periferia de algunas de las actividades privadas permitidas.
“El asunto de los productos comprados en las tiendas para luego revenderlos ha generado constantes opiniones entre la población que se queja del desabastecimiento y los altos precios impuestos por los acaparadores”, dijo Barreiro
COLOMBIA. PROCESO DE PAZ.  La negociación ha tomado otro ritmo y la forma de enlentecerla es la guerra de acusaciones y argumentaciones de cualquier tipo. Las farc fueron puestas  por el Presidente Santos en la situación de definir cosas concretas y, luego, someterlas a un referéndum. Curiosamente, las farc no admiten por lo que decían secuestrar, asesinar y atacar: la voluntad del pueblo. Quieren un acuerdo de cúpulas, una asamblea constituyente y una reforma entre élites. La clave de todo esto es que en Colombia habrá presidenciales en menos de un año y Santos quiere la re-elección. A las farc, entonces, les conviene demorar el proceso de tal manera de erosionar al candidato: en su estrategia, otro presidente estará más condicionado a cederles cosas.
La carta completa del líder de las farc está en http://farc-ep.co/?p=2587
Gobierno responde a duro comunicado de las FARC
El jefe del equipo negociador del gobierno colombiano en el proceso de paz con las FARC, Humberto De la Calle, dijo el jueves que no considera una amenaza el anuncio del máximo comandante de esa guerrilla de que revelará los detalles de la negociación que se lleva adelante en Cuba.
"Para el gobierno la supuesta revelación de lo ocurrido en La Habana no constituye ni puede constituir ninguna amenaza", aseguró De la Calle en una declaración a la prensa en el norte de Bogotá en la que no aceptó preguntas.
El jueves, el máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, "Timoleón Jiménez" o "Timochenko", hizo público un comunicado en el que sostuvo que "ante tan grande ofensiva discursiva y mediática (del presidente Juan Manuel Santos) contra nosotros y lo que sucede en la mesa (de negociación), con el exclusivo propósito de que el país y el mundo conozcan en verdad lo que ocurre, he decidido autorizar a nuestros voceros en La Habana la elaboración de un informe al pueblo colombiano".
Según De la Calle, "ni una sola de las intervenciones del gobierno en La Habana se ha salido de los más estrictos lineamientos del Estado de derecho y de la preservación del sistema democrático". En síntesis, enfatizó, "no puede haber ni aceptamos amenazas de ninguna naturaleza".
Santos ha dicho que ya es hora de resolver el conflicto armado interno. "Llevamos ya un año prácticamente negociando y solamente tenemos acuerdos en un punto y la paciencia del pueblo colombiano y el mundo entero es limitada". El domingo el gobernante dijo en Nueva York que "nadie le ha dado tan duro a las FARC como este servidor".
Esas declaraciones, según Timochenko, cuyo verdadero nombre es Rodrigo Londoño Echeverry, apuntan "a señalar con un grave e irresponsable sesgo que el conflicto armado colombiano, la guerra, esa que ha dado en llamar mula o vaca muerta atravesada en el camino, es atribuible de manera exclusiva a la insurgencia".
El gobierno, agregó el jefe rebelde, "presiona (el proceso de paz) con el cuento de que el tiempo y la paciencia de los colombianos se agotan". Insistió en que para que la negociación llegue a buen puerto las decisiones que se tomen deben ser consensuadas.
Los delegados rebeldes en Cuba están encabezados por Luciano Marín Arango, alias "Iván Márquez", y Jorge Torres Victoria, alias "Pablo Catatumbo", y otros cuatro comandantes guerrilleros.
Desde fines del año pasado las FARC y el gobierno de Santos adelantan en la capital cubana un proceso de paz para tratar de poner fin a casi 50 años de confrontaciones entre las partes.
ARTÍCULO DE FONDO. Enviado por mail por la Fundación Atlas www.atlas.org.ar
El populismo es esencialmente inmoral
Autor: Roberto Cachanosky
(Economista. Galardonado con el Premio a la Libertad, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre)
El populismo no solo es ineficiente como organización económica, sino que es fundamentalmente inmoral porque su funcionamiento así lo requiere.
Infinidad de veces me han preguntado por qué el gobierno comete las barbaridades económicas que vemos a diario. Por qué Moreno patotea a los empresarios, cierra la economía y otras torpezas más. Por qué desde el BCRA destrozan la moneda. En fin, ¿cuál es la razón de esta política económica destructiva?
Responder a este interrogante no es tan sencillo. Algunos lo explicarán desde la ignorancia y otros por cuestiones de resentimiento. Es posible que haya una mezcla de estos dos factores, pero, aunque parezca mentira, creo que en el fondo hay un problema de razonar la economía.
El kircherismo-cristinismo ven el proceso económico como una lucha por la distribución del ingreso. Creen que si un sector tiene ganancias es porque otros salen perdiendo. No entienden que en economía todos pueden salir ganando sin que el Estado se meta a hacer las burradas que hacen ellos todos los días.
Esta visión de la economía como si fuera una guerra queda en evidencia en los discursos oficiales. Nos quieren invadir con productos importados. Tenemos que defender la producción nacional. Los empresarios tienen que moderar sus ganancias.
Todo el discurso es en un tono de conflicto, el cual solo es solucionado por la “sabiduría”, “bondad” y “ecuanimidad” de la presidente. Es decir, si algo bueno pasa en la economía es porque ellos son los iluminados que hacen justicia con sus políticas, no porque la gente sea eficiente y competitiva.
Sin duda que parte de este discurso puede obedecer al populismo que trata de captar votos diciendo: “gracias a mí, Uds. los marginados, tienen un ingreso mejor”. Y cuando el populismo se complica por falta de recursos para mantener la fiesta de consumo, jamás se va a aceptar los groseros errores cometidos. Todo se limita a denunciar conspiraciones ocultas que vienen a destruir la construcción de un proyecto bondadoso encarnado en una sola persona. Eso es parte del discurso político populista que vaya uno a saber que fundamentos psicológicos tiene.
En rigor la economía no es una guerra donde unos ganan y otros pierden. Sí hay competencia entre empresas para ganarse el favor del consumidor. Esa competencia consiste en invertir para vender los mejores productos a los precios más convenientes para ganarse el favor del consumidor. Para ello se requiere inversión, capacidad de gestión y agregar valor. En ese proceso de inversiones se crean nuevos puestos de trabajo que aumentan la demanda de mano de obra y fuerzan los salarios al alza.
Al mismo tiempo, mientras más se invierte, más unidades se producen (aumenta la productividad), lo cual hace bajar los costos fijos por unidad producida, los bienes y servicios son más abundantes y baratos y mejora el nivel de ingreso de la gente.
Pero no porque las empresas ganen menos. Las empresas ganan más porque venden más, a precios más bajos y mejores calidades. Su ganancia está en el volumen.
El ejemplo que podemos dar es el de las computadoras. Cada vez tienen mejores procesadores, más capacidad de almacenaje de datos, etc. y los precios bajan o se mantienen. Con la telefonía celular ocurre algo similar. Obviamente estoy hablando del resto del mundo, no de Argentina donde gracias al modelo de sustitución de importaciones los “empresarios”, que en rigor en su mayoría son cortesanos del poder de turno, obtienen privilegios para no competir y perjudicar a los consumidores vendiéndoles productos de baja calidad y a precios más altos que en el resto del mundo. Basta con hacer una simple recorrida por los portales de internet para advertir las notebooks que se venden en EE.UU. y en Argentina, comparando precios y calidades.
Pero el gobierno no ve la competencia como un proceso por el cual los empresarios deben invertir y competir para ganarse el favor del consumidor. Por el contrario, consideran que la competencia no funciona y la producción, los precios de venta, los salarios y lo que tiene que producirse depende de una mente iluminada para ser exitosa. Hoy es Moreno el supuesto “iluminado” como en otro momento, con otros modales, fueron Grinspun, Gelbard y tantos otros ministros de economía que consideraban que solo la “bondad” de los gobernantes lograba mejorar el ingreso de la gente frente a la avaricia de los empresarios, al tiempo que esa “avaricia” empresaria es alimentada cerrando la competencia a los bienes importados. Una razonamiento realmente para psiquiatras.
Dentro de este pensamiento autoritario en materia económica, que es una especie de iluminismo económico y monopolio de la bondad de los políticos, no hay lugar para entender que la competencia es un proceso de descubrimiento. Descubrir qué demanda la gente, qué precios está dispuesta a pagar por cada mercadería y qué calidades exige. Por eso el populismo económico inhibe la capacidad de innovación de la gente y los “empresarios” millonarios son, en su mayorista, simples lobbistas que hacen fortunas con negociados turbios gracias a sus influencias con los corruptos funcionarios. Es en este punto en que el intervencionismo deja de ser ineficiente para transformarse en esencialmente inmoral porque los beneficios empresariales no nacen de satisfacer las necesidades de la gente, sino de esquilmar los bolsillos de los consumidores. Y como para esquilmarlos necesitan el visto bueno de los funcionarios públicos, ese acuerdo se transforma enorme corrupción donde la riqueza surge de expoliar a la gente mediante pactos corruptos.
Pero como los populistas no son tontos, entonces empiezan a redistribuir ingresos en forma forzada para tratar de calmar a las masas tirándoles migajas de aumentos de sueldos para calmarlas, mientras funcionarios y pseudo empresarios pesan bolsos de dinero.
Desde el punto de vista estrictamente económico la tan denostada economía de mercado es más eficiente que el populismo y el intervencionismo porque para poder progresar el sistema exige que inevitablemente el empresario tenga que hacer progresar a los trabajadores con mejores sueldos y condiciones laborales, al tiempo que también hacen progresar a los consumidores porque éstos solo les compraran si producen algún bien de buena calidad y a precio competitivo. No es por benevolencia que ganan plata los empresarios en una economía de mercado, sino por esforzarse para obtener el favor de los consumidores. A diferencia del intervencionismo populista en que se acumulan fortunas sin invertir y expoliando a consumidores y trabajadores, conformándolos con migajas que “bondadosamente” les otorga el autócrata de turno.
Pero además de ser más eficiente la economía de mercado, su gran diferencia con el intervencionismo es que está basada en principios morales y éticos en que nadie se apropia de lo que no le corresponde. No se usa al Estado y a sus funcionarios para que, con el monopolio de la fuerza, se desplume a trabajadores y consumidores. No se hace de la corrupción una forma de construcción política en que las voluntades se compran.
Por eso, y para ir finalizando, el drama de los pueblos es que cuando se instala el populismo, se van cambiando los valores de la sociedad, donde la cooperación pacífica y voluntaria entre las personas es dejada de lado y se impone la prepotencia, el robo legalizado, la corrupción y el vivir a costa de otra como forma de vida.
Como se ve, no estamos hablando solo de eficiencia económica cuando hablamos de capitalismo versus populismo. Estamos diciendo que la economía de mercado es un imperativo moral frente a la inmoralidad del populismo intervencionista, dado que en este último imperan la corrupción y el saqueo. La decencia, la honestidad en la función pública y la transparencia en los actos de gobierno no son la esencia del populismo. Por eso el populismo no solo es ineficiente como organización económica, sino que es fundamentalmente inmoral porque su funcionamiento así lo requiere.


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