ARGENTINA DECADENTE O LA ACELERACIÓN DE LA DECADENCIA
El debate sobre la inseguridad mantiene distraída a la
dirigencia política, sin que nadie logre articular un plan integral e integrado
sobre el tema. Inclusive, quienes desde el campo periodístico dan relevancia al
tema, terminan cargando hasta con mala fe sobre el único personaje del Gobierno
que aparece proactivo al respecto, como es Sergio Berni. Así, el único funcionario de este Gobierno que
da la cara, accesible a las radios opositoras más recalcitrantes, no encontró
apoyo alguno. Es un auténtico solitario en lo que hace ya que para las
izquierdas es un derechista y para las derechas es un funcionario del Gobierno
y, por lo tanto, lo que haga bien estará mal. Berni tiene, ciertamente, sus
cosas pero vale nuestro comentario ya que es lo más proactivo a algo que se
parece trabajar en el campo sobre la seguridad que hay a nivel nacional.
Así las cosas, en el programa Santiago del Moro en América TV del viernes
12-9-14, se expuso entre los fuertes
debates que allí suelen producirse las dos posturas que existen en la materia:
la que demanda acciones concretas contra la inseguridad, prevaleciendo la
judicialización y encarcelamiento de los delincuentes y la que expone la
necesidad de crear condiciones de inclusión social, laboral y educacional como
herramienta principal para construir una sociedad más segura. Es la que apoya,
además, el anteproyecto de código des-penal que encabezara Zaffaroni.
Aquella postura, atiende al aquí y al ahora. La segunda, al
largo plazo. La primera sin un plan de largo plazo, sostenido y mejorado por
diferentes gobiernos que se sucedan, será un serio problema ya que demandará
más cárceles y encarcelados sin un impacto real en los índices delincuenciales.
La segunda, sin un plan de corto plazo, no pasa más que de una utopía de la que
nadie podrá verificar mejoramiento alguno en el aquí y ahora y, por lo tanto,
no logra superar la creciente desconfianza de la sociedad.
Lo que no hacen los contendientes en el debate es destruir
el argumento oficialista. Si la diputada del FPV expuso con vehemencia que la
inseguridad debe superarse con un modelo productivo e inclusivo, nadie le
respondió que en casi 12 años de gobierno Kirchner-cristinista tan exitoso en
la aplicación del modelo productivo e inclusivo, la delincuencia aumentó en volumen
e intensidad, desarrollándose, además, la consolidación de bandas criminales de
narcos y, más aún, ladrones que vienen al país a robar e irse ya que si los
atrapan sin armas, salen rápidamente y sin consecuencias mayores.
Pues bien, si llevamos casi 12 años de una exitosa
experiencia productivista e inclusiva y la delincuencia ha crecido y crecido,
¿qué es lo que falló? ¿Acaso el crecimiento de la delincuencia no tiene nada
que ver con la producción, el trabajo y la inclusión? Esto revelaría, entonces,
un error conceptual de envergadura. ¿Acaso el modelo de producción, trabajo e
inclusión no ha sido lo exitoso que la Presi alega? Esto desafiaría al propio
modelo del que la Presidente y sus militantes se llenan la boca.
Porque 12 años es mucho tiempo para ver la tendencia de cualquier
política. Y si la inseguridad era consecuencia del desempleo de los 90s y la
crisis del 2001/2, luego de 12 años de tasas chinas de crecimiento, tasas
inéditas de empleo, gigasubsidios a la pobreza con sentido de inclusión en el
consumo, regalos a los pobres de heladeras, televisores y crecimiento
espiritual con Fútbol para Todos, ¿cómo se explica la creciente inseguridad?
El tratamiento dado por el Gobierno Nacional y el de Daniel
Scioli ha sido igual que con el Indec. Primero, ocultan las cifras o solamente
son accesibles para muy expertos. Inclusive, se retienen cifras y se dan a
conocer años después. Como con el índice de inflación, el Gobierno no habla del
tema, lo oculta y solamente en situaciones de conmoción social aparece diciendo
o haciendo algo.
Pero, las preguntas que nos formulamos son, también,
aplicables, a la “exitosa” alianza Socialista-radical que gobierna a la
Provincia de Santa Fé desde hace muchos años. El narcotráfico es ya una parte
del entramado social y laboral de la provincia, habiéndose constituido bajo el
Gobierno de Binner. ¡Si hasta la Policía Judicial estaba en el negocio!, además
de la policía provincial que proveyó el primer caído cuando el Gobierno
Nacional intervino en Santa Fé con la mala intención de desprestigiarlo a
Binner. A pesar de la intención, el Gobierno Nacional destapó una olla de
proporciones.
O, acaso, las
políticas del social-radicalismo no fueron todo lo buena que dicen que fueron, y
la expansión de la delincuencia no tiene nada que ver con cuán bien o mal
gobiernes y hay otras causas que no estamos identificando.
Planteado el tema así, llegamos a la conclusión que nadie
tiene conclusión alguna sobre el fenómeno delincuencial y, por lo tanto,
solamente podemos esperar que el espacio delincuencial de todo tipo siga
acrecentándose en el tiempo, tal como las políticas de complacencia estudiantil
están acrecentando la pobreza de todo tipo de nuestras masas más pobres: si hay
más pobres en la Argentina, no solamente hay que interpelar a la relación
dólar-peso, el cepo cambiario, el robo desde los gobiernos, la emisión monetaria.
Debemos advertir que el sistema público de educación perdió el rumbo, perdió
los valores y con él, se perdieron algunos millones de personas. ¿Debería algún
abogado lector de NdF ensayar la aplicación de “crímen de lesa humanidad” las
pésimas políticas y prácticas del Estado argentino desde la reforma de Duhalde
para acá?.
La realidad hoy o es tapada por relatos de un oficialismo cuando,
en realidad, es la palpable y contundente consecuencia de pésimas políticas y
peores prácticas desde ideológicas hasta deshonestas de los gobernantes de
todos los niveles de todos estos años.
La oposición se entrampa en el debate de inclusión social
aunque se han sentido liberados de presentar planes concretos y mantenerse en
el nivel de divague. El oficialismo ha divagado por demasiado tiempo. Las
consecuencias: miles de muertos y millones de damnificados de un fenómeno que
no cesa y que, librado a la naturaleza, promete constituirse en un modo de vida
nacional. Y no solamente “la
delincuencia” sino la misma resolución de conflictos o la reacción de caprichos
no satisfechas, se resuelven con un asesinato. El último caso, el de Melina en
el que chicos de 16 años asesinaron a una chica casi casi per jodere.
¿Argentina en decadencia? Sí y el debate sobre la promoción
automática de alumnos en el sistema educativo bonaerense y el del tratamiento
de la inseguridad mientras la muerte se constituye en una cultura nacional,
indican que estamos en decadencia y que ésta ha pasado de una pendiente suave a
una más aguda. Quienes se postulen al 2015, ¿tendrán claridad en esto o
actuarán como hasta ahora, tema por tema y sin poder salir de lo “políticamente
correcto?
Dios dirá.
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