SINODO DE LA FAMILIA: INFORME CASI COMPLETO HASTA QUE SE PUBLIQUE LA VERSIÓN EN ESPAÑOL DE LA RELATIO SYNODI
Finalmente, el Papa cerró el Sínodo con un discurso que tratando de ponerse entre “la tentación del endurecimiento hostil” y  “La tentación del "buenismo" destructivo” -en una suerte de “tercera posición” de su peronismo de entonces-, fija un posicionamiento más bien ortodoxo antes que lo revolucionario que presagiaba la Relatio resistida por buena parte de los Padres Sinodales. Se presentó una nueva Relatio con un total de 61 puntos y con la aprobación mayoritaria de los sinodistas a excepción de 3 puntos que, logrando la mayoría de votos no obtuvieron los 2/3 requeridos. Sin embargo, sería lo que queda de la Relatio post disceptationem tan resistida por el grueso de los sinodales. La versión italiana la podés leer en

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*La noticia abreviada
*La historia del Sínodo que acaba de finalizar, por Sandro Magister
*El Discurso del Papa cerrando el Sínodo
*Los 3 puntos que no alcanzaron los 2/3 requeridos. Dos quedaron a favor del Papa. Uno cambió radicalmente el texto del primer documento.
Te conviene imprimir e ir leyendo cada cosa.

El Papa autoriza a publicar la Relatio Synodi aprobada por el Sínodo de la Familia
Sabado 18 Oct 2014
Ciudad del Vaticano (AICA): Los padres sinodales, en la tarde del sábado, votaron y aprobaron la Relatio Synodi, el documento que servirá para seguir trabajando durante este año en preparación para el Sínodo Ordinario del 2015 sobre la familia. La votación se realizó punto por punto. A pedido del Papa, junto con el documento se adjunta también una tabla con el número de votos a favor y en contra.
Tres puntos no alcanzaron la mayoría de los dos tercios de los votos. Son los referidos al acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar, a la comunión espiritual y sobre las personas homosexuales. En los dos primeros, el Papa logró mantener un ventiluz abierto. En el tercero, se cambió radicalmente el texto.

La verdadera historia de este sínodo vaticano
Por: Sandro Magister
Nuevos paradigmas sobre divorcio y homosexualidad ya son normales en los vértices de la Iglesia. La primera "relatio" polémica ha sido muy modificada, pero Francisco es paciente, cree que "el tiempo es superior al espacio"
"Ha vuelto a soplar el espíritu del Concilio", ha dicho el cardenal filipino Luis Antonio G. Tagle, estrella emergente de la jerarquía mundial, además de historiador experto en el Vaticano II. Y es verdad. En el sínodo que está a punto de concluir hay muchos elementos comunes con lo que sucedió en ese gran acontecimiento.
La semejanza más llamativa es la separación entre el sínodo real y el sínodo virtual transmitido por los medios de comunicación.
Pero hay una similitud aún más sustancial. Tanto en el Concilio Vaticano II como en este sínodo, los cambios de paradigma son el producto de una cuidada y atenta dirección. Un protagonista del Vaticano II como don Giuseppe Dossetti – habilísimo estratega de los cuatro cardenales moderadores que estaban al mando de la maquinaria conciliar – la reivindicó con orgullo. Dijo "haber dado un vuelco a la suerte del Concilio" gracias a su capacidad para pilotar la asamblea, aprendida en su experiencia política anterior como líder del mayor partido italiano.
También en este sínodo ha sucedido lo mismo. Tanto la apertura a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil – y, por lo tanto, la admisión por parte de la Iglesia de las segundas nupcias – como el impresionante cambio de paradigma en el tema de la homosexualidad introducido en la "Relatio post disceptationem", no habrían sido posibles sin una serie de pasos hábilmente calculados por quien tenía, y tiene, el control de los procedimientos.
Para entenderlo, basta recorrer las etapas que han llevado a este resultado, aunque el final provisional del sínodo - como se verá - no ha cumplido las expectativas de sus directores.
El primer acto tiene por protagonista al Papa Francisco en persona. El 28 de julio de 2013, en la rueda de prensa en el avión que lo llevaba de vuelta a Roma después de su viaje a Brasil, él lanza dos señales que tuvieron un impacto fortísimo y duradero en la opinión pública.
El primero, sobre el trato a los homosexuales: "Si una persona es homosexual y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?".
El segundo, sobre la admisión de las segundas nupcias: "Un paréntesis: los ortodoxos siguen la teología de la economía, como la llaman, y dan una segunda posibilidad [de matrimonio], lo permiten. Creo que este problema - cierro el paréntesis - se debe estudiar en el marco de la pastoral matrimonial".
Sigue en octubre de 2013 la convocatoria de un sínodo sobre la familia, primero de una serie de dos sínodos sobre el mismo tema en el arco de un año, con decisiones pospuestas al final del segundo de ellos. Como secretario general de esta especie de sínodo permanente y prolongado el Papa nombra a un nuevo cardenal con ninguna experiencia al respecto, pero muy cercano a él: Lorenzo Baldisseri, al lado del cual, como secretario especial, nombra al obispo y teólogo Bruno Forte, anteriormente exponente de relieve de la línea teológica y pastoral que había tenido su faro en el cardenal jesuita Carlo Maria Martini y a sus mayores adversarios en Juan Pablo II primero y en Benedicto XVI después: una línea declaradamente abierta a un cambio en la enseñanza de la Iglesia en campo sexual.
A la convocación del sínodo se asocia el lanzamiento de un cuestionario a nivel mundial con preguntas específicas sobre las cuestiones más controvertidas, incluidas la comunión a los que se han vuelto a casar y las uniones homosexuales.
Gracias a este cuestionario - al que seguirá la publicación intencionada de las respuestas por parte de algunos episcopados de lengua alemana - se genera en la opinión pública la idea de que se trata de cuestiones que ya hay que considerar "abiertas", no sólo en la teoría, sino también en la práctica.
Da prueba de esta huida hacia adelante, por ejemplo, la archidiócesis de Friburgo, en Alemania, dirigida por el presidente de la conferencia episcopal alemana, Robert Zollitsch el cual, en un documento de su oficina pastoral, anima al acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar sobre la simple base de una "decisión de conciencia".
Desde Roma, el prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, el cardenal Gerhard L. Müller, reacciona publicando el 23 de octubre de 2013 en "L'Osservatore Romano" una nota suya, que ya había sido publicada en Alemania, con la que vuelve a confirmar y explica la prohibición de la comunión.
Sin embargo, su recordatorio no hace que la archidiócesis de Friburgo retire ese documento; al contrario, tanto el cardenal alemán Reinhard Marx como, con palabras más groseras, el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga critican a Müller por su "pretensión" de troncar la discusión en materia. Tanto Marx como Maradiaga forman parte del consejo de ocho cardenales llamados por el Papa Francisco para asistirlo en el gobierno de la Iglesia Universal. El Papa no interviene en apoyo de Müller.
El 20 y el 21 de febrero de 2014, los cardenales se reúnen en Roma en consistorio. El Papa Francisco les pide debatir sobre la familia y delega la relación de introducción al cardenal Walter Kasper, combativo defensor en los primeros años Noventa de superar la prohibición de la comunión a los casados en segundas nupcias pero derrotado, en esa época, por Juan Pablo II y Joseph Ratzinger.
En el consistorio, a puertas cerradas, Kasper vuelve a relanzar las tesis de entonces.  Numerosos cardenales se oponen, pero Francisco lo gratifica con grandes elogios. A continuación, Kasper dirá que había "concordado" con el Papa sus propuestas.
Además, Kasper recibe del Papa el privilegio de romper la reserva sobre cuanto dicho por él en el consistorio, a diferencia de los otros cardenales. Cuando el 1 de marzo su relación sale publicada por sorpresa en el diario italiano "Il Foglio", la misma relación está de facto ya en proceso de impresión en la editorial Queriniana. El eco de la publicación es inmenso.
A inicios de la primavera, para equilibrar el impacto de las propuestas de Kasper, la congregación para la doctrina de la fe programa la publicación en "L'Osservatore Romano" de una intervención de signo opuesto de un cardenal de primer plano. Pero contra la publicación de este texto se dispara la prohibición del Papa.
Sin embargo, las tesis de Kasper son objeto de unas críticas severas y razonadas por parte de un buen número de cardenales, que intervienen en distintas ocasiones en los órganos de prensa. En la vigilia del sínodo, cinco de estos cardenales vuelven a publicar en un libro sus intervenciones anteriores, complementadas con ensayos de otros estudiosos y de un alto dirigente de la curia, jesuita, arzobispo, experto en la praxis matrimonial de las Iglesias orientales. Kasper, con un amplio consenso de los medios de comunicación, deplora la publicación del libro como afrenta cuyo fin es atacar al Papa.
El 5 de octubre inicia el sínodo. Contrariamente a lo que se hacía en el pasado, las intervenciones en el aula no se dan a conocer al público. El cardenal Müller protesta contra esta censura. Pero en vano. Una prueba más, dice, de que "no formo parte de la dirección".
La central operativa del sínodo la forman los secretarios general y especial, Baldisseri y Forte, flanqueados por los que se ocuparán de la redacción del mensaje y la "Relatio" finales, elegidos por el Papa y todos ellos pertenecientes al "partido" del cambio, con a la cabeza su "ghost writer" de confianza Víctor Manuel Fernández, arzobispo y rector de la Universidad Católica de Buenos Aires.
Que ésta es la verdadera cabina de dirección del sínodo es algo que se hace patente de manera clamorosa el lunes 13 de octubre, cuando ante más de doscientos periodistas de todo el mundo, el cardenal delegado que figura como el autor formal de la "Relatio post disceptationem", el húngaro Péter Erdõ, preguntado sobre los párrafos concernientes a la homosexualidad, se niega a responder y cede la palabra a Forte diciendo: "Quien ha redactado este pasaje debe saber qué decir".
A la petición de aclarar si los párrafos sobre la homosexualidad pueden ser interpretados como un cambio radical en la enseñanza de la Iglesia en materia, de nuevo el cardenal Erdõ responde: "¡Ciertamente!", marcando también aquí su desacuerdo.
Efectivamente, estos párrafos reflejan no una orientación expresada en el aula por un número consistente de padres – como uno espera leer en una "Relatio" – sino las cosas dichas por no más de tres de ellos, sobre casi doscientos, en especial por el jesuita Antonio Spadaro, director de "La Civiltà Cattolica", nombrado miembro del sínodo personalmente por el Papa Francisco.
El martes 14 de octubre, en rueda de prensa, el cardenal sudafricano Wilfrid Napier denuncia con palabras cortantes el efecto de la prevaricación llevada a cabo por Forte incluyendo en la "Relatio" esos explosivos párrafos. Esos, dice, han puesto a la Iglesia en una posición irredimible. Porque "el mensaje ya ha salido: esto es lo que dice el sínodo, esto es lo que dice la Iglesia. A este punto no hay corrección posible, todo lo que podemos hacer es intentar limitar los daños".
En realidad, en los diez círculos lingüísticos en los que los padres sinodales prosiguen la discusión, la "Relatio" es objeto de una "masacre". Empezando por su lenguaje "touffu, filandreux, excessivement verbeux et donc ennuyeux" (del francés, "denso, enrevesado, excesivamente verboso y, por lo tanto, aburrido"), como denuncia el despiadado relator oficial del grupo "Gallicus B" de lengua francesa, a pesar de que incluye dos ases de dicho idioma – y de sus contenidos igualmente vagos y equívocos – como los cardenales Christoph Schönborn y Godfried Danneels.
El jueves 16 se retoman las sesiones en el aula y el secretario general Baldisseri, que tenía a su lado al Papa, da el aviso de que las relaciones de los diez grupos no se harán públicas. Explota la protesta. El cardenal australiano George Pell, con físico y temperamento de jugador de rugby, es el más intransigente a la hora de exigir la publicación de los textos. Baldisseri cede. El mismo día, el Papa Francisco se ve obligado a integrar el pool encargado de escribir la relación final, e incluye al arzobispo de Melbourne Denis J. Hart y, sobre todo, al combativo cardenal sudafricano Napier.
El cual, sin embargo, había acertado. Porque cualquiera que sea la desembocadura de este sínodo programáticamente privado de una conclusión, el efecto deseado por sus directores ha sido, en buena medida, alcanzado.
De hecho, tanto sobre la homosexualidad como sobre el divorcio y las segundas nupcias, el nuevo verbo reformador incluido a pesar de todo en el circuito mundial de los medios de comunicación vale más que el favor que las propuestas de Kasper o de Spadaro han efectivamente recogido entre los padres sinodales.
El partido podrá durar mucho. Pero el Papa Francisco es paciente. En la "Evangelii gaudium" ha escrito que "el tiempo es superior al espacio".

DISCURSO DEL PAPA: las tentaciones a las que debe la Iglesia escapar. Expone sobre la tarea del Papa principalmente como ”… el garante de la obediencia , de la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y al Tradición de la Iglesia…” ¿Un recordatorio a los miembros del Sínodo de quién es el que, finalmente manda? Veremos
Termina con una larga cita de Benedicto XVI lo que resulta muy significativo luego del entredicho de los Padres Sinodales con la Relatio post disceptationem. Un concepto clave en el Papa: la Iglesia metida en el mundo real, concreto, el del pecado con un concepto de servicio antes que de juzgamiento o clasificación: si Jesús fue tentado por el propio demonio, ¿cuánto más nos ocurre a nosotros? Ni dogmatismo ni “buenismo”. Ratifica la indisolubilidad del matrimonio. Vale la pena leerlo. Las negritas y cursivas son nuestras.
Texto completo del discurso del Papa Francisco al Sínodo de los Obispos:
Queridos Eminencias, Beatitudes, Excelencias, hermanos y hermanas:
¡Con un corazón lleno de reconocimiento y de gratitud quiero agradecer junto a ustedes al Señor que nos ha acompañado y nos ha guiado en los días pasados, con la luz del Espíritu Santo!
Agradezco de corazón a S. E. Card. Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo, S. E. Mons. Fabio Fabene, Sub-secretario, y con ellos agradezco al Relator S. E. Card. Peter Erd y el Secretario Especial S. E. Mons. Bruno Forte, a los tres Presidentes delegados, los escritores, los consultores, los traductores, y todos aquellos que han trabajado con verdadera fidelidad y dedicación total a la Iglesia y sin descanso: ¡gracias de corazón!
Agradezco igualmente a todos ustedes, queridos Padres Sinodales, Delegados fraternos, Auditores, Auditoras y Asesores por su participación activa y fructífera. Los llevare en mis oraciones, pidiendo al Señor los ¡recompense con la abundancia de sus dones de su gracia!
Puedo decir serenamente que –con un espíritu de colegialidad y de sinodalidad– hemos vivido verdaderamente una experiencia de "sínodo", un recorrido solidario, un "camino juntos".
Y siendo "un camino" –como todo camino– hubo momentos de carrera veloz, casi de querer vencer el tiempo y alcanzar rápidamente la meta; otros momentos de fatiga, casi hasta querer decir basta; otros momentos de entusiasmo y de ardor. Momentos de profundo consuelo, escuchando el testimonio de pastores verdaderos (Cf. Jn. 10 y Cann. 375, 386, 387) que llevan en el corazón sabiamente, las alegrías y las lágrimas de sus fieles.
Momentos de gracia y de consuelo, escuchando los testimonios de las familias que han participado del Sínodo y han compartido con nosotros la belleza y la alegría de su vida matrimonial. Un camino donde el más fuerte se ha sentido en el deber de ayudar al menos fuerte, donde el más experto se ha prestado a servir a los otros, también a través del debate. Y porque es un camino de hombres, también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación, como algunas de las siguientes:
- La tentación del endurecimiento hostil, esto es el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celosos, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados "tradicionalistas" y también de los intelectualistas.
- La tentación del "buenismo" destructivo, que en nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causa ni las raíces. Es la tentación de los "buenistas", de los temerosos y también de los así llamados "progresistas y liberalistas".
- La tentación de transformar la piedra en pan para terminar el largo ayuno, pesado y doloroso (Cf. Lc 4, 1-4) y también de transformar el pan en piedra , y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8,7) de transformarla en "fardos insoportables" (Lc 10,27).
- La tentación de descender de la cruz para contentar a la gente, y no permanecer, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en vez de purificarlo e inclinarlo al Espíritu de Dios.
- La Tentación de descuidar el "depositum fidei", considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando ¡una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir nada!
Queridos hermanos y hermanas, las tentaciones no nos deben asustar ni desconcertar, ni mucho menos desanimar, porque ningún discípulo es más grande que su maestro; por lo tanto si Jesús fue tentado –y además llamado Belcebú (Cf. Mt 12,24)– sus discípulos no deben esperarse un trato mejor.
Personalmente me hubiera preocupado mucho y entristecido sino se hubieran dado estas tenciones y estas discusiones animadas; este movimiento de los espíritus, como lo llamaba San Ignacio (EE, 6) si todos hubieran estado de acuerdo o taciturnos en una falsa y quietista paz. En cambio he visto y escuchado –con alegría y reconocimiento– discursos e intervenciones llenos de fe, de celo pastoral y doctrinal, de sabiduría, de franqueza, de coraje y parresía. Y he sentido que ha sido puesto delante de sus ojos el bien de la Iglesia, de las familias y la "suprema lex": la "salus animarum" (Cf. Can. 1752). Y esto siempre sin poner jamás en discusión la verdad fundamental del Sacramento del Matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la procreatividad, o sea la apertura a la vida (Cf. Cann. 1055, 1056 y Gaudium et Spes, 48).
Esta es la Iglesia, la viña del Señor, la Madre fértil y la Maestra premurosa, que no tiene miedo de remangarse las manos para derramar el óleo y el vino sobre las heridas de los hombres (Cf. Lc 10,25-37); que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas. Esta es la Iglesia Una, Santa, Católica y compuesta de pecadores, necesitados de Su misericordia. Esta es la Iglesia, la verdadera esposa de Cristo, que busca ser fiel a su Esposo y su doctrina.
Es la Iglesia que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y los publicanos (Cf. Lc 15). La Iglesia que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no sólo a los justos o aquellos que creen ser perfectos! La Iglesia que no se avergüenza del hermano caído y no finge no verlo, al contrario, se siente comprometida y obligada a levantarlo y a animarlo a retomar el camino y lo acompaña hacia el encuentro definitivo con su Esposo, en la Jerusalén celeste.
¡Esta es la Iglesia, nuestra Madre! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del sensus fidei, de aquel sentido sobrenatural de la fe, que viene dado por el Espíritu Santo para que, juntos, podamos todos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida, y esto no debe ser visto como motivo de confusión y malestar.
Tantos comentaristas han imaginado ver una Iglesia en litigio donde una parte está contra la otra, dudando hasta del Espíritu Santo, el verdadero promotor y garante de la unidad y de la armonía en la Iglesia.
El Espíritu Santo que a lo largo de la historia ha conducido siempre la barca, a través de sus Ministros, también cuando el mar era contrario y agitado y los Ministros infieles y pecadores.
Y, como he osado decirles al inicio, era necesario vivir todo esto con tranquilidad y paz interior también, porque el sínodo se desarrolla cum Petro et sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos.
Por lo tanto, la tarea del Papa es aquella de garantizar la unidad de la Iglesia; es aquella de recordar a los fieles su deber de seguir fielmente el Evangelio de Cristo; es aquella de recordar a los pastores que su primer deber es nutrir la grey que el Señor les ha confiado y de salir a buscar –con paternidad y misericordia y sin falsos miedos– la oveja perdida.
Su tarea es la de recordar a todos que la autoridad en la Iglesia es servicio (Cf. Mc 9,33-35) como ha explicado con claridad el Papa Benedicto XVI con palabras que cito textualmente: "la Iglesia esta llamada y se empeña en ejercitar este tipo de autoridad que es servicio, y la ejercita no a título propio, sino en el nombre de Jesucristo... a través de los Pastores de la Iglesia, de hecho, Cristo apacienta a su grey: es Él que la guía, la protege, la corrige porque la ama profundamente. Pero el Señor Jesús, Pastor supremo de nuestras almas, ha querido que el Colegio Apostólico, hoy los Obispos, en comunión con el Sucesor de Pedro ... participaran en este misión suya de cuidar al pueblo de Dios, de ser educadores de la fe, orientando, animando y sosteniendo a la comunidad cristiana, o como dice el Concilio, "cuidando sobre todo que cada uno de los fieles sean guiados en el Espíritu santo a vivir según el Evangelio su propia vocación, a practicar una caridad sincera y operosa y a ejercitar aquella libertad con la que Cristo nos ha librado" (Presbyterorum Ordinis, 6)... Y a través de nosotros – continua el Papa Benedicto – es que el Señor llega a las almas, las instruyen las custodia, las guía. San Agustín en su Comentario al Evangelio de San Juan dice: "Sea por lo tanto un empeño de amor apacentar la grey del Señor" (123,5); esta es la suprema norma de conducta de los ministros de Dios, un amor incondicional, como aquel del buen Pastor, lleno de alegría, abierto a todos, atento a los cercanos y premuroso con los lejanos (Cf. S. Agustín, Discurso 340, 1; Discurso 46,15), delicado con los más débiles, los pequeños, los simples, los pecadores, para manifestar la infinita misericordia de Dios con las confortantes de la esperanza(Cf. Id., Carta 95,1)" (Benedicto XVI Audiencia General, miércoles, 26 de mayo de 2010).
Por lo tanto la Iglesia es de Cristo –es su esposa– y todos los Obispos en comunión con el Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y de servirla, no como patrones sino como servidores. El Papa en este contexto no es el señor supremo sino más bien el supremo servidor – "Il servus servorum Dei"; el garante de la obediencia , de la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y al Tradición de la Iglesia poniendo de parte todo arbitrio personal, siendo también – por voluntad de Cristo mismo – "el Pastor y Doctor supremo de todos los fieles" (Can. 749) y gozando "de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal de la iglesia" (Cf. Cann. 331-334).
Queridos hermanos y hermanas, ahora todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias, un año para trabajar sobre la "Relatio Synodi" que es el resumen fiel y claro de todo lo que fue dicho y discutido en esta aula y en los círculos menores.
¡El Señor nos acompañe y nos guíe en este recorrido para gloria de Su nombre con la intercesión de la Virgen María y de San José! ¡Y por favor no se olviden de rezar por mí!.
Traducción de Radio Vaticana

Los puntos que no alcanzaron los 2/3 de los votos exigidos (122 sobre 183 participantes)
Punto 52: la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar. Fue el que más votos en contra tuvo, pero fue aprobado finalmente por 104 a favor y 74 en contra. Los participantes del Sínodo expresaron su decisión de profundizar sobre la cuestión en el futuro. Sin embargo, las reformas impulsadas por Francisco no consiguieron los dos tercios de los votos requeridos para respaldar esa postura. Pero nadie le quita lo bailado.
52. Si è riflettuto sulla possibilità che i divorziati e risposati accedano ai sacramenti della Penitenza e dell’Eucaristia. Diversi Padri sinodali hanno insistito a favore della disciplina attuale, in forza del rapporto costitutivo fra la partecipazione all’Eucaristia e la comunione con la Chiesa ed il suo insegnamento sul matrimonio indissolubile.

Altri si sono espressi per un’accoglienza non generalizzata alla mensa eucaristica, in alcune situazioni particolari ed a condizioni ben precise, soprattutto quando si tratta di casi irreversibili e legati ad obblighi morali verso i figli che verrebbero a subire sofferenze ingiuste.
L’eventuale accesso ai sacramenti dovrebbe essere preceduto da un cammino penitenziale sotto la responsabilità del Vescovo diocesano. Va ancora approfondita la questione, tenendo ben presente la distinzione tra situazione oggettiva di peccato e circostanze attenuanti, dato che «l’imputabilità e la responsabilità di un’azione possono essere sminuite o annullate» da diversi «fattori psichici oppure sociali» (Catechismo della Chiesa Cattolica, 1735).
52 Se ha considerado la posibilidad de que los divorciados casados ​​de nuevo tengan acceso a los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Varios padres sinodales han insistido en favor de las actuales normas en vigor de la relación fundamental entre la participación en la Eucaristía y la comunión con la Iglesia y su enseñanza sobre el matrimonio indisoluble.
Otros, no  generalizados,  expresan dar la bienvenida a la mesa eucarística, en algunas situaciones especiales y bajo condiciones estrictas, sobre todo cuando se trata de casos irreversibles y relacionados con obligaciones morales para con sus hijos que sufrirían sufrimientos injustos.
Cualquier acceso a los sacramentos debe ir precedida de un camino penitencial  bajo la responsabilidad del obispo diocesano. Sigue siendo el tema en profundidad, teniendo en cuenta la distinción entre la situación objetiva de pecado, y de las circunstancias atenuantes, ya que "la imputabilidad o la responsabilidad de una acción pueden disminuir o incluso desaparecer" por "factores psicológicos o sociales" diferentes (Catecismo de la Iglesia Católica, 1735).
Punto 53: que los divorciados que han vuelto a casarse puedan recibir "la comunión espiritual" o el "por qué no pueden recibir la comunión sacramental". Lo mismo ocurrió con este punto, que obtuvo 112 a favor y 63 en contra, y que instaba a continuar evaluando esta posibilidad.  El punto quedó en debate, no cerrado y ciertamente es la base de la reapertura en el Sínodo del año próximo. No le quedó tan mal al Papa.
53. Alcuni Padri hanno sostenuto che le persone divorziate e risposate o conviventi possono ricorrere fruttuosamente alla comunione spirituale. Altri Padri si sono domandati perché allora non possano accedere a quella sacramentale. Viene quindi sollecitato un approfondimento della tematica in grado di far emergere la peculiarità delle due forme e la loro connessione con la teologia del matrimonio.
53 Algunos han argumentado que los padres están divorciados y vueltos a casar o convivientes pueden recurrir a la comunión espiritual fructífera. Otros padres se han preguntado por qué entonces no pueden tener acceso a los sacramentos. A continuación, se pidió una profundización del tema  ya que puede poner de manifiesto las peculiaridades de las dos formas y su relación con la teología del matrimonio.
Punto 55: El relativo a los homosexuales. Este fue otro de los puntos aprobados, aunque con 62 votos contrarios. La mayoría avaló que "los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza" y que se "evitará cualquier marca de discriminación". No obstante, los obispos subrayaron "que no se pueden establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia".
En este punto, el Sínodo finalmente aprueba un texto muy distinto del original y aún así no logró los 2/3 de los votos.
55. Alcune famiglie vivono l’esperienza di avere al loro interno persone con orientamento omosessuale. Al riguardo ci si è interrogati su quale attenzione pastorale sia opportuna di fronte a questa situazione riferendosi a quanto insegna la Chiesa: «Non esiste fondamento alcuno per assimilare o stabilire analogie, neppure remote, tra le unioni omosessuali e il disegno di Dio sul matrimonio e la famiglia». Nondimeno, gli uomini e le donne con tendenze omosessuali devono essere accolti con rispetto e delicatezza. «A loro riguardo si eviterà ogni marchio di ingiusta discriminazione» (Congregazione per la Dottrina della Fede, Considerazioni circa i progetti di riconoscimento legale delle unioni tra persone omosessuali, 4).
55. Algunas  familias viven la experiencia de tener integrantes con orientación homosexual. En este sentido, hemos cuestionado sobre la atención pastoral que es apropiada para hacer frente a esta situación al referirse a lo que enseña la Iglesia: "No hay fundamento alguno para asimilar o establecer analogía ni remotamente similar, entre las uniones del mismo sexo y el plan de Dios para el matrimonio y la familia ". Sin embargo, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidas con respeto y sensibilidad. "En su relación debe evitarse todo signo de discriminación injusta" (Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 4).



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