Abriendo el paragüas
Día miércoles 31 de marzo de 2014. Por la mañana, Rosendo Fraga explicaba ante Longo que el pliego de Carlés podría ser aprobado por la traición de cuatro senadores de los que se habían comprometido con la oposición a no votar ninguno hasta el arribo del próximo gobierno.

Por la noche, en Los Leuco, TN, Nelson Castro comentó la encuesta de Poliarquía: si el balotaje es Scioli y Massa, gana Massa; si es Scioli y Macri, gana Scioli, escucho a Castro. Es cierto que hay varias encuestas y distintos resultados. Pero la gravedad con que Nelson Castro y los Leuco tratan a esta, nos lleva a los siguientes párrafos.

Se comentó, que este reinicio de fiesta que ha lanzado la Presidente, con más anuncios de subsidios a la clase media sería pensable un escenario donde Scioli saque, por ejemplo, 40 puntos y el segundo no llegue a los 30. Ganar en primera vuelta se llamaría el juego de una Presidente que, comentó Castro, tiene aún, a pesar de Nisman y la inflación una alta buena imagen pública (45%), sosteniendo un liderazgo político más que importante para luego de 12 años de gobierno kirchnerista.

Ahora bien, Nelson Castro se atrevió a afirmar que si gana Scioli el hombre no viene por cuatro años y, entonces, marcará las diferencias con Cristina Fernández y asumirá el poder versus Cristina. Afirmación al estilo Castro, Daniel Scioli será un Presidente sólido y autónomo.

Esto ofrece una doble perspectiva. La primera, es que convalida lo que Castro y los Leuco han presentado en el programa: un escenario distinto del que ellos mismos agitan desde sus respectivos programas, es decir, la sucesión exitosa de Cristina estaría dándose como una posibilidad cierta.

La otra perspectiva, es la de la “esperanza”. Ante lo que parecería lo inevitable, es apostar a que, de todas formas, el cristinismo será enterrado y, en este caso, por Daniel Scioli.

Para ello, atribuye Nelson Castro unas características que Daniel Scioli no ha demostrado –en nuestra opinión-, por un lado, y que tal como venga el entramado, la ingeniería de las listas a cargo de Cristina y su fuerza bruta hagan, serán las chances que tenga Scioli de intentar independizarse o fracasar en el intento.

Sabemos de la importancia de contar con alguna expectativa, alguna esperanza para los oyentes de estos periodistas. Sin embargo, somos hiper realistas y lo que Castro ya asume (un Scioli que combata a Cristina), aún suponiendo que Scioli se lo proponga, no podrá. Y nuestro “no podrá” se explica desde el armado electoral que lo dejará a Scioli sin fuerza propia en el Congreso, las gobernaciones y los municipios. Ni hablar en las legislaturas y los concejos deliberantes. Ni te cuento en la designación de las segundas líneas ministeriales.

Lo de Fraga va más allá aún. Si efectivamente, el Cristinismo logra sentar a 4 senadores de los 28 que han firmado el acuerdo anti designación de miembros nuevos a la Corte, es decir, 4 traidores que se sumen a la tropa cristinista en el Senado, estaríamos ante la situación de que podrán, finalmente, ampliar el número de miembros de la Corte y designar más Roberto´s Carlés, diluyendo toda oposición desde allí y, finalmente, tomando al Poder Judicial, sometiéndolo al cristinismo.

Durante todo este tiempo hemos guardado silencio desde NdF ya que consideramos que todo el caso Nisman ha sido un gran distractor de la opinión pública y su efecto electoral, tal como señaló Nelson Castro a partir de la encuesta de Poliarquía, será nulo. El circo alrededor de “Nisman” ya embarró la cancha y solo una investigación internacional podrá destrabarlo. Desde aquí, aún no nos queda en claro qué papel juegan las “actrices” Fein y Arroyo Salgado. Ésta última, hasta podría estar jugando –en nuestra opinión- a favor del Gobierno. Es una hipótesis basada cómo y de quiénes provino su nombramiento como Juez Federal y a cómo está actuando en la causa. Es simple reflexión de conductas que aún no se pueden clasificar, ni las de la fiscal Fein, ni las de Arroyo ni de la juez actuante y el tiempo podrá ir clarificando aunque seguramente no la causa.

Lo que sí es más claro, es que a pesar de las creencias de parte del electorado opositor, el escándalo de la muerte de Nisman no moverá la aguja electoral.

Por nuestra parte, observamos que tampoco tiene impacto electoral las evidencias de corrupción mayúscula en extensión y volumen.

Ambas cosas, una muerte extraña y el afano gigantesco, no son temas electorales. A partir de allí, los subsidios de todo tipo a los pobres, a los medios y a los altos, jugarán un papel mayor. Como así también un embargo de Griesa a la Argentina ayudará a los bonistas reclamantes pero también a la imagen pública de la Presidente.

Si gana Scioli, ganará Cristina –transmítanselo a Nelson Castro- ya que como piloto de tormentas es un desastre y si en medio de ella intenta liberarse de Cristina, deberá irse del Gobierno. Y tan importante como esto, es que si gana Scioli, la impunidad quedará asegurada para Cristina Fernández y sus secuaces en dos gobiernos a manos llenas.

Las listas del oficialismo serán llenadas por los militantes de la Cámpora y toda la estructura camporista hoy en el Gobierno y las empresas públicas estarán allí para custodiar la “propiedad del poder”.

Malas noticias compañeras y compañeros,  pero si las sospechas que levantaron Fraga y Castro ayer,  diremos que Lilita vuelve a tener razón y si Massa y Macri no unifican la fórmula, ganará la ingeniería CFK y andá a cantarle a Gardel. Salvo que un viento purificador pase por nuestro país y, de pronto, mucha gente comience a pensar en votar por el bien del país y no con el bolsillo, lo que constituye una utopía. 

Entre subsidios muy amplios, empleo estatal en todos los niveles del Estado, la Presidente ha logrado sostener una base electoral a la que si la oposición se atomiza y ellos levantan unos pocos puntos, se quedan con todo. Y, esta vez, será con todo.

Hasta la próxima, si es que hay algo importante qué decir.



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