¿HASTA DÓNDE LLEGARÁ FRANCISCO?

Mientras la doctrina de la fe católica sobre el matrimonio  está en suspenso merced a la puesta a debate por parte del Papa, al mismo tiempo  Francisco ha ido incrementando su visión filomarxista de la economía y de la sociedad.

Levemente en su primer encíclica; más concretamente en la encíclica medioambientalista donde adopta la posición marxista del cambio climático (producto del capitalismo….), en su discurso en Bolivia, Francisco expone abiertamente su posición anticapitalista y hasta repudia a los “monopólicos medios de comunicación masiva que colonizan culturalmente a las naciones”. Se trata de una expresión revolucionaria marxista de los setenta traída a un continente que la escuchó una y otra vez bajo los disparos de las guerrillas promovidas por Cuba y otros países comunistas. 

Aquella consigna, tendía a desacreditar a los medios de prensa independientes de los gobiernos y, al mismo tiempo, promotores de las libertades en sentido liberal y antimarxista.  Flaco favor hace este Papa a los medios que en Ecuador, Argentina y Venezuela luchan por su supervivencia independiente de las hegemonías que esos gobernantes pretenden instaurar en sus países mediante leyes, persecuciones y ahogo económico de los medios supuestamente monopólicos.

Hay mucha tela para cortar sobre este discurso en Bolivia de Francisco, pero para no ser acusado de larguero, quiero exponer aquí una hipótesis, una especulación más general. La cuestión la planteo así:

¿Por qué Francisco se muestra ortodoxo en todos sus discursos sobre la familia, el matrimonio, el noviazgo cristiano, el pecado y el demonio mientras se exhibe crecientemente izquierdista revolucionario setentista, algo aún que goza de afectos en América?

Como el Papa proviene de Argentina, un país en el que varias veces nos hemos encontrado con fuerzas políticas que han manejado eficazmente la ambigüedad, Francisco podría estar siendo ortodoxo en los temas doctrinales y revolucionario en los demás, en una suerte de emulación de aquel diario de Jacobo Timmerman -La Opinión- el cual entre su opinión política y la sección cultura existía esta misma diferencia: derecha por un lado, izquierda por el otro.

Así las cosas, el Papa podría estar preparándonos para una definición ortodoxa del segundo encuentro sobre la Familia habiendo dejado una estela ancha y larga de “revolucionarismo” izquierdoso que le dé cobertura a su imagen de cambio profundo de la Iglesia.

Nada más conservador que cambiar algo para que nada cambie, y Francisco podría (sigo especulando) estar azuzando por izquierda lo que por ortodoxia no satisfacerá las expectativas creadas en materia de segundas nupcias y uniones homosexuales.

Especulando aún más, pondré la situación de que, finalmente, el Papa cambia la doctrina sobre el matrimonio y revoluciona a la Iglesia Católica. Lo haría, entonces, en forma radical lo que invita a especular sobre qué ocurrirá en el interior de la Iglesia Católica y su futuro: ¿un cisma, tal vez?

Hasta donde da nuestra especulación, la ortodoxia católica pone énfasis en las cuestiones de fe y si el Papa, finalmente, ratifica la doctrina, todo lo demás será aleatorio.  

Pero -sigo especulando-, si el Papa determina la posición ortodoxa del matrimonio y las uniones, ¿en qué quedarán las expectativas generadas entre los católicos que creyeron en un cambio y en qué quedará la apertura a las izquierdas latinoamericanas en lo político y social?

Son preguntas densas que solamente el tiempo irá develando, pero creería que las tensiones internas de la Iglesia Católica desde hoy y hacia el futuro, pasarán por estos términos donde se jugará la propia figura del Papa Francisco.

Hasta la próxima.





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