¿Ande andamos?

La República Argentina ha presentado una nueva crisis económica significativa. Una vez más, la población y sus empresas se ven sometidas a un ajuste importante de sus economías. Una vez más, el Estado argentino recurre a la imposición de más y nuevos impuestos para intentar balancear sus cuentas. Una vez más, el gobernante de turno echa culpas a otros lo más lejanos posible de la propia impericia y errores, mientras cede a gobernadores, legisladores y gremios de casi todo lo que le reclamen, expresando una de estas dos cosas: a) el Gobierno es tan débil que debe aceptar los condicionamientos que se le plantean desde el FMI, los opositores políticos y gremios. b) Que  la sintonía ideológica real del Gobierno es la del arco opositor. 

A la crisis de la macro y, ahora, microeconomía, el Gobierno le suma la traición a parte de sus votantes, aquella parte que lleva valores de la vida y de la familia: el Gobierno ha impulsado -y continúa haciéndolo- un modelo de aborto que denomino extremo, es decir, absoluto y amplio. Asimismo, lleva a la práctica la educación sexual basada en ideología de género. 

Aún así, las encuestas del momento dan al Presidente Macri como indiscutible a la hora de postularse a la reelección. Entendemos desde acá que esto es temporal: que en algún momento las encuestas recogerán una caida significativa de Macri, al punto de tener que dejar su pretensión de reelección.

En la anterior elección presidencial, Macri se las vio fácil. No tenía que dar explicaciones sino exhibir los errores y malas políticas del gobierno anterior, en sintonía con un ambiente de fin de ciclo del kirchnerismo. En la próxima elección, Macri deberá dar cuenta de un mal gobierno en lo económico, una pesada herencia al siguiente turno, una educación sin cambios y, también, deberá encontrar votantes que compensen el retiro de los votantes por valores. Podrá mostrar un importante activo de obras públicas aunque sabiéndose que su realización tiene que ver con el megaajuste emprendido, principalmente, contra el sector privado. 

Las encuestadores dan señales de haber espacio para un tercero en discordia. Allí se anotaron: Espert y el diputado Olmedo, sea un espacio liberal, sea uno conservador. Mientras, el diverso peronismo sigue con el nudo cristinista. La ex Presidente se mantiene en silencio, sabiendo que un puntito más de buena voluntad obtiene. Mientras, salieron al mercado de la esperanza lúdica, Felipe Solá, el Senador Pichetto, Chiche Duhalde. Urutubey tambien anda tejiendo. 

Falta para el entramado real pero los jugadores van mostrando sus cartas y las encuestadoras sostienen la dicotomía excluyente Macri-Cristina.










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