¿Preparando el default?
Ni la Presidente ni el Ministro de
Economía en sus respectivos discursos han dicho si cumplirán o no el fallo ya
inapelable del Juez Griesa.
Sí abundaron ambos en que se
cumplirá cabalmente con los bonistas “buenos”, aquellos que aceptaron los
canjes del 2005 y el 2010 pero que si aplican el fallo Griesa, caeríamos en
default por culpa del Juez, nunca por el
arrogante y pésimo manejo que hizo el Gobierno de Cristina Fernández del tema.
Pero, además de no decir si
acataremos o no el fallo de hace 1 año y medio atrás, la Presidente y el
Ministro han dicho que proponen a los ganadores del juicio por el cobro de los
bonos no canjeados, que reciban las mismas condiciones que quienes sí
canjearon los títulos defolteados, lo
que en sede judicial puede sonar más a cargada que a algo serio a atender.
En síntesis, en nuestra opinión, lo
que hicieron la Presidente y el Ministro es pre-configurar las condiciones de
un nuevo default de nuestro país. Es la preparación de la población a recibir
la peor noticia, como es un nuevo default.
Si la estrategia del Ministro es
cambiar la jurisdicción de pago y enviar
a los abogados a ver qué significa el fallo del Juez Griesa, desde ya
anticipamos lo que ningún comentarista ni economista que fueran consultados por
los medios dijeron explícitamente: es
una pendejada absolutamente inútil. ¿Qué deben ver con el Juez nuestros
abogados que no hayan visto cuando se emitió el fallo y fuera apelado por ellos
mismos?
Pero como en Malvinas y en relación
con la conducta de los Estados Unidos, los argentinos somos propensos a ver
“debajo del agua”, “a tener la precisa” y a “saber” que el Gobierno usa eufemismos para, finalmente, juntarse con el
Juez y arreglar el pago. Como en Malvinas, en la que “sabíamos” los argentinos
que los Estados Unidos se pondrían de nuestra parte, si el Gobierno no lleva
una propuesta de pago acorde al fallo de Griesa, perderemos la batalla y la causa.
Es lo mismo que Griesa requiriera a la Argentina hace un año y medio atrás, que
llevó a la Presidente a una cadena nacional para gritarle al Juez que ni un
peso de los argentinos iría a esos depravados y perversos agiotistas.
Pero este es un tema más de todos
los tratados por Cristina Fernández como Presidente de la Nación y que,
inevitablemte bajo sus conceptos y sus decisiones han terminado mal: la carne,
los granos, el comercio internacional, el mercado de propiedades, el mercado
automotor, la energía, el transporte, la evolución positiva de la economía y,
ahora, la revelación del pésimo manejo de la deuda externa argentina se muestra
en todo su horror. ¡Si hasta los arreglos con Repsol y con el Club de París
parecen desatinos a la luz de esta nueva situación con la reapertura de la
nunca solucionada deuda externa argentina!
Pero hay más alrededor del tema. Los
gobiernos de los Kirchner destinaron tiempo y acciones cada año para asegurar
el financiamiento del año siguiente. Siempre prensando en las actividades
políticas. Más aún cuando el 2015 es un año electoral en el que la Presidente
debe posicionar a un candidato supuestamente legal y conservar todos los
espacios de poder posible mientras Cristina esté en el llano: gobernaciones,
legislaturas, Congreso, intendencias. Todo lo que pueda meter le dará la
posibilidad de pensar en volver.
Cuando comenzaron a emprolijar el
frente externo pagando a Repsol y pagando casi cash y sin discusión al Club de
París, el Gobierno –debemos inferir-
apostaba a que la Corte yankee tomaba el caso y se abría un espacio de tiempo
lungo. Con estas tres situaciones, podría recurrir al endeudamiento para
sostener la campaña del 2015.
Sin embargo, el rechazo de la
apelación argentina por parte de la Corte nos pone en la situación de que,
hasta que se solucione el pago a los “perversos”, no habrá un dólar para
Argentina de ninguna parte del mundo, lo que compromete seriamente el
financiamiento kirchnerista de la próxima campaña. Entiéndase: el dinero lo
necesitan para multiplicar el clientelismo, las inauguraciones y esas cosas que
suelen dar votos.
Así las cosas, una fuente posible
de negociación es que por “imperio del imperio” no podremos pagar ni a los
“perversos” ni a los “buenos” hasta que el Juez Griesa afloje con sus pretensiones. Mientras tanto,
lo acumulado para el pago de los bonos “buenos” se podrá utilizar en la
campaña.
¿Estará a la altura la oposición,
la misma que recibirá un país al que reconstruir aún desde aquellos puntos en
los que se destinaron años y dólares en decir que estaban solucionados y que
aparecen una y otra vez por las rejillas y por los ojos de las cerradurass? Por
lo visto en estos dos días, no saben ni qué decir, ni qué proponer, ni qué
hacer: el aturdimiento es general.
Bueno, hemos pretendido dar una
versión más cruda de la situación, ya que hemos visto y escuchado tanto
“políticamente correcto” que no lo tolerábamos más. Estamos en manos de una
mala perdedora y de un pendex y entre ambos se dan manijan sin que sepamos de
nadie que los filtre.
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