JUGANDO AL TODO Y A LA NADA
JUGANDO CON FUEGO

Claudio Chiaruttini en Urgente24, tiene un excelente análisis sobre el acuerdo logrado por el peronismo en su conjunto para la designación de una representante en el Consejo de la Magistratura, cediendo el oficialismo tal puesto. 

Señala el error cometido por el Gobierno al no cumplir un acuerdo con el Gobernador Zamora por la designación de un juez federal. Alguien se olvidó de informarlo, el oficialismo en el Congreso lo rechazó y los diputados de Zamora votaron con el peronismo. Distracciones que le dicen, pero en el momento político QUE SE INICIA no es cosa menor. Es como en la Libertadores: el jugador que se distrae facilita el gol del contrario.

El momento político QUE SE INICIA es el de la elección presidencial, renovación de cámaras y de gobernadores. Si bien podemos registrar hechos iniciales con anterioridad, son menores respecto de lo ocurrido en el Senado de la Nación, donde se juntaron (no utilizaré “unieron”) el cristinismo, el massismo, y hasta un amigo del Gobierno, como es Schiaretti, el Gobernador cordobés. Todo, en la cara del inicio del G20 y la cercanía del mes de diciembre que amenaza ser intenso desde la perspectiva política y social.

Chiaruttini observa que esta unidad (su expresión) sería un desastre para el oficialismo. Mi opinión, es contraria. ¿Acaso el oficialismo cambiemita no tiene como estrategia el agrietar a la sociedad entre Cristina y Mauricio? Cierto es que los estrategas macristas asumían que ello ocurriría sin un peronismo rejuntado y que  la votación en el Senado cambia radicalmente: nos juntamos, pudimos hacerlo y vamos a buscarlo para el 2019. Si bien el macrismo apuntaba a una elección 2019 basada en la profundización de la grieta con un peronismo atomizado, podría encontrar que el agravamiento de la grieta les podrá resulta  aún más útil.

El escenario Cambiemos versus todo el peronismo rejuntado alrededor de Cristina Fernández, nos pondría en la situación de una elección peronismo-antiperonismo, aunque de resultados no tan generosos como las de febrero de 1946 o las de noviembre de 1951, con el propio Perón a la cabeza de la fórmula.

Para Chiaruttini este sería un mal escenario para Cambiemos (o lo que sea de esta alianza en el proceso de definición de fórmulas). Sin embargo, ¿no será evaluado desde Cambiemos como una extraordinaria oportunidad? El hecho actual de que Macri contaría con un 30% de seguidores, Cristina un 30% y un 40% estaría en el medio, de pronto ese medio se evaporaría a merced de una polarización extrema. En tal situación, además, la situación económica y otras malas situaciones del Gobierno actual, ni jugarían en las decisiones de sus votantes.

En el afán de Cambiemos de que sea Macri sí o si el candidato a presentar en el 2019, la posibilidad de un peronismo todo junto con candidato propio, podría ser una oportunidad impensada, cesando las potenciales candidaturas de terceros, incluido Urtubey.

Veamos un par de las muchas consecuencias de lo que planteo.

Primeramente, desde lo económico, no habría alteraciones sustanciales en el resultado electoral, ya que peronismo y macrismo se desenvuelven en una similar matriz ideológica.

La herencia que recibirá el próximo gobierno será aún peor que la recibida por Macri de mano de Cristina, pero con una ventaja: el ajuste lo habrá hecho Macri y quien le suceda -aún él mismo- tiene un punto de arranque como el que tuvo Néstor Kirchner en su gobierno y con casi similar  problema de deuda externa de aquellos ya lejanos tiempos y una envidiable carga impositiva establecida por el actual gobierno. 

Seguidamente, tendremos una elección a todo y nada. Todo para quien gane y nada para el que pierda. ¿Por poco margen? En este aspecto (escasa diferencia entre primero y segundo)  jugarán los temperamentos de las personas. Si gana Cristina, tomará el TODO aún con 1,80 puntos de diferencia. Si es Macri, su tibieza parece una característica personal antes que una estrategia como se ha intentado instalar en este turno gubernamental. Propiamente hablando, estaríamos los argentinos jugando con fuego, cualquier fuere el resultado. 

He aquí, entonces, que a) imaginar un escenario electoral en base al principio de un peronismo imposible de rejuntar, ha sido cuestionado por la elección del Consejero en el Consejo de la Magistratura; b) Cambiemos en su necesidad de aprobar el Presupuesto 2019 habría generado un debate intraperonismo de tal intensidad que los ha acercado aunque solamente sea por estrategia de supervivencia y, al mismo tiempo, podría haber despertado las ganas de “los peronismos” por volver al poder a como sea; c) El nuevo escenario podría ser interpretado por Durán Barba y Marcos Peña como una oportunidad insospechada para cerrar el debate de si debe ser Macri el candidato u otro referente cambiemita, y sentirse en autoconfianza que en esta sociedad una pugna peronismo-NO peronismo beneficiará a Mauricio Macri ya que no habría espacio para un "juicio de residencia" sobre la gestión de su líder. 

Cierro parafraseando al gran riojano recientemente exonerado de sus delitos: Vamos mal e iremos peor aún preguntándome, y si ninguno de los dos fuera candidato, ¿no sería el tiempo de cambiar cambiando a estos líderes de una?

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