LA RENUNCIA COMPLETA DE RIGHI
Este es núcleo del desplazamiento de Righi, detrás del cual está la propia Presidente, habiéndose comportado Boudou como un soldado más de lo que se viene:
Con la renuncia de Righi, Cristina hará 'menemismo' con los fiscales
La acción del fiscal federal Carlos Rívolo en el Boudougate desbordó la paciencia del cristinismo. Carlos Zannini elaboró una estrategia: remover a Esteban Righi de la Procuración General e imponer 'mano dura' sobre los fiscales federales. Adiós a la independencia judicial.
A continuación
reproducimos el texto completo de la carta de Righi:
"A
la Sra.
Presidenta
de la Nación
Dra.
Cristina Fernández de Kirchner
Tengo
el honor de dirigirme a la Sra. Presidenta a fin de hacerle llegar mi renuncia
al cargo de Procurador General de la Nación en el que me desempeño desde que
fuera designado el 23 de junio de 2004.
Mi
decisión no es ajena al concepto de responsabilidad institucional con que yo
ejerzo las funciones que se me encomiendan. He tenido la oportunidad y el honor
de servir a mi país, desde altas funciones públicas, en más de una ocasión.
La
primera vez, hace casi cuarenta años, siendo muy joven y en circunstancias muy
difíciles, entendí que no había límites para esa responsabilidad y que no
importaban los riesgos que hubiera que asumir para cumplirla plenamente. Y
ahora pienso del mismo modo. Y porque pienso así, declino un cargo en el que ya
no podría obrar con la serenidad espiritual apropiada para servir cabalmente al
interés público.
No
me compete juzgar cómo entienden otros las responsabilidades que les incumben,
ni en qué medida se subordinan a los intereses superiores de la Nación
posponiendo los propios, pero yo considero que ese es un deber inherente a la
función y a su observancia me atengo.
También
es verdad que no creo posible desempeñar honrosamente una alta función pública
si al hacerlo se compromete el propio honor o la honra familiar.
La
defensa del interés público y de la honorabilidad personal jamás deberían
resultar incompatibles. Por el contrario, son premisas que se integran, se
complementan y se fortalecen recíprocamente. Mi conducta personal jamás se ha
apartado de ese punto de vista y también por eso considero llegado el momento
de poner fin a mi desempeño.
La
naturaleza del cargo de Procurador General de la Nación no es compatible con
las manifestaciones propias de la militancia partidaria. Yo he acatado
limitación prescindiendo de adoptar actitudes que la transgredieran. Pero al
momento de formalizar mi renuncia, no puedo ocultar que jamás creí que fuera
posible ejercer tan alta función en condiciones de asepsia política. Por el
contrario, en todo momento sentí que estaba colaborando con un proceso
singular, característico de una etapa histórica plena de posibilidades de
cambio y enderezada hacia la consolidación de un proyecto profundamente
nacional, popular, democrático y progresista. Formé parte de este proceso con
la certidumbre de estar contribuyendo a convertir en realidad los sueños de
liberación de varias generaciones; los mismos sueños que a veces fueron
ahogados en sangre y otras traicionados.
Y
aunque cese en esta función, mantengo el mismo convencimiento inicial y el
mismo compromiso, confesando que mi más fervoroso deseo es que el pueblo
argentino no padezca nuevas frustraciones.
Concluyo
así un ciclo de casi ocho años en la función que deja, a mí entender, saldos
positivos para la institución. Para mencionar sólo algunos de los aspectos más
destacados, dejo un Ministerio Fiscal que, a través de la coordinación de
sendas oficinas concebidas con ese fin, ha sido una pieza fundamental en el
avance de las investigaciones y la apertura de los juicios por los delitos
cometidos durante la última dictadura militar, se ha erigido en protagonista
decisivo en la lucha contra el delito de trata de personas y en pionera en
materia de recupero de activos como estrategia global de persecución de la
corrupción y demás manifestaciones de la criminalidad organizada. Dejo asimismo
un Ministerio Fiscal actualizado en materia de informática aplicada a la
investigación penal, y reforzado con planteles y recursos edilicios,
tecnológicos y materiales acordes a las necesidades de la función.
Pero
lo más importante es que creo haber cumplido el mandato constitucional y legal
de crear y asegurar las condiciones necesarias para que los fiscales puedan
ejercer con la independencia que la ley les confiere su delicada función,
incluso cuando frente a un caso judicial concreto hubiese podido tener yo una
opinión divergente.
Tengo
por consiguiente la tranquilidad de cerrar esta etapa de mi vida y paso por la
función pública con la seguridad de saber que he desempeñado con honradez y
compromiso el cargo que me confió en su momento la sociedad a través del Poder
Ejecutivo y el Senado de la Nación.
Fuera
de ello, considero que es mi deber no polemizar con relación a hechos que son
del dominio público, toda vez que su única consecuencia sería afectar las
instituciones republicanas y causar daño a las políticas públicas desarrolladas
desde el año 2003 en adelante. Lo que corresponde es que cada protagonista
explique su comportamiento en el ámbito previsto en el Derecho vigente, donde
inexorablemente se demostrará la falsedad de las afirmaciones e imputaciones
con las que se me ha agraviado. En este sentido, y aunque la posición que
ostento me confiere estabilidad y fueros sólo removibles por juicio político,
no dudo en renunciar a ambos pues nada tengo que ocultar.
Animado
por estas razones, y considerando que es la conducta que mejor favorece el
éxito de su gestión -lo que francamente deseo- es que le hago llegar por medio
de la presente mi renuncia al cargo de Procurador General de la Nación.
Sin
otro particular, saludo a la Sra. Presidenta de la Nación con distinguida
consideración."
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