REAPARICIÓN DEL
GOBIERNO. La Presidente tomó antes de ayer la cadena nacional por el tema de
la reapertura voluntaria del canje de cara al tratamiento del tema por parte
de la Corte Suprema yankee. Ayer hizo el show de Ganancias y, esta vez, metió
los demás componentes de asignaciones familiares que en el pasado eran motivo
de más disputas. Y hoy, la Corte, le da un escenario ideal, ideológico, ese
que ha debido abandonar luego del fracaso de la reforma judicial y de tener
que haber suspendido las actividades de Moreno y la tropa más dura. No habrá
resoluciones, así que todo será más mediático que otra cosa
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El Gobierno y
Clarín se verán hoy en la Corte por la ley de medios
Por Adrián Ventura
A partir de hoy, la Corte Suprema se convertirá en el escenario de
uno de los debates políticos y legales más calientes: la ley de medios, tal
vez la batalla más resonante de todas las que enfrentaron al Gobierno con el
Grupo Clarín y otras empresas.
La tensión es palpable. La audiencia
pública por la causa sobre la polémica ley se desarrollará durante
dos mañanas consecutivas y será la última oportunidad que tendrán el
Gobierno y el multimedio para confrontar sus argumentos antes de la que Corte
dicte una sentencia que, todavía, "no tiene plazo", según fuentes
cercanas al presidente del alto tribunal, Ricardo Lorenzetti….
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REPORTAJE
QUE TE EXPLICA, AYUDA A COMPRENDER, A VER BAJO LA SUPERFICIE. Largo pero vale
la pena si no lo leíste aún: el federalismo, el poder en Argentina, las
dicotomías en USA y aquí, la
proyección de la sucesión. Diversidad de temas tratados con análisis profesional
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Mark
Jones: "Muchos kirchneristas dudan de la lealtad de
Scioli
al día siguiente de una victoria"
Por Raquel San Martín
Paradojas del kirchnerismo: tras diez años de
progresiva centralización de poder en la Casa Rosada, y de consecuente
debilitamiento de la autonomía de gobernadores e intendentes, un
gobernador y un intendente nacidos dentro del modelo aparecen ahora como
alternativas de sucesión para 2015. Y ninguno asegura ruptura ni
lealtad absoluta.
Quizás ésa sea otra de las particularidades
del federalismo argentino, desigual en el reparto de recursos, en
calidad institucional y en los sistemas de partidos que alberga en sus 24
provincias, tal como lo describe Mark Jones, politólogo norteamericano
que hace más de 20 años se dejó entusiasmar por la política argentina, y
desde entonces no la ha abandonado.
Director del Departamento de Ciencia Política
de la Universidad Rice,
en Texas, es el autor de un libro que, en 1995, fue pionero en advertir que
había que mirar la política provincial para entender las dinámicas nacionales.
Y, años más tarde, en señalar el carácter "amateur" de los
legisladores argentinos, con escaso poder, siempre dependientes de
gobernadores, presidentes y líderes partidarios y por eso poco
incentivados para invertir en su trabajo legislativo. Todo esto, dice
el investigador -que estuvo en la Argentina recientemente, invitado por la
Cátedra Estados Unidos de la Universidad de San Andrés-, se acentuó en la
década kirchnerista, aunque marca distinciones entre un Néstor Kirchner más
pragmático y una Cristina Kirchner desconcertante, que con frecuencia toma
"decisiones que parecen ir en contra de los intereses del propio
Gobierno".
Para
Jones, con los resultados de las primarias a la vista, el cristinismo quedó
indefectiblemente llamado a pensar en una sucesión.
"La única alternativa que le queda a un
kirchnerismo que quiere ganar en 2015 es Scioli, aunque con toda la
razón los kirchneristas dudan de la afinidad de Scioli con el modelo K y
creen que su lealtad terminaría el día después de una hipotética victoria
en 2015. Una lección que tenemos en la Argentina es que ningún delfín es
fiel", alerta.
-¿A
qué cree que responde la baja en caudal de votos que tuvo el kirchnerismo en
estas elecciones primarias?
-Es cada día más claro que aunque el
kirchnerismo tiene su núcleo duro de aproximadamente un tercio del
electorado, hoy genera el rechazo de muchos argentinos. Este rechazo lo
sufrieron tanto las listas hechas a dedo por la Presidenta, como la de
Martín Insaurralde en la provincia de Buenos Aires, como las listas con un arraigo
provincial más fuerte, como en Jujuy, La Rioja y San Juan.
La inflación y el manejo
de la economía en general, la inseguridad y el crecimiento
del autoritarismo del gobierno han minado el apoyo mayoritario que
disfrutó la Presidenta hace solo dos años. Sin embargo, los resultados
mostraron al mismo tiempo que Cristina sigue con un núcleo duro de apoyo
que se aproxima a un tercio del electorado, incluidos 2,6 millones de votos
en la provincia de Buenos Aires, que eran mucho más votos para ella que para
Insaurralde o Scioli.
-¿Cree
que Scioli ganó o perdió en este nuevo escenario?
-Scioli ganó en el sentido de que es cada
vez más la única esperanza para un kirchnerismo que quiere ganar la elección
presidencial en 2015, aunque con toda la razón los kirchneristas
dudan de la afinidad de Scioli con el modelo K y creen que su lealtad podría
terminar el día después de una hipotética victoria en 2015. Una lección que
tenemos en la Argentina es que ningún delfín es fiel. En algún
momento, Cristina va a tener que decidir si quiere presentar un candidato con
escasas posibilidades de ganar, pero que sea del riñón, o ir con un candidato
en que no confía, pero que tiene mayores posibilidades de victoria.
Al mismo tiempo, Scioli perdió en la medida en
que ahora tiene un rival muy fuerte para la presidencia dentro del peronismo:
Sergio Massa. Massa tiene la virtud de unir tanto los sectores anti-K
del peronismo y los independientes, pero además muchos que en el pasado
apoyaban a Néstor y Cristina, pero que ahora piensan que el Gobierno ha
perdido rumbo y hace falta un cambio en el timón.
-¿Cómo
cree que va a resolver el kirchnerismo la sucesión?
-La Presidenta va a estar dejando el cargo
con niveles altos de aprobación, si miramos a la historia de la
Argentina. Comparada con Duhalde, Menem, De la Rúa o Alfonsín, no vamos a
tener un presidente saliendo totalmente desgastado: si no hay una crisis
enorme, podría estar dejando el cargo con entre 30 y 40 puntos de imagen
positiva, que no es poca cosa. Ella va a seguir siendo una referente
importante y manteniendo un núcleo de apoyo. Alguien como Capitanich o
Urribarri respetarían eso, mientras que Scioli sería más capaz de romper
totalmente con ese sector y juntarse con otro.
-¿Qué
ventajas cree que tiene Massa como candidato en este escenario?
-Massa representa muy bien la intención de
mantener cosas buenas del kirchnerismo e implementar cambios. El kirchnerismo
ha mejorado las condiciones de vida de mucha gente pobre y de clase media
baja; al mismo tiempo, ha hecho cosas muy perjudiciales para el país y está
dejando deudas para quien viene. Massa es alguien pragmático, que además
viene del peronismo, algo importante en la Argentina. Es difícil imaginar un futuro
gobierno que pueda gobernar en serio y que no tenga al menos algo de
peronismo. El peronismo supone dos tercios del país. No significa esto dos
tercios de miembros del Partido Justicialista, sino de gente que se siente de
alguna manera parte de ese movimiento que a veces es más una manera de ser,
un modo de entender la política.
-Desde
afuera, y para alguien que viene estudiando la política argentina desde los
90, ¿el kirchnerismo es una novedad o tiene alguna continuidad con los 90?
-A pesar de las políticas distintas, con Néstor
Kirchner había más continuidad, porque nunca vi en Menem un liberal
convencido. Creo que era un peronista que se dio cuenta en aquella época de
que la mejor manera de fortalecerse y mantenerse en el poder era privatizar,
sumarse al Consenso de Washington.
-Un
pragmático.
-Sí, la visión que tengo del peronismo
es la de un movimiento pragmático, siempre mirando qué es mejor para
mantenerse en el poder. Menem y Kirchner, en épocas distintas,
siguieron las políticas que consideraron mejores para esas épocas.
Durante los últimos años, con Cristina Kirchner, me parece que algo de
pragmatismo queda, pero también aparece algo que no lo es tanto. Creo
que hay políticas menos pensadas y contraproducentes si la meta es mantenerse
en el poder. Algunas de las decisiones van en contra de
los propios intereses del Gobierno.
-¿Por
ejemplo?
-No tiene mucho sentido establecer políticas
que espantan a los inversores. Hoy, el clima para la inversión en el país es
pésimo. Y hay poca gente que esté dispuesta a invertir con dinero
real en el país; no hablo de dinero que está disfrazado, promesas de inversión que
nunca se llevan a cabo o inversión que usa dinero que ya está en el país y
que no se puede sacar. Eso no es una muestra de confianza en la Argentina.
Está el tema energético, el cepo cambiario, la incapacidad
de las empresas para sacar divisas, las trabas a las importaciones.
-¿Cómo
se explica la relevancia de la política provincial para entender los procesos
políticos nacionales?
-Históricamente, los gobernadores en la
Argentina fueron actores muy fuertes, manejaban sus diputados y
senadores y podían utilizar a esos representantes y a su apoyo en las
elecciones como moneda de cambio, pero una cosa que ha cambiado durante el
kirchnerismo es que la autonomía provincial es cada vez menor,
y que la capacidad de los gobernadores de la mayoría de las provincias de
resistir al gobierno nacional y mantener ese control sobre sus diputados y
senadores se debilitó. Se ve, por ejemplo, en su posibilidad de nombrar
quiénes van a las listas de candidatos legislativos, que antes era un poder
casi total de los gobernadores.
-En
uno de sus trabajos, usted analizó el Congreso argentino y caracterizó a los
legisladores como "amateurs", con poco poder para controlar al
Poder Ejecutivo. ¿A qué se deben esos rasgos?
-En parte, porque existe un sistema
en el que no hay muchos incentivos para que un diputado desarrolle un voto
personal o una identificación propia, porque no es él quien decide si
va a ser reelegido o no en su banca y su destino político. Es un
gobernador o quizás un presidente, o un líder partidario. Los
legisladores tienen poco poder propio y pocos incentivos para invertir en la
institución del Congreso. Como saben que ellos no controlan su
destino, que otro lo hace, el incentivo es mirar el Congreso como un trampolín
para ir a otra cosa. Son legisladores amateurs, pero son políticos
profesionales, no se arriesgan a desobedecer y vuelven al llano.
-¿Esto
cambió de algún modo cuando en el Congreso empezó a ser mayoría o primera
minoría el Frente para la Victoria?
-Esto es constante a través de la historia del
país; siempre la reelección de los legisladores ha oscilado entre 15 y 20%. Todavía
existe mucha disciplina partidaria del lado del partido gobernante.
-¿Ésta
es una particularidad del federalismo argentino o se da en otros países
federales también?
-La primera particularidad del federalismo
argentino es la existencia de sistemas muy diversos de gobierno en las provincias.
En la mayoría de los sistemas federales, incluso en Brasil, Alemania, México
y Estados Unidos, las reglas, los poderes, las leyes electorales son casi
iguales en todo el país. En la Argentina hay una gran diversidad de
sistemas de gobierno, sistemas electorales y de partidos. La otra
particularidad es que la mayoría de los otros sistemas federales del mundo están
yendo en una dirección de más federalismo y menos centralización, mientras
que en la Argentina va al revés.
-¿En
qué sentido?
-México es un buen ejemplo. Es un país que en
el pasado estaba caracterizado por un centralismo muy fuerte, con todo el
poder en manos del PRI, y los gobernadores actuando casi como delegados del
presidente, pero hoy son actores independientes, tienen más poder, autonomía
de impuestos, la habilidad de armar sus propias políticas sobre muchos temas.
En los Estados Unidos, hay estados
republicanos que están resistiendo con éxito las políticas de Obama. Texas,
por ejemplo, que es el estado republicano más grande del país, rechazó la
ampliación de la cobertura del sistema público de salud de Obama; se resiste
a aumentar los controles ambientales y al aborto. Hay dos grupos de dos
distintos colores ideológicos y dos modelos de gobierno distinto. Es una
muestra de federalismo. El gobierno de Obama no puede impulsar sus políticas
en los estados que las resisten.
-¿Eso
es un obstáculo para la gobernabilidad o es una riqueza del federalismo?
-Creo que es una riqueza, porque una
ventaja que tiene el federalismo es que puede preservar la diversidad en un
país. Si un país tiene grandes diferencias regionales, culturales,
grandes poblaciones, el federalismo deja que todos puedan vivir
en el mismo territorio, pero con algunas reglas distintas. La única
preocupación es que se puedan dar casos de estados o provincias en los que la
calidad
democrática sea mucho menor que a nivel nacional por la concentración de
poder, como se ve en muchas provincias argentinas.
-A
eso agregaría el desequilibrio de la coparticipación.
-Sí, efectivamente, ése es un ejemplo
de centralización en la Argentina: la discrecionalidad sobre la
coparticipación y el uso de transferencias federales para condicionar a
algunas provincias, beneficiar o castigar a otras. Sólo hay unas
pocas provincias que pueden resistir al gobierno federal: Córdoba, Santa Fe,
la ciudad de Buenos Aires y algunas de las patagónicas con regalías
petroleras, hasta un punto. Un gobernador tucumano, jujeño, bonaerense no
puede tener el gobierno nacional en contra. Sólo demorando el envío de algo
de dinero el Gobierno puede incidir en una protesta de empleados públicos.
-¿Hay
polarización en la política norteamericana?
-La clase política en los Estados Unidos
está mucho más polarizada que aquí en la Argentina. Aquí
es oficialismo u oposición, K o anti-K, por lo que es mucho más fácil en el
futuro resolverla. Cuando otro gobierno llegue al poder, habrá un
reacomodamiento. En Estados Unidos, la polarización es ideológica
principalmente, y es muy difícil llegar a un consenso entre grupos que ideológicamente
no comparten casi nada. Tenemos cada vez menos republicamos o
demócratas moderados. Esto hace que todo se frene en el Congreso y
las legislaturas. La batalla ideológica se está imponiendo sobre las
políticas públicas..
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LA
PRESIDENTE intentó una comparación de indicadores entre Argentina, Canadá y
Australia y no nos parece para nada mal intentar hacerlo, si es que está
decidida a realizar análisis más allá de la punta del iceberg. Presentamos un
caso. Idesa analiza que nuestra inversión del PBI en Educación es más alta
que en esos países, pero, los resultados, son desastrosos. No es tanto el
número, como la gestión, los valores, los principios.
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ARGENTINA
INVIERTE EN EDUCACIÓN MÁS QUE AUSTRALIA Y CANADA
Las comparaciones internacionales son una buena herramienta para
analizar y mejorar las políticas públicas. Por eso resulta muy positivo el
planteo del oficialismo de comparar la Argentina con otros países con
dotaciones de recursos similares. En lugar de cuestionar esta buena práctica
sería muy positivo enriquecer el debate aportando seriedad y profesionalismo
y extendiéndolo a otros temas importantes como, por ejemplo, los indicadores
educativos.
Las comparaciones con Australia y Canadá que planteó el gobierno
generaron intensas polémicas. Uno de los puntos más cuestionados es la
afirmación de que la deuda pública argentina es menor que la de Australia y Canadá.
Para llegar a esa conclusión los funcionarios nacionales no computan la
deuda que tiene el Tesoro Nacional con otros organismos públicos,
básicamente, ANSES y Banco Central. Se trata de un visible error
metodológico.
La ANSES, para prestarle al Tesoro Nacional, toma deuda con los
trabajadores activos (que aportan para recibir una jubilación en el futuro) y
con los jubilados presentes (que no cobran los juicios por falta de
movilidad). En igual sentido, el Banco Central se endeuda con los ciudadanos
cuando emite dinero que, al carecer de respaldo, se licua con inflación.
De todas formas, la práctica de compararse con otros países,
especialmente los de mayor nivel de desarrollo, es muy saludable. No sólo que
es bueno profundizar y mejorar este tipo de debates sino extenderlo a temas
aún más importantes como es el caso de la educación. En este sentido, tomando
datos de la OECD (que es la misma fuente de donde sale la información de
deuda pública) se observa que, entre los años 2000 y 2009:
• En Australia, el gasto en educación aumentó de 4,9% a 5,1% del PBI
y el
porcentaje de jóvenes de 15 años con capacidades insuficientes de lectura
pasó de 12% a 14%.
• En Canadá, el gasto en educación pasó de 5,6% a 5,0% del PBI
y el porcentaje de jóvenes de 15 años con capacidades
insuficientes de lectura se mantuvo en 10%.
• En Argentina, el gasto en educación aumentó de 4,6% a 6,0% del PBI
y el porcentaje de jóvenes de 15 años con capacidades insuficientes de
lectura pasó de 44% a 52%.
Estos datos muestran que Argentina invierte en educación más que
Australia y Canadá. De todas formas, Canadá sin aumentar el esfuerzo
financiero (en rigor, en términos de PBI, lo disminuyó) logró mantener baja
la proporción de estudiantes con insuficientes capacidades de lectura. Esto
no es fruto de la casualidad sino de sistemáticas mejoras en la gestión
educativa. Se trata de un proceso inverso al de
Argentina que invirtió mucho en educación pública y empeoró mucho también los
resultados.
Varios factores explican el fracaso argentino, aunque la Ley de
Financiamiento Educativo sancionada a finales del año 2005 tuvo un rol
protagónico. No hacen falta análisis sofisticados para verificar en la
experiencia internacional que más inversión no garantiza mejor educación.
Si los legisladores en la instancia de debatir la ley hubiesen apelado a la
buena práctica de comparar con otros países, no hubiesen cometido el error de
basar la política educativa –de manera exclusiva y excluyente– en aumentar el
gasto en educación.
La ley estableció la meta de incrementar el gasto en educación hasta
superar el 6% del PBI, sin fijar pautas que induzcan una asignación
correcta de esos recursos. La mayor parte del aumento en los
presupuestos educativos fue a mejorar los salarios docentes,
al punto que en la última década la remuneración real (es decir, descontada
la inflación) se duplicó. Pero como el aumento fue otorgado de manera
indiscriminada para todos los docentes, termina resultando escaso para el educador
comprometido con el aprendizaje de sus alumnos y un enorme derroche cuando se
lo asigna a empleados que evaden sus responsabilidades y que, en muchos casos,
ni siquiera concurren a las escuelas.
En igual sentido, resulta muy negativo que no se haya asignado parte del
mayor presupuesto a mejorar e intensificar las evaluaciones educativas.
Al igual que los aumentos de salarios indiscriminados, la resistencia a medir la
calidad es una fuente promotora de mediocridad.
La dinámica del cambio tecnológico impone un mercado de trabajo cada
vez más demandante de mano de obra calificada y excluyente de personas mal
preparadas. No es exagerado afirmar que no hay esperanzas de un futuro mejor para
el país si más de la mitad de los adolescentes no desarrollaron capacidades
mínimas de lectura. En este sentido, las comparaciones
internacionales ayudan a entender el enorme costo social que impone seguir
siendo condescendiente con las actitudes conservadoras y reaccionarias que
prevalecen en el sistema educativo argentino.
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FRAUDE ELECTORAL. Tanto
se batió el tema antes de las PASO que no podemos no publicar esta noticia de
supuestos casos de fraude en mesas concretas. El recuento de votos determina
las diferencias entre las actas y los telegramas. Los telegramas anticipan
los números que se van dando a conocer mientras van llegando las actas y el
cotejo final es cerrado cada conteo, posteriormente. Lo que nos llama la
atención de esta noticia, sin embargo, es ¿no había fiscales de Massa en esas
mesas? Por otra parte, la discrepancia en el recuento debe ser investigada y
ajustada. Caso contrario, ¿para qué se tiene el Acta del Escrutinio?
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Fraude del FpV
en las PASO verifican en Quilmes
El recuento definitivo de votos de las PASO en Quilmes confirmó la
existencia de decenas de telegramas que no coinciden con los
certificados del escrutinio, en perjuicio del Frente Renovador y a
favor del Frente para la Victoria. Hay crecientes sospechas de que en La
Matanza la situación fue mucho peor.
"Ejemplo idéntico se refleja en la mesa 1149, de la escuela EST
1 de Andrade al 800. Allí también, una misma presidente de mesa certificó la
validez del certificado de escrutinio que arrojó 119 votos para Insaurralde,
121 para Mussi y 67 para Gutierrez; 86 votos para Sergio Massa, 76 para San
Pedro y 64 para Queijeiro. Sin embargo, en el telegrama, el resultado
certificado por esa misma persona es groseramente diferente. Allí se consigna
que Massa y San Pedro sacaron 0 votos."
El Diario de Quilmes, que dirige Andrea Frade, publicó:
"En decenas de mesas del
distrito de Quilmes, se detectaron casos de actas de escrutinio que no coinciden
con el resultado electoral que fue volcado a los telegramas que contabilizó
el correo y que son el documento base del conteo en los resultados
electorales de las PASO. La diferencia es incomprensible, ya que en
todos los casos, un mismo presidente certificó dos resultados diferentes. En
todos los casos, los beneficiarios del “error” fueron las listas de los candidatos
Martin Insaurralde, Juan José Mussi y la local de Francisco Gutiérrez.
Este medio accedió a
documentación que confirma que al menos en 15 mesas del distrito de
Quilmes –los casos serían muchos más- los certificados de escrutinio
que elaboraron los fiscales no coinciden con el telegrama que las autoridades
de mesa completaron y remitieron al correo.
En todos esos casos, un
mismo presidente de mesa certificó dos resultados diferentes. Claro que, a la
hora del recuento, lo que la Junta Electoral toma como resultado es el dato
volcado en el telegrama. Allí es donde se advierte que los
beneficiarios de la “diferencia”, siempre son los candidatos del oficialismo
en las listas que encabezan Martin Insaurralde, Juan José Mussi y Francisco
Gutierrez.
Ejemplos concretos:
> En la mesa
1017, ubicada en la escuela Malvinas Argentinas de Quilmes Oeste, el certificado
de escrutinio firmado por el presidente indicó que el Frente para la
Victoria obtuvo 145 votos para Insaurralde, 142 para Mussi y 98 para
Francisco Gutierrez. El mismo documento indica que el Frente Renovador obtuvo
83 votos para Sergio Massa, 72 para Aldo San Pedro y 40 para Walter
Queijeiro. Sin embargo, el telegrama que firma el mismo presidente
si bien coincide en los votos de los candidatos del Frente para la Victoria y
en los de la categoría local, señala
que las listas de Massa y San Pedro sacaron 0 votos.
> Ejemplo idéntico se
refleja en la mesa 1149, de la escuela EST 1 de Andrade al 800. Allí también, una misma presidente de mesa
certificó la validez del certificado de escrutinio que arrojó 119 votos para
Insaurralde, 121 para Mussi y 67 para
Gutierrez; 86 votos para Sergio Massa, 76 para San Pedro y 64 para Queijeiro.
Sin embargo, en el telegrama, el resultado certificado por esa misma persona
es groseramente diferente. Allí se consigna que Massa y San Pedro sacaron 0
votos.
> Los dos ejemplos se
reproducen casi con la misma dinámica en las mesas 178 (EP 17-Quilmes), 564
(Colegio Almafuerte-Bernal), 1013 y
1014 (Inst. Malvinas Argentinas- Quilmes), 111 (EP 9-Quilme Este), 12 (Colegio Nazareth-Quilmes), 754 (EP
4-San Francisco Solano) y en varios casos más.
El Diario de Quilmes constató
que las quejas aparecidas en el trámite de apertura de mesas a pedido de las
fuerzas que se realizó en la Junta Electoral durante la semana que concluye,
se multiplicaron siempre en el mismo sentido. Las listas de los candidatos
locales Daniel Gurzi y Julio Nieto, competidores dentro del Frente para la
Victoria con la de Gutierrez, dejó impugnaciones por doquier. Aunque lo más
grosero parece ser lo que sucedió en Quilmes con la competencia
Insaurralde-Massa y Mussi- San Pedro, donde las diferencias que aparecen son
verdaderamente escandalosas."
La situación de Quilmes se
conoce cuando en el Frente Renovador se insiste que en La Matanza se impulsó
un fraude masivo que le podría haber provocado hasta 3 puntos
porcentuales en contra en el escrutinio electoral definitivo bonaerense.
O sea que el triunfo por 6 puntos porcentuales podría haber sido por 9….
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¿Está el Papa redifiniendo la doctrina Católica?, se pregunta en un artículo Paul Simmons. Es lo que nos hemos preguntado desde Noticias de Fondo al inicio del Papado de Francisco. Transcribimos abajo tres artículos en los que se tratan concretamente declaraciones del Papa comparándolas con la doctrina oficial de la Iglesia. Transcribimos la versión original en inglés y nuestra traducción basada en el traductor de Google y nuestra propia interpretación. Si entendés que hay errores que cambien el sentido del articulista, estimamos nos lo digas al mail noticiasdefondo@gmail.com o en Comentarios. Podés no estar de acuerdo con el articulista en cuanto una posición ortodoxa ante un Papa reformador o revolucionario, aún no podemos saberlo. Lo que sí encontrarás son los temas hoy en debate dentro del mismo catolicismo, desde una perspectiva doctrinaria. Lo que muestra es que si Francisco efectivamente quiere reformular la doctrina encontrarás aquí la magnitud de lo que se propone. ...
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