Quo Vadis, Francisco?[1]
La vida de
la Iglesia Católica está plena de noticias y situaciones, y abarca puntos
opuestos del Planeta Tierra.
Desde una
“voz del pueblo” que clama por la morigeración de los pecados, una especie de “matización”
del infierno y el demonio en Occidente al otro lado donde miles padecen
lapidación, son sacados de sus casas, se los mete presos y hasta son asesinados
por no renunciar a su Bautismo.
Es un
fuerte contraste entre el “confort”, por un lado, y el “serán perseguidos por mi causa”, por el
otro. Y este “otro” tiene tal gravedad que no parece ser advertido por
Occidente. Si hasta el Papa ha tenido más palabras y acciones por los
divorciados vueltos a casar (problema netamente occidental) que sobre los
perseguidos física y espiritualmente en el otro extremo del mundo (problema
netamente africano y asiático).
De este
lado del mundo, hay corrientes católicas que niegan parte de los dogmas de la
Iglesia, como el de la Inmaculada Concepción que celebramos con feriado
nacional el lunes 8 de diciembre. El
infierno no es algo tangible sino “espacios de negación” o “ausencia de Dios” u otros conceptos.
El pecado,
salvo crímenes de lesa humanidad, prácticamente ha desaparecido para esta
corriente. Sobre el aborto, se oponen pero bueno, la sociedad lo reclama. Son
católicos de “baja intensidad” respecto de la doctrina del fundador y buscan, vía reinterpretaciones y bajo el
argumento del “numero de fieles”, morigerar todo aquello que, desde la
confortabilidad de la vida occidental, obligue a asumir compromisos fuertes
tanto en la vida personal como en la discusión social y política de estos
temas: lo políticamente correcto es un mal muy extendido en nuestra época y
tanta gente no se ha cultivado lo suficiente como para contradecir la corriente.
Están quienes, cultivados, les cuesta expresar con convicción ideas opuestas a
las prevalecientes social y políticamente. Confort que le dicen.
Esta es la
situación en la que Francisco ha sido ungido Papa y en la que ha decidido meter
mano. Sobre el infierno y el pecado, ha ratificado en discursos sus concretidades.
En el día de la Inmaculada Concepción,
la reafirmó con una oración que incluye los tres temas: Virginidad de María, el
pecado y el infierno. La reproducimos abajo para tu oración en el camino hacia
la Navidad.
Pero el
Papa también ha ido creando expectativas sobre situaciones de las que algunos
prelados han anticipado que no podrá cumplir.
El Sínodo
de la Familia ha sido el medio con el cual Francisco ha decidido agitar el
árbol en búsqueda de que caiga un fruto milagroso. El tema de la familia es tan
amplio que abarca desde por qué los jóvenes de hoy en día ni siquiera piensan
en casarse hasta los divorciados vueltos a casar pasando por las familias
múltiples, las diferentes formas de reproducción y la diversidad de tantos lugares
del Planeta.
El Papa ha
seguido una estrategia para llegar al Sínodo, su desarrollo y llegar al
siguiente Sínodo el año que viene. Se propuso “agitar el árbol”, es decir,
generar un debate entre contrarios, para lo cual rescató de un rincón a
Monseñor Kasper,, teólogo reformista: “hace teología de rodillas” dijo Francisco
de él y lo puso en la apertura del Sínodo. El Papa permitió la confección de un
documento que desató vendavales dentro del mismo Sínodo, al punto que el
documento final se parece poco al primero. Si bien éste queda como el inicio de
la segunda etapa de la estrategia (Sínodo del 2015), lo dicho, dicho está. En
el discurso de cierre del Sínodo de este año, Francisco sumó dos elementos más
que veremos cómo los juega en el siguiente Sínodo: ninguna perspectiva expuesta
en el Sínodo controvierte la indisolubilidad del matrimonio y el Papa es el garante de unidad de la
Iglesia.
La
realidad, es que acabado el Sínodo, se expresaron fuera de él las posiciones
ortodoxas contra las reformistas en
términos muy claros y, además, controversiales al desempeño del Papa en la
cuestión. Se expresaron dudas de hacia dónde está yendo: por momentos ratifica
doctrina (el pecado, el infierno, la Inmaculada), por momentos “suena” a reformista.
Y la
pregunta apareció: ¿hacia dónde va el Papa? De pronto, apareció en la escena el
Papa Emérito, Benedicto XVI quien bajo el motivo de estar escribiendo sus
memorias, deseó corregir una posición propia de tiempos pasados. En efecto,
Ratzinger comulgó muchos años atrás con el ablandamiento a los divorciados
vueltos a casar. Sin embargo, en todos sus cargos vaticanos y como Papa, su
posición fue ortodoxa. Esta presentación pública salió a sumar al grupo
ortodoxo ya que aquella posición de Ratzinger años atrás era utilizada por
Monseñor Kasper para fundamentar su propuesta liberalizadora.
Las cosas
no quedaron allí. Pocos días después, Francisco habló ante la Comisión de
Teólogos. Además de alegrarse por la diversidad de opiniones presentes en la
Comisión, señaló que los teólogos debían “abrirse a la voz del pueblo”. En un
paso más hacia el Sínodo del 2015, Francisco ya pontificó que las posiciones
expresadas en el Sínodo son conforme a doctrina; dejó en claro que la palabra final
es la de él y, ahora, invita a escuchar a la “voz del pueblo”. Posteriormente, lanzó una nueva encuesta a
todos los episcopados preguntando sobre la homosexualidad y otros temas. Se
sabe que la Relatio Synodi y los resultados de esta encuesta, serán los papeles
de trabajo del próximo encuentro.
¿Se trató
de un contrapunto entre dos Papas? ¿Ocurrió sin intencionalidad alguna? Nos
parece que por el nivel en que ocurrió este episodio, se trata más de una
elegante irrupción en el debate de Benedicto XVI en resguardo de la doctrina:
está a tiempo aún de influenciar en el tema. Por su parte, Francisco responde
con la “voz del pueblo” sabiendo qué significa para los teólogos como el propio
Ratzinger. Si la “voz del pueblo” es qué opina la mayoría de los católicos
sobre asuntos de doctrina, la ortodoxia no lo admitirá ya que no acepta que la
palabra de Jesucristo sea puesta a votación.
Por su
parte, Francisco se coloca en una de las tentaciones que él mismo explicara en
su discurso final del Sínodo 2014: la de bajar a Jesús de la Cruz para calmar
el clamor de los humanos, con lo que el sacrificio divino quedaría inconcluso.
¿Será así o son solamente escarceos para exprimir hasta la última gota de “posibilidades
posibles”?
Así las
cosas, el Papa agita el árbol buscando que caiga un fruto que facilite salir del
lugar en el que se ha colocado: habiendo creado expectativas que parecen estar
por encima de las posibilidades, evitar el desánimo, la desilusión de miles de
personas una vez llegado el momento de las definiciones.
¿O será cómo
Néstor y Cristina en Argentina, Francisco radicaliza en etapas su discurso?.
“Escuchar la voz del pueblo” puede tener el sentido del pastor que escucha a
sus ovejas y se une en sus dolores con sentido de mitigarlos. También, puede
tener el sentido de que lo que el pueblo pide constituye la voz de Dios, más
allá de la interpretación bíblica que se haga. Es Dios que nos habla a través
de los hombres.
Francisco
podría estar actuando paso a paso, como tarareando esa canción que entonaba
Joan Baez: “crecen desde el pie, las revoluciones, crecen desde el pie”. Vaya uno a saber y solamente el tiempo nos
permitirá clarificar el sentido final de todo esto.
Pero en
otros lados del Planeta, esa misma Iglesia Católica tan ocupada en establecer
un mayor confort a los católicos de Occidente, recibe las noticias diarias de
persecuciones, torturas, decapitaciones de miles de personas –casi siempre
humildes- que son arrasados por su convicción católica. Veamos unos pocos casos de estos días:
“La mujer
que se esconde bajo el seudónimo de Sabatina James tiene 31 años, recibe
protección policial las 24 horas del día y cambia su lugar de residencia en
Alemania cada cierto tiempo. Es el precio que tiene que pagar por haber
cometido un delito para la sharía, la ley islámica, el de haberse convertido al
catolicismo.”[2]
“Se salvó
de la matanza de Ruanda, y fue a la cárcel a perdonar al asesino de su madre y
hermano”[3]
Recordemos
el rapto de 200 niñas para convertirlas al Islam en Nigeria. O las recientes
decapitaciones ejecutadas por el ISIS de niños que se negaron a renunciar al
catolicismo.
El Papa
tiene información de primera mano de estos hechos, sin embargo para muchos
católicos son insuficientes sus intervenciones: lo que están logrando en Asia y
parte de África es borrar al catolicismo con el terror y la muerte y merecería -se
sostiene- una acción más visible y persevarante de Francisco. La doctrina
tradicional católica es harto controversial en los países musulmanes o en la
India, Pakistán y otras naciones, donde las religiones cuentan con varios
dioses, el matrimonio es poligámico, el rol de la mujer secundario y hasta
sujeto a violencia diversa. Los católicos en estos medios, son revolucionarios
viviendo intensamente su fe y la doctrina de siempre con convicción en lo que
se denomina una fe de alta intensidad.
Como
venimos haciéndolo, continuaremos analizando los pasos que el Papa impone a
temas controversiales y que presentan fuertes contrastes sobre cuyas
definiciones deberemos esperar bastante tiempo más. Casi, casi, que el formato se verá sobre el
final de la agenda establecida por Francisco.
Hasta la próxima
Una oración compuesta por Francisco
En la Plaza
de España, el Papa recitó esta oración dedicada a la Virgen compuesta por él:
Oh María, Madre nuestra,
Hoy el pueblo de Dios en
fiesta
te venera Inmaculada,
preservada desde siempre del
contagio del pecado.
Acoge el homenaje que te
ofrezco
en nombre de la Iglesia que
está en Roma
y en el mundo entero.
Saber que Tú, que eres
nuestra Madre,
estás totalmente liberada
del pecado
nos da gran consuelo.
Saber que sobre ti el mal no
tiene poder,
nos llena de esperanza y de
fortaleza
en la lucha diaria que
debemos realizar
en contra de las amenazas
del Maligno.
Pero en esta lucha no
estamos solos, no somos huérfanos,
porque Jesús, antes de morir
en la cruz,
nos ha dado a Ti como Madre.
Nosotros, por lo tanto, a
pesar de ser pecadores,
somos tus hijos, hijos de la
Inmaculada,
llamada a aquella santidad
que en Ti resplandece
para gracia de Dios desde el
inicio.
Animados de esta esperanza,
nosotros hoy invocamos tu
materna protección para nosotros,
para nuestras familias,
para esta Ciudad, para el
mundo entero.
Que el poder del amor de
Dios,
que te ha preservado del
pecado original,
por tu intercesión, libere a
la humanidad
de toda esclavitud
espiritual y material,
y haga vencer, en los
corazones y en los eventos,
el plan de salvación de
Dios.
Haz que también en nosotros,
tus hijos,
la gracia prevalezca sobre
el orgullo
y podamos llegar a ser
misericordiosos
como es misericordioso
nuestro Padre celestial.
En este tiempo que nos
conduce
a la fiesta de la Natividad
de Jesús,
enséñanos a andar a
contracorriente:
despojarnos, a abajarnos, a
donarnos, a escuchar, a hacer silencio,
a descentrarnos a nosotros
mismos,
para dejar espacio a la
belleza de Dios, fuente de la verdadera alegría.
¡Oh Madre nuestra
Inmaculada, reza por nosotros!
[1]
Quo vadis? es una frase latina que significa «¿Adónde vas?».
La frase está vinculada a una tradición cristiana que
gira en torno a San Pedro. De acuerdo con los Hechos de Pedro, el Emperador
Nerón en el año 64 comenzó una persecución contra los cristianos. Temeroso de
que algo malo le pudiera suceder, Pedro escapa de Roma por la Vía Apia, pero en
el camino se encuentra con Jesucristo que iba cargando una cruz.
Pedro, al verlo, le pregunta: «Quo Vadis, Domine?» (¿Adónde vas,
Señor?) a lo que Cristo contesta: «Romam vado iterum crucifigi» («Voy hacia
Roma para ser crucificado de nuevo»).
Pedro, avergonzado de su actitud, vuelve a Roma a
continuar su ministerio, siendo posteriormente martirizado y crucificado cabeza
abajo. En el lugar de su martirio se levanta hoy día, según la tradición, la
Basílica de San Pedro de El Vaticano y en la cripta de la Basílica reposan sus
restos.
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