NISMAN y la Masa - La Masa y Nisman

La conducta de masa se trata -según el sociólogo francés Gustave Le Bon- como "Una agrupación humana con los rasgos de pérdida de control racional, mayor sugestionabilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de omnipotencia y anonimato para el individuo". 

Asimismo, entiende el concepto de "Alma de masa" como un espíritu colectivo, distinto al de cada uno de los individuos componentes de este fenómeno.

La masa, según Canetti, tiene una formación, toma una densidad en forma creciente y llega hasta su explosión, éxtasis o estallido de diversas formas. Finalmente, llega su extinción.

El caso Nisman es un claro ejemplo: la noticia de la muerte de Nisman creó una masa en todo el país caracterizada por el enojo. El fiscal había creado grandes, fuertes expectativas sobre una denuncia penal que había presentado de apuro y de la cual habló durante varios días en todos los medios. La expectativa era muy fuerte en torno de que, finalmente, Cristina Fernández estaba acorralada, lo que fue muy intenso para millones de argentinos que están saturados del Gobierno actual.

Una parte muy grande de la población fue ganada por el “alma de masa”, una causa común, simple, contundente: fue asesinado. Tan grande fue esta constitución de la masa, que la propia Presidente cambió de opinión. Desde la posibilidad más cierta del suicidio a compartir el “alma de la nueva masa” creada casi espontáneamente.

Desde que el país se levantaba y se desayunaba con la noticia, la masa creció rápidamente en densidad, expresándose en manifestaciones espontáneas en todo el país. Tanto el Gobierno como los medios, se dejaron llevar por tamaña demostración, generando una nueva interpretación (el Gobierno) y alimentando las sospechas de asesinato (los medios).

La explosión de la masa no necesariamente es un momento. Puede ocurrir en varios momentos. De hecho, que el cadáver aún no sea liberado para su entierro, está morigerando una segunda explosión como la del lunes de la noticia.

A la masa es prácticamente imposible contrariarla sin ser identificado como un enemigo. Como la conducta en masa es irracional, volátil, sensible, si la contrariedad se produce en el lugar de reunión de la masa y, peor aún, donde se produce la explosión, uno corre hasta riesgo de muerte.

En todo esto, un Gobierno que se deja llevar por una masa que explota tempranamente, demostrando el aturdimiento en que se encontraba la líder. 

Por otra parte, unos medios que siembran dudas y confusión, alimentando el “alma de masa”, sosteniéndola en el tiempo. 

Y una fiscal que trabajando contra la impaciencia de unos y otros, bajo cruces de dichos y contradichos, viene consistentemente dando avisos de un suicidio.

¿Qué ocurrirá con la masa si finalmente la Jueza interviniente determina el cambio de carátula de muerte dudosa a suicidio contrariando la creencia de la masa? Suponemos que con oficio, la jueza y la fiscal, realizarán un sutil cambio de carátula: instigación al suicidio, de tal manera de dejar abierta la creencia de la masa: Nisman ha dado su vida por haber denunciado a la Presidente y al Ministro de Relaciones Exteriores pero, finalmente, “el sistema de corrupción” nos arrebata la posibilidad de exhibir ante todos la corrupción de tales altos funcionarios, su traición a la patria.  En la típica expresión en inglés, too much.

Ahora bien, Nisman no era muy conocido antes de su denuncia y raid mediático. En el medio en que actuaba tenía seguidores y tenía detractores. Uno más de las internas judiciales-políticas del país. Para quienes hoy lo han constituido en el líder de la masa, había sido designado por Néstor lo que, en su época, cualquier anti-K lo miraba con recelo y, hoy es un mártir de ese mismo anti-K. Estas volteretas no son extrañas en la política, así que no nos detendremos.

¿Dije líder de la masa? No, Nisman es un mártir de esta masa. La masa comenzó a crearse a partir de sus denuncias mediáticas y la densidad crecía en cada presentación. Crecía un liderazgo. Sin embargo, la explosión o estallido se dio ante el cadáver y su beatificación fue espontánea e inmediata.

¿Cómo seguir si se confirma lo del suicidio? Es difícil. Cuando la Corte Suprema de Justicia publicó en su sitio web el escrito de denuncia, los medios tardaron en digerir que el mismo no constituía una bomba conforme las expectativas creadas por Nisman y autoalimentadas por quienes querían ver algo así desde hace tiempo y proyectaron en Nisman lo que tal vez Nisman, finalmente, no podía darnos.

Así, la difusión de las escuchas telefónicas entre Yahlil y Delía sustituyeron a la denuncia misma. La bomba que no fue la denuncia, fue la aparición sin vida de Nisman. Si se lo declara un suicidio ¿asistiremos a otra bomba más, a otro estallido?

Como simple hipótesis, sugerir el suicidio a secas de Nisman, es controvertir a la masa, la que puede tener sucesivos estallidos y hasta desenfrenos como también, podría ocurrir que se formara una nueva masa basada en el desencanto, la desilusión más absoluta en el país y su sistema institucional.

Un gobierno a la defensiva; una población numerosa a la ofensiva; unos medios que expresan a unos y a otros; un sistema institucional funcionando con lo que tiene y en sus tiempos, son los componentes de este cocktail del momento político argentino.  La sola determinación sobre la forma en que murió Nisman no pareciera terminar el tema. La denuncia, así, subirá nuevamente en la consideración de los desilusionados hasta que el sistema judicial termine de hacer algo con ella, solo que en esta instancia, los tiempos son otros.

De todas formas, la masa se crea con el propósito del estallido, el éxtasis. Esto ya se ha dado aunque podría haber una réplica. Pero es una masa que hoy tiene un mártir pero no tiene líderes, por lo menos hasta ahora.

Hasta la próxima.





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