EL A.R.A. SAN JUAN Y EL ESTADO DE LA NACIÓN ARGENTINA

El 17-11-18 amanecimos los argentinos con la excelente noticia de que el ARA San Juan fue hallado, a 600 kms de Comodoro Rivadavia y a 907 metros de profundidad. La noticia debió de haber generado un júbilo nacional, en el marco de la tragedia de los 44 submarinistas. Sin embargo, los medios -con excepciones- dieron la noticia en clave quejosa. Multiplicaron las entrevistas en vivo a familiares querellantes y asomó la siguiente demanda en estilo capricho: queremos que lo saquen (al submarino).

Esto es un botón de muestra de un estado de los argentinos, en el que lo que se demanda excede a nuestras posibilidades y aparecen las rabietas que los medios multiplican al son de sus ratings, los que, a su vez, permiten extender la opinión que estoy dando a los argentinos: si da el rating, es que el grueso de los connacionales están interesados en el tema y bajo el tratamiento que se le está dando. 

Inmediatamente comenzó la "competencia" por cómo matizar semejante noticia. Lejos de tratarla bajo la perspectiva espiritual/psicológica del consuelo, se exacerbaron los cuestionamientos y las exigencias de investigación, como si nadie estuviere haciendo nada. Se llegó a dar cabida, sin reacción periodística, de que Macri ya sabía de esto y lo había ocultado o que "seguramente dirán que no pueden sacarlo para ocultar la verdad del accidente".

Somos una generación de argentinos que no estamos bien. Espiritual y anímicamente, estamos trastornados, de la mano de unos medios irresponsables, de unos políticos que, por sacar provecho aunque sea temporalmente, incentivan nuestro trastorno. 

Los debates suelen ser de baja calidad, basados en sospechas que nadie se encarga de razonar un ratito; en datos que nadie se preocupa en confirmar; acuciados por la necesidad de impactar a como sea en la opinión pública y una opinión pública que se cree en la obligación de opinar de todo y ahí nomás de los hechos, en caliente, humeando.

Vemos que se repiten en las redes en que participamos, el concepto de que Argentina es inviable. Y este es uno más de los elementos que podemos considerar la veracidad de la afirmación. El otro, el manejo de la economía argentina por políticos de casi todas las ideologías, en que terminamos -ya con inevitabilidad cósmica- en los mismos desastres que afectan a la población, con los mismos bolsones de exceptuados: políticos, sindicalistas y organizaciones delictuales.

El tratamiento que parte de los familiares de los 44 náufragos muertos han dado a "su dolor", es sospechoso de intentar establecer un discurso que, finalmente, sea la base de presentaciones judiciales a efectos de aumentar las indemnizaciones. En efecto, las indemnizaciones laborales en las fuerzas armadas tienen su propio esquema. Empujar para que el Estado haya sido negligente e irresponsable, es la base de quebrar el esquema legal y pedir indemnizaciones muy, muy superiores. Estos familiares, han venido impidiendo que los argentinos honremos a los 44 fallecidos dándole los homenajes que otras naciones ya dieron. Estos son los familiares a los que llaman los medios y se regocijan en sus nefastas, perniciosas intervenciones. 

Esto es Argentina. ¿Inviable? En estos términos, cada vez me convenzo que somos inviables. Y la política de cara a las elecciones 2019, nos lo están ratificando desde su lado. 



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