LANZAMOS LA CAMPAÑA MIENTRAS LA LOBA NO ESTÁ
MACRI Y LA INAUGURACIÓN
DEL 137 PERÍODO DE SESIONES ORDINARIAS DEL CONGRESO DE LA NACIÓN ARGENTINA – EL
PRESIDENTE PRESENTÓ SU DISCURSO ANTE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA.
“Ojo, mucho cuidado, se despertó Macri. El discurso de ayer del
Presidente ante la Asamblea Legislativa trajo extraordinarias novedades. La
primera: hay un presidente. Quiero decir: salió de su encierro, de su letargo.
"Se despertó Macri ", dijo alguien. O lo despertaron. ¿Habrán sido
las encuestas?” (1)
La primera reacción que
tuve durante el discurso, fue la que escribió en su columna el periodista Carlos
Reymundo Roberts, de La Nación y que precede este párrafo.
Enfático, contundente, con convicción, el Presidente: a) repartió tortazos hacia el cristinismo y a la oposición en general de tal manera de agrandar la grieta que lo pueda llevar a la reelección; b) mejoró en el papel las variadas acciones de su gobierno, con resultados todos impecables aunque el análisis pormenorizado muestre aciertos, dudosos; unos verdaderos, otros engañosos; unos terminados, otros en proceso; c) estableció un relato, importante tanto para el cierre de su mandato como para la militancia que entra en campaña; d) mejor en los desempeños institucionales que en los económicos, el Presidente repasó todos los aspectos, dándoles formato de batalla electoral. Encaró de frente march puntos que se cuestionan a su gobierno, como la pobreza. La gestualidad fue importante para imponerse en un ambiente hostil, fogoneando la hostilidad. Sus legisladores fueron impecables en vestimenta y el uso masivo de corbata celeste. Nada quedó librado al azar.
Enfático, contundente, con convicción, el Presidente: a) repartió tortazos hacia el cristinismo y a la oposición en general de tal manera de agrandar la grieta que lo pueda llevar a la reelección; b) mejoró en el papel las variadas acciones de su gobierno, con resultados todos impecables aunque el análisis pormenorizado muestre aciertos, dudosos; unos verdaderos, otros engañosos; unos terminados, otros en proceso; c) estableció un relato, importante tanto para el cierre de su mandato como para la militancia que entra en campaña; d) mejor en los desempeños institucionales que en los económicos, el Presidente repasó todos los aspectos, dándoles formato de batalla electoral. Encaró de frente march puntos que se cuestionan a su gobierno, como la pobreza. La gestualidad fue importante para imponerse en un ambiente hostil, fogoneando la hostilidad. Sus legisladores fueron impecables en vestimenta y el uso masivo de corbata celeste. Nada quedó librado al azar.
La sesión fue animada y
creo que se ha exagerado la reacción de la oposición. Hasta que ocurriera el
primer “Señores, los gritos, los insultos no hablan de mí …” el oficialismo
aplaudió los párrafos del Presidente unas 11 veces, con ruidosos vítores y
varias veces de pie. Cuando Macri encaró el surfeo de los logros (“Uno de los
mandatos más claros que nos dieron los argentinos fue que gobernáramos con
responsabilidad…”) fue generándose un murmullo en la bancada #HayOtroCamino (que
sabemos cuál es) que estalló cuando expresó que “creamos 700 mil puestos de
trabajo”. La cámara giró a esta bancada donde pescó a la oposición
riéndose, gesticulando y alguno expresando algo a viva voz. Continúa Macri el
discurso mientras la oposición se puso de pie y aplaudía irónicamente lo que
consideraba exageraciones. Luego, de una bandeja surgen cánticos. Macri,
entonces, detiene el discurso y dice “Señores, los gritos …” mientras Rossi y
otros reaccionan señalando con brazo alzado a la bandeja que, según leí en Infobae
(2), se trataba de un palco oficialista que toreaba a la bancada #HayOtroCamino
(que ya sabemos cuál es) cantando “no vuelven más”. Algún pacto previo fue roto
en ese momento y es lo que trataba de expresar Rossi (persona de cero devoción
de mi parte). Esto ocurrió entre los minutos 14 y 16 y pico. Más tarde, ocurrió
otro momento en el que el Presidente respondió en similares términos. A esta
altura, la bancada oficial había aplaudido, vitoreado y actuado todos los
párrafos del Presidente, poniendo fervor discursivo en éste como, también,
presión a la oposición en la Asamblea. No debemos perder de vista el carácter
de campaña utilizado para resaltar la labor del Gobierno que éste decidió fuera
de los tres años transcurridos y no de lo acaecido en el año inmediatamente
anterior. No debe sorprendernos, entonces, que los ánimos se hayan caldeado y
de la mano de la propia euforia oficialista, cosa que no pasó a mayores en el
resto de la Asamblea.
De los logros, los hay
reales, dudosos, sobrevaluados o en proceso. Por ejemplo, “creamos 700.000
empleos” que generara la risotada opositora. Sabíamos que la actividad privada
había generado algo menos de 200 mil empleos durante los primeros dos años de
exitoso gradualismo. Los 500 mil y pico restantes, ¿fue empleo público? De mi
parte no es una buena noticia y se inscribe en el modelo llamo “más-o-menos-de-siempre”.
Identifico en dos grupos
los logros económicos que presentó el Presidente: a) aquellos que señala Macri
y se inscriben en el “modelo-más-o-menos-de-siempre”, es decir, estatismo, asistencialismo y “obrismo público”,
por un lado, y aquellos de apoyo a la actividad privada pero a partir de la
intervención estatal con recursos propios (mejor dicho, emprestados, hechos con
toma de muuuucha deuda).
El colmo del primer
grupo, fue el anuncio del aumento en un 46% de la AUH y otro anuncio del día
anterior asignando 100 mil millones de pesos a las Pymes. Anuncios
electoralistas, lo que para otros gobiernos de otras orientaciones, atribuíamos
-y me consta de muchísimos militantes macristas- a medidas demagógicas. Pero,
como decía Espert tempranamente, el gobierno de Cambiemos arrancó como un kirchnerismo
de buenos modales o Pichetto (cero devoción por este Senador) hace unas horas llamándolo
“kirchnerismo blanco”. Asumo al menos un grado de veracidad a estas expresiones
atento al tenor de las medidas tomadas más de cara a la elección que al
objetivo de déficit cero. Una vez más, se fijan acciones y objetivos que
colisionan entre sí.
Respecto del segundo
grupo, caminos, vías y trenes, puertos, hacen a la infraestructura que beneficia
a la producción y comercio nacional e internacional del país. No aclaró, sin
embargo, el Presidente, que se iniciaron una cantidad enorme de obras y mega
obras públicas con un financiamiento en dólares a cargo del Estado que terminó
condicionando la actividad toda del país. Tampoco refirió que la consecuencia
de esto ha sido un incremento de la carga impositiva llevada a niveles inéditos
a la que se suman los mayores costos de los servicios de energía y el del
endeudamiento operativo de las empresas. Es el “obrismo” bajo el
“modelo-más-o-menos-de-siempre”, que da trabajo en el corto plazo y provee de
buenos videos para compartir en la campaña pero termina en colisión en el
mediano plazo. Allí estamos.
Algunos de los párrafos
económicos que deseo comentar:
>” Hubo sí, la necesidad de
terminar cuanto antes con el déficit fiscal que la Argentina padece desde hace
70 años” y, "El déficit es el causante principal de la
inflación, que a su vez es la principal causa de la pobreza y del estancamiento
de este país". Caso raro que un Presidente argentino reconozca la
causa de la inflación en el sobre gasto estatal. Lo hizo. Claro que parece que
lo comprendió tardíamente ya que comenzó a gobernar Cambiemos con un incremento
del déficit fiscal y si bien a la fuerza decidió reducirlo y tomó acciones, el
peso de la deuda incrementada por su Gobierno impedirá el cero-déficit por
varios ejercicios, comprometiendo, en lo inmediato, la actividad económica
general del país.
Siguiendo con el déficit
fiscal, reproduzco: “… El Gobierno avanza en su objetivo de déficit
cero, y posiblemente lo alcance. Pero aquí vale pasar el peine fino. Logrará el
déficit primario cero, estado que surge sin tomar en cuenta el pago de la deuda.
En cambio, el déficit financiero, deuda externa incluida, se ha multiplicado de
manera preocupante a partir de su política de endeudamiento que sólo
halló fin cuando los mercados internacionales les cerraron las puertas”
(Gustavo García, La Prensa (3))
>”También
queremos hacerles las cosas más fáciles a los que quieren exportar …”
Todo bien con esto salvo que omite la imposición de retenciones a las
exportaciones cuyo efecto veremos en este año, como así tampoco mejoró el
Gobierno los reintegros en el rubro industrial. Por de pronto, las
exportaciones en enero-19 fueron un 4,7% inferiores a ene-18 y un 13,2%
inferiores a diciembre pasado. Esto no indica tendencia hasta que no tengamos
más resultados, pero vale ser prudentes. Si bien desde los trámites se han
facilitado las cosas, la composición impositiva empeoró y, con una administración
del dólar-como-para-que-exportemos-pero-que-no-mueva-los-precios-internos,
veremos qué es lo que ocurrirá.
>”Las
exportaciones crecieron un 15%...” Tomando el acumulado a dic-18 versus
el acumulado a dic-17, el incremento de las exportaciones ha sido un 5,1%,
salvo que la planilla “Balanza comercial argentina, total y variaciones
porcentuales. Datos mensuales, desde 1990 en adelante” del Indec no sea la
indicada … Si comparamos los acumulados de los años 2018 versus año 2015,
tampoco se acerca, ya que se incrementaron un 8%. Tal vez haya leído mal el número: se lo vio
al Presidente como apurado en la lectura que, además, aprendió de memoria ya
que en varios párrafos levantó la mirada recitando el texto. En su apuro,
cometió varios tropezones, por lo que es posible que haya leído mal este dato.
>La reducción del costo promedio
de la obra pública en un 40% respecto del 2015, es una expresión
engañosa según Chequeado.com ya que se basó en dos estudios de Vialidad
Nacional comparando obras, las del 2015 terminadas y las de la actual gestión
aún no terminadas.
>”Y ya
nos han abierto más de 170 mercados para que exportemos nuestros bienes y
servicios…” Lo cual es muy bueno y, ciertamente un cambio sustancial
respecto del gobierno de Fernández de Kirchner. Y es una medida de largo plazo,
ya que no parece posible cambiar la estructura de exportaciones actual a
Brasil, China y Estados Unidos con facilidad. Sin efectos inmediatos, es una
buena noticia en el largo plazo.
>La inflación. El
Presidente insiste en que la inflación está bajando y lo único
que hace es una proyección teórica.. Es
decir, decide una medida que se supone generará tal cosa y lo da como un hecho,
asignándole entidad de cumplido. La proyección oficial para 2019 es un índice
alto en sí mismo, aunque bajando respecto de la inflación 2018. Sin embargo,
las proyecciones privadas ya alertan sobre un cierre de año con una inflación
de 30 y más puntos. ¿Más baja que el 48% del 2018? Sí, pero deja un mandato con
un nivel de inflación enorme, producida justo por quien canchereaba que era
facilísimo reducirla, que la inflación era la expresión de un mal gobierno …
Ah, y que no se nos cruce ningún cisne negro, como está de moda expresar.
>"Por
primera vez afrontamos las dificultades sin soluciones que pusieran en riesgo
al país. Sin default ni cepos artificiales". Transcribo de la
columna de García (3): “Esta afirmación cruje por todos los costados. La
corrida cambiaria del 2018 y la lentitud e inoperancia del Banco Central para
enfrentarla casi nos dejan al borde del colapso y sin moneda. Es cierto que no
se cayó en el default ni se instauró un cepo cambiario, pero eso no ocurrió
porque el Gobierno golpeó nuevamente a las puertas del Fondo Monetario
Internacional, que nos otorgó un crédito record de u$s 57.000 millones…”
>"Los cambios profundos
requieren paciencia. Muchos van a pensar "pero yo estoy peor que
antes", o "me cuesta todo más que en 2015". Nuevamente, acuerdo con García (3): “Acierta
el presidente Macri al destacar que los cambios estructurales llevan tiempo y a
veces trascienden a los gobiernos. Es verdad también que en los primeros
momentos el impacto puede ser negativo, aflorando entonces la sensación de que
todo va mal e irá aún peor. Pero el Gobierno nacional no encaró (ni lo está encarando, agrego) ninguna reforma estructural de fondo:
no hubo reforma educativa, ni laboral, ni previsional. Todo eso quedó en el
tintero. Hubo sí apenas una tibia reforma tributaria con un largo horizonte de
5 años para eliminar Ingresos Brutos. Sin embargo, el acuerdo fiscal se
chamuscó, más temprano que tarde, en los fuegos del desastre ocurrido en 2018”
El final del discurso es
una arenga que hizo subir el fervor de la hinchada propia, muy envalentonada
por el desempeño arrollador del líder en la tribuna, mientras la hinchada
opositora se quedó sin nafta, terminando aquella en cánticos triunfalistas de
corte tribunero, al que acompañó en el final el Presidente, desahogando toda la
tensión que le debe haber significado la jornada. Planteó una verdadera
pulseada contra la oposición de la que, a mi juicio, salió airoso, tal como se
ha visto en las redes y el estallido de congratulaciones, acompañadas de exagerado
optimismo, para mi gusto, ya que, por ahora, no hay aún candidatos enfrente. ¿Sabrá
el Presidente sacarle el jugo “mientras el lobo no está”?
CONCLUSIONES: Largamos
la campaña cuando nadie enfrente tiene nada preparado aún; tenemos relato; todo
iba bien hasta que se cruzaron algunos problemas; está todo para que si lo
reeligen hagamos la Argentina Potencia. Para ello, cavamos unos metros más la
profundidad y el ancho de la grieta y toreamos a la señora para que se
presente. Sí, que se presente ya que si no lo hace, no habrá baile posible. Además,
el gobierno desde enero, en el discurso y en las medidas que envía al Congreso,
se derechiza. Algo les ha hecho recordar con cuáles votos ganaron en el 2015 y
si bien no gobernaron inicialmente en tal sentido, pareciera que refrescaron la
memoria y todas las semanas tienen anuncios del tipo carnada-para-el-votante-de-derechas
que, por lo visto, asocian principalmente a temas de inseguridad y no a la
economía, por ejemplo. Nuevamente los necesita el gobierno y, tal vez, el
efecto miedo-a-Cristina no sea suficiente con muchos de ellos. O tal vez sí. No
somos muy predecibles los argentinos. De todas formas, pensando en un
electorado de derechas, el Presidente omitió cualquier referencia al “curro de
los derechos humanos”
OTROSIDIGO: Un factor no
analizado es si Cambiemos arrancó con un error de diagnóstico y,
consecuentemente, un camino equivocado tal como se ha instalado entre los
analistas y periodistas. En mi opinión, Cambiemos no tuvo error sino que
aplicó la ideología predominante de la coalición gobernante, integrada por
radicales, desarrollistas y peronistas. El Pro en la coalición, es un
partido de gestión, eficiencia y esas cosas, por lo que la predominancia de
partidos ideológicos en el modelo de “más-o-menos-lo-mismo-de-siempre” es lo
que ocurrió hasta que chocaron con la realidad. ¿Qué cambiará en una reelección
de Macri? Pues que hasta ayer, el Presidente y el Pro estaban como retraidos
por todo lo ocurrido y el radicalismo aprovechó la situación
pidiendo primarias abiertas y, en compensación por no molestar, está ganando
terreno en los armados territoriales, con lo que en un segundo mandato tal vez haya
más estado, asistencialismo, obra pública, fiscalismo y laicismo militante.
Votando a Macri, podrías estar votando una mayor presencia del radicalismo en
Cambiemos. Por mi parte no he votado radicales hasta que voté a Cambiemos. No
me gustaría hacerlo nuevamente: su tradicional laicismo es anticatólico, por
ejemplo, además de las mencionadas posturas estatistas, asistencialistas, obras
públicas y fiscalistas. Recordemos la bandera verde pro-aborto en la sede
central de la UCR, color que usó la bancada #HayOtroCamino (que ya sabemos cuál
es) en las vestimentas de las mujeres.
No es casual, entonces, que
Cambiemos haya chocado. A la par que incrementaba el déficit, se endeudaba,
aumentaba las tarifas públicas sin un plan más que el aumento en sí mismo,
intentaba reducir la inflación, hacía obras por todos lados, objetivos que
chocaban entre sí mientras aplicaron el criterio de más estado, más
asistencialismo, más obra pública y, finalmente, y a contramano de la reforma
fiscal, más impuestos. Y esto es lo que hizo que los tres factores que
Cambiemos denuncia como causantes de la crisis del 2018, nos haya afectado como
a ningún otro país en el mundo y lo estemos padeciendo un año después de
iniciado el derrape.
Cierro con una anécdota.
Allá por mayo del 2016, mientras el Gobierno daba 30 mil millones a las obras
sociales de los gremios, 30 mil millones de pesos a la CETEP de Grabois, 80 mil
millones de pesos a las provincias y se arrancaban obras importantes, le
pregunté a un funcionario de nivel operativo del Gobierno si sabía si alguien
estaba llevando los números. La respuesta fue que no sabía. Dos años después,
comprobamos que nadie llevaba los números centralizadamente, cada uno actuaba
por sí, satisfechos por los buenos anuncios, hasta que la realidad impuso su
propia lógica.
(1)
Carlos Reymundo Roberts, La Nación, 2-3-19
(3)
http://www.laprensa.com.ar/473885-Economia-un-discurso-con-puntos-refutables.note.aspx
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