MACRI, Y EL INTRINGULIS DE LA CENTRO IZQUIERDA, LA SOCIALDEMOCRACIA O LA DERECHA
Macri accedió a la Presidencia en
el 2015, por la confluencia de un anticristinismo definido y decidido y por
presentarse como un postulante de centro derecha, capitalista, pro empresa y
con posiciones diferentes sobre la seguridad, el código penal, la concepción de
la vida y lo institucional.
Desde el arranque de su gobierno,
se fue mostrando, inseguro e improvisador, tomando decisiones que luego retraía
y modificaba. Se fue yendo hacia una
centro izquierda, llegando al paroxismo del debate sobre el aborto, en el que
se declara provida pero su gabinete operó por el aborto, aunque los diputados propios del Pro
votaron en contra, pero recibían prensa sus ministros pro aborto; implementó de
frente march la educación basada en la ideología de género; mantuvo posiciones más
coherentes en materia de seguridad aunque no me queda claro que está ocurriendo
con el código penal enviado. En un punto dado de la lucha celeste, se llegó a
escuchar “que te voten los verdes, Macri”. Ni hablar del campo empresario y las reformas
que, haciéndose esperar, ahuyentó toda posibilidad de inversiones. Buscando a los "otros", Macri fue mortificando a los "propios".
Este arranque viene de la mano
del artículo de Francisco Olivera en el día de hoy en La Nación, en el párrafo "Tiene
una gran virtud: (Pichetto) dice en público lo mismo que en privado", lo
elogió Macri en el CCK, según publicó la periodista Silvia Mercado en Infobae.
Una facultad que sus asesores no le aconsejaban a Macri allá por 2015, cuando
lo imaginaban como líder de centroizquierda” (el resaltado es mío).
Recordemos cuando la elección
presidencial yankee, la entonces nuestra Canciller Malcorra anticipaba con alegría por
tweet el triunfo de Hillary Clinton. Recordemos, también, con qué beneplácito
fueron recibidos Obama y su esposa por la pareja presidencial, quienes tocaban
el cielo con las manos, principalmente, en mi opinión de aquel entonces, a que nuestro
Presidente se sentía más confortable con los Demócratas que con los Republicanos.
Sin embargo, la cosa se le fue
por derecha y fue un Republicano, ridículo y con vínculos con el propio Macri
quien le sacó las papas del fuego al gobierno de Macri. Para empeorar las
cosas, Brasil eligió un Presidente derechista proveniente del Ejército
nacional, similarmente torpe en sus declaraciones al mismo Trump. Nuestro
Presidente, volcado a ser reconocido como un socialdemócrata, disfrutó el
encuentro del G-20 en Argentina y no solamente como anfitrión sino, también,
porque disfruta de estrechar las manos de esos líderes a los que no se pueden
identificar como de derechas.
Así las cosas, Francisco Olivera
agrega: “Pero la corrida del año pasado barrió con esos sueños nórdicos: el
Macri real muestra coincidencias ideológicas con Paulo Guedes, ministro de
Economía brasileño formado en la escuela de Chicago, y hasta una afinidad
personal con Jair Bolsonaro, su gran aliado para conseguir el acuerdo entre la
Unión Europea y el Mercosur, que desencadenó críticas entre los defensores de
la protección industrial.” "No hay un solo macrista como él", se
sorprendieron en el entorno de Macri, donde recuerdan la frase que el brasileño
le dijo semanas atrás a su par en Buenos Aires, en un almuerzo en el que no
habló demasiado: "Lo importante es que pierda Cristina Kirchner".
Todos los caminos de Macri
conducen a la derecha, aunque no le guste y se resista. La incorporación de
Pichetto -salvo el aborto e ideología de género- es el agregado de un discurso
sin tapujos sobre un capitalismo definido y sobre una seguridad bien en línea
con la Bullrich o, tal vez, aún más acendrado. Macri y Pichetto comparten, un concepto de institucionalidad
que es denostado por su principal opositora, Cristina Fernández, quien continua
con el sueño socialista cubano-chavista.
Macri está tratando de volver a
su elector perdido durante su gobierno. Aquel quejoso por la tibieza en materia
macroeconómica y otros por su tibieza en el tema del aborto y por su, de pronto, firmeza en
la implementación de la ideología de género.
Desde enero pasado, hemos tenido
notas en los medios sobre el protocolo de uso de arma de fuego, las pistolas
taser, el código penal (del que no sabemos exactamente qué modifica el estatus
quo garantista). Ha matizado con medidas del tipo “poner dinero en el bolsillo”
de la gente, que el FMI ha tolerado sin decir mu, en una muestra del apoyo
brindado por Trump al Presidente Macri.
Otra demostración que considero relevante
en el transcurso de la campaña electoral, ha sido la aceptación por parte de la
Unión Europea para un acuerdo con el Mercosur. Se le sirvió en plena reunión con
todos los líderes europeos, donde están en las redes los saludos a nuestro
Presidente felicitándolo por “su liderazgo”, algo que en Argentina se había
depreciado bastante.
El último párrafo del artículo de
Olivera: “Macri no es ideológicamente tan distante del pensamiento de esas
administraciones, con las que ahora aspira a trabajar en un tratado de libre
comercio con Estados Unidos y de las que solo difiere tal vez en la estética
discursiva. Es entendible que celebre la incorporación de Pichetto y su
autenticidad: ahora se parece más a sí mismo.” (resaltado mío)
Así perdió su primer mandato
Mauricio Macri: fue votado no solamente por el espanto sino por un
posicionamiento de derecha institucional, moderada que, por algún motivo que
sabrán sus consejeros, dejaron de lado desde el inicio de su gobierno para
volcarse a una socialdemocracia que no terminó de entenderse nunca y afectó su
liderazgo. Renuentes a lo que “había que hacer”, terminó solicitando ayudas
diversas como del impopular FMI, del Republicano ridículo y, finalmente, hace
yunta con Jair Bolsonaro quien está pidiendo a gritos que continúe Macri un próximo
mandato: “Hablamos (Bolsonaro) con él (George Busch) sobre la situación en
Venezuela, pero más importante que hacer un gol es evitar otro, y ese gol en
contra sería que la Argentina regrese a las manos de Kirchner", contó
entonces en Texas a periodistas brasileños.
Si Macri, finalmente, cayó en la
cuenta como parece haberlo hecho con Pichetto y cerrado filas con Bolsonaro y
Trump y, además, reaparece la suerte para la campaña electoral, puedo
terminar estos pensamientos con el título de otro articulista de La Nación, Raymundo
Roberts: “Llora Cristina: a Macri le volvió la suerte” y, agrego yo, le habrá regresado el alma al cuerpo.
Hasta la próxima.
Comentarios
Publicar un comentario
Debate, todo el que quieras presentar. Insultos, a otros medios por favor ya que lo eliminaremos