CRISTIANISMO Y NUEVO ORDEN

 

LA “HORA” DE JESÚS

Nuestra actualidad cristiana  

 

“¿Ahora creen?” - ¿Creemos hoy?  

El Apóstol Juan, desde el capítulo 13 hasta el 17, relata las horas previas a “la Hora” de Jesús, la de su Pasión y Muerte. De la última cena compartida con Jesús, el apóstol realiza una narración de expresiones de Jesús intercaladas con las emociones y reacciones de sus discípulos, que creo de suma utilidad para indagar y discernir sobre el mundo actual. 

Catequesis de ayer y de hoy  

     Juan   nos   permite   participar   de   una   auténtica catequesis final, completa y plena que Jesús realiza a sus discípulos en los momentos previos a su Pasión y muerte. Los discípulos van de menor a mayor y van subiendo el tono de la conversación hasta que, en 16, 29-31, ellos se  desahogan  (interpreto yo)  “…Por fin hablas  claro  y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios”.   “¿Ahora creen?” (Jn 16, 31) les responde Jesús. Desde allí, Jesús realiza una oración al Padre por sí mismo; una oración al Padre por sus discípulos (“cuídalos en tu Nombre -el Nombre que tú me diste- para que sean uno, como nosotros”, Jn 17, 11). Finalmente, Jesús eleva una oración por los “…creerán en mí” (Jn 17, 20-26).  

Previo a la Hora de Jesús 

En el C. 13 se narra el lavatorio de los pies (Jn 13, 15), donde Jesús hace docencia práctica del buen servidor, aclarando que “Les he dado el ejemplo para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”. Realiza el anuncio de la traición de Judas (Jn 13, 21-30); la despedida de Jesús y el anuncio de su glorificación (Jn 13, 31-33); el mandamiento nuevo (Jn 13, 34-35) y la triple negación de Pedro (Jn 13, 36-38). 

Un mandamiento nuevo

      “Les doy un mandamiento nuevo: ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS” (Jn 13, 34) Y más aún: “ASÍ COMO YO LOS HE AMADO…”.  Y va más allá todavía: “En esto todos RECONOCERÁN que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros” (Jn  13, 36). De haber estado en el lugar, como buen porteño hubiera murmurado a quien tuviera cerca: chupate esa mandarina. 

Transcurriendo la cena, los capítulos 14 y 15 narran la catequesis de Jesús a sus amigos y se producen algunos diálogos.  El  primero lo encara Tomás: “Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer  el  camino?” (Jn 14, 5).  Jesús responde y le marca la cancha, ni lo dudes: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto” (Jn 14, 67). Felipe insiste: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”  (Jn  14,  8).  Jesús le responde,  “Felipe  hace  tanto  tiempo  que  estoy  con  ustedes  ¿y todavía no me conocen?” (Jn 14, 9).

Se trata de un reproche a la dureza tan humana de los apóstoles (y nuestra al día de hoy).  Imagino esta escena en estilo porteño de mis tiempos, con una inflexión de voz acompañada de un gesto del tipo “che, flaco… ¿cuándo te avivarás?”. 

Continúa Jesús con  la  promesa  del  Espíritu  Santo:  “Pero  el  Paráclito,  el  Espíritu  Santo que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho” (Jn 14, 26) 

Hoy y ahora 

Soy de una generación criada en un ambiente cristiano, lo que se daba en casa, en los colegios y en el “ambiente” general.  Al cabo de mi vida, con 70 años, veo que las persecuciones físicas a los cristianos en el Norte de África existen como en los tiempos de los romanos, y que hoy habría más mártires que los que hubo en todos los tiempos anteriores. 

 También, es palpable una persecución no física en el mundo Occidental. El mismo mundo producto de la expansión del cristianismo y que, desde la constitución de la Unión Europea se ha decidido sepultarlo, volviéndose en contra de su propia Historia.  

En la actualidad, la ideología del “nuevo orden”, pone especial empeño en desmontar todo atisbo de cristianismo en la vida social, política, familiar, científica, etcétera. Los postulados de esta ideología contradicen y controvierten perfectamente los postulados cristianos. De ahí, que muchos autores señalen que lo que era bien ayer, hoy es mal y lo que era mal ayer,  hoy es bien. Debo agregar, que el “bien y el mal” hoy son, filosóficamente conceptos difusos, relativos, líquidos y hasta inconvenientes. 

Para el hoy y ahora 

Jesús  les  da  reconocimiento  de  “amigos”  a  sus  discípulos, una elevación de los humanos a la divinidad, mas no debemos perder de vista que somos sus  amigos  “…SI HACEN  lo  que  yo  les  mando”  (Jn  15,  14)  Y  lo  que  nos  manda,  es  que  nos amemos los unos a los otros (Jn 15, 17).   Y como somos amigos por elección de Jesús y no por elección nuestra (Jn 15, 15), “…vayan y den fruto y ese fruto sea duradero” (Jn 15, 16). 

  

“Si el mundo los odia…” 

La presentación de esta parte, se me ocurre hacerlo en forma de un silogismo compuesto, donde las mayúsculas son mías: 

Premisa Mayor: “Si el mundo los odia, sepan que ANTES me ha odiado a mí” (Jn 15, 18). La premisa es: EL MUNDO ME ODIA, (A MÍ, Jesús). 

Premisa Menor: “Si ustedes fueran DEL mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como NO SON DEL mundo, sino que los ELEGÍ y los saqué de él…” (Jn 15, 19) La premisa es, USTEDES ME SIGUEN (A MÍ, Jesús), 

Conclusión (entonces, ergo): “EL MUNDO LOS (NOS) ODIA” (Jn, 15, 19 último párrafo).

La expresión aplicable es la conocida de origen árabe: “el amigo de mi enemigo, es mi enemigo”. 

 De la tolerancia de antaño a nuevamente al odio 

Y esto es lo que vemos en el denominado “nuevo orden”: cual tsunami, se extiende por el mundo que fuera hasta hace unos años de “ánimo” cristiano con sentido contrario. Las manifestantes pro aborto lo expresan claramente en sus concentraciones, en los daños a iglesias y otras acciones de auténtico odio. O, como una importante dirigente hizo profesión de fe anticatólica, haciendo una de sus necesidades físicas en el altar de la Catedral de Buenos Aires.  

El desdén con que una creciente cantidad de dirigentes se refieren a la “religión”, particularmente la cristiana; o el avance que se pretende sobre los contenidos de las escuelas confesionales, especialmente las cristianas.  

El mundo del “nuevo orden” odia lo cristiano y esto impacta en los cristianos. Es como que se ha dado por terminada la “tolerancia religiosa” lograda en muchos siglos para dar paso a una uniformidad que deviene en una intolerancia a lo diverso, especialmente de la diversidad cristiana. Para ello, las nuevas leyes contienen cláusulas “censura”, verdaderos cantos a la censura uniformadora.  Bajo el argumento de cesar los odios de unos, se crea uno nuevo y bien diferenciado.  

Serán echados de las sinagogas…” (Jn 16, 2)   

Jesús les (nos) anticipa lo que experimentarán los discípulos al seguirlo conforme lo ya visto antes. Los cristianos  que viven  y  se declaran  como  tales en el mundo contemporáneo,  comienzan  a  tener  severos  problemas  para sostener empleos o ser seleccionados en las universidades. Bajo diversidad de argumentos jurídicos se va poniendo al margen de la ley a la diversidad religiosa y, focalmente, cristiana, condicionando empleos, ejercicio del comercio y de profesiones. Hasta la misma paternidad tan central para la constitución familiar. Recordemos el caso aquel en el año 2016 en Noruega, donde el gobierno le quita sus 5 hijos a unos padres por "falta de destrezas parentales"i, acusados de “adoctrinamiento cristiano”ii. En España, son recurrentes los ataques de gobernantes de comunas, provincias y autonomías hacia centenarias tradiciones religiosas locales como pesebres y procesiones. Ni hablar del embate sobre la educación concertada católica. O las mismísimas homilías de nuestros obispos y sacerdotes de las que hay ya registros de intentos de buscar la censura judicial. Como Mary Wagner, activista canadiense pro vida que por su expresiva conducta para salvar a las madres y los niños del aborto, ha ido a parar a la cárcel más de una vez.  

  La extensión  del  aborto,  la  eutanasia  y  el suicidio asistido avanzan con desprecio de las posiciones cristianas al respecto. Vencida la inercia del “mundo antiguo”, la eutanasia y suicido asistido se convierten en “inducidos” y se  “amplían  derechos”  a  menores  de  edad,  personas  con  alteración  en  su  salud  mental  y otros, desapoderando, en los casos más radicales, a padres y a familiares. 

Los cristianos  que deseamos  seguir  siendo  cristianos bajo estas condiciones del “nuevo  orden”, viviremos en un “ambiente” que nos mira mal y hasta nos  odia, un contexto hostil. Nos pone al margen de la ley y condiciona nuestros propios emprendimientos sometidos a leyes que percibimos como iniquas. Exige el “nuevo orden”, el sometimiento pleno de parte de los “nuevos disidentes”, uno mismo.  

Si parecían hechos aislados y extravagantes, hoy sabemos que se trata de una corriente muy activa y eficaz.  

“…No han conocido ni al Padre ni a mí” 

 Jesús les expresaba a sus discípulos y amigos en la última cena: “…más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios…” (Jn 16, 2) Jesús les dice que “…los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí” (Jn 16, 3). 

Lo que experimentamos no es exactamente el texto transcripto -en mi opinión-. El sacrificio que se impone hoy a lo cristiano, proviene de gente que sí ha conocido al Padre y a Jesús. La historia de las naciones europeas ha tenido presente y ha evolucionado con ellos y el Espíritu Santo. A lo que asistimos hoy no es ignorancia sino negacionismo e intencionalidad de eliminación de lo cristiano y ello, como lo anticipara Jesús, por odio a Cristo. En términos no políticos, estaríamos ante un auténtico enfrentamiento satánico. 

Construyendo la ignorancia respecto del Padre y de Jesús 

Con el desarrollo de  un  mundo  bajo  el  “nuevo  orden”, las generaciones futuras serán formadas en total ausencia de Dios, de cualquier naturaleza superior. Es más, hay y habrá un proceso de desconstrucción de lo cristiano, aun exacerbando la Historia. Se habrá construido  así la situación expresada por Jesús “…porque no han conocido ni al Padre ni a mí” (Jn 16, 3).

  

No es la primera vez que se dan embates mayúsculos contra lo cristiano. En la década de 1830 se asistió en España y en Francia a una feroz persecución contra la Iglesia Católica: se ordenaron  los  cierres  de  seminarios  y  el  pase al estado  laical  de  los  sacerdotes  y  religiosos  y religiosas.  En  la  guerra  civil  española,  unos  diez  mil  sacerdotes,  religiosas  y  religiosos fueron  fusilados  sin  más  motivo  que  sus  hábitos. En la URSS, la China y tantos países en los que el comunismo se instaló, ocurrió lo mismo: ateísmo militante, persecución implacable de lo religioso Hoy mismo, hay persecución, tortura y muerte a cristianos en el mundo africano, proveniente de un “mundo antiguo” con el silencio del “nuevo orden”. El  odio a  lo  cristiano, hoy, además,   se  expresa  en  la  sustitución  de  las  legislaciones  de  los  países, basadas en recomendaciones globales y uniformadoras. Se sabe de organizaciones privadas que financian en el mundo los movimientos pro “nuevo orden” y se utilizan sus influencias para decrecer y sepultar a la cristiana. Se trata de una ideología y una praxis global. 

El avance del liberalismo desde alrededor 1850 en América, tuvo un empuje similar al del  “nuevo  orden” hoy,  imponiéndose  y  confrontando,  cuando  creyó  necesario,  con  la  Iglesia Católica, de fortísima  raigambre aun política.  La diferencia entre el  “nuevo  orden” y  aquel  liberalismo pujante, ha sido la tolerancia religiosa, presente en el movimiento del 1800 y ausente en el actual.  Hoy  se  impone  la  intolerancia  ya  que  la  UNIFORMIDAD  no admite  diversidad  alguna.  Es lo  que  hoy  conocemos  y  padecemos  como  “lo  políticamente correcto”, de lo cual ni pensar debieras algo distinto que lo que las usinas del “nuevo orden” producen, y si lo hacés, ni te atrevas a expresarlo: las nuevas leyes, contienen cláusulas de censura para aplicación por parte de los jueces o de organismos burocráticos a cargo de los gobiernos. Finalmente, los medios darán cuenta del osado disidente.    

Cristianos ayer, cristianos hoy 

Jesús le  da  a  sus  discípulos  un  mandato  que  debemos  discernir hoy cómo llevarlo a cabo: “No ruego solamente por ellos (sus discípulos), sino también por los que gracias a su palabra creerán en mí. Que todos SEAN UNO: como tú Padre, estás en mí  y  yo  en  ti,  que  también  ellos  estén  en  nosotros,  para  que  el  MUNDO  CREA  que  tú  me enviaste”  (Jn  17,  20-21).   

En este “nuevo mundo” que se nos  impone, Jesús nos requiere  ser  UNO (Jn 17,21),  creer, perseverar  hasta  que  el  mundo  vuelva  a  creer. 

Más allá de lo que seguramente veré  

Si  la  primera  venida  del Hijo de Dios nos  dio  a conocer al Padre y al Espíritu Santo y dio lugar a una expansión sin precedentes en el mundo y en el  tiempo del cristianismo,  un  “nuevo orden”  que imponga eficazmente a las siguientes generaciones  la más absoluta ignorancia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ¿adónde nos llevará? Tal vez -y solo tal vez- sea la ocasión de la segunda venida de Jesucristo, atendiendo a Lc 18, 8: “…Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?  

  

La Oración de Jesús, una guía para el cristiano de hoy 

Finalizo este texto con la siguiente transcripción de la Oración de Jesús por sus discípulos, (Jn 17, 14-19) de la que podemos desprender tanto el entendimiento del mundo de hoy como de nuestro posicionamiento ante el mismo:  

“Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió Porque ellos NO SON DEL mundo. 

“No te pido que los saques DEL mundo, sino que los preserves del Maligno.  

“Ellos NO SON DEL mundo, como tampoco yo soy del mundo.  

“Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad. 

“Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo. 

“Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad”. 

 

Nota. “ELLOS” en la oración de Jesús, eran los discípulos. Hoy “ELLOS” es un “NOSOTROS”, quienes debemos encontrar como “estar en este mundo” sin “ser” de él.  

  Corolario 

 El “nuevo orden” impone, una vez más en la historia del cristianismo, unas definiciones de cómo conducirse un cristiano de fe en un mundo hoy hostil a sus principios, valores, guías y mandatos. No siendo de este mundo pero sí estando él y su familia en el mundo y con el mandato de evangelizar al mundo, el cristiano de hoy puede ver la cárcel si no encuentra modos de llevarlo a cabo so pena de abroquelarse en el anonimato religioso. Algunas comunidades cristianas como Agnus Dei en Alemania pueden ser un modelo, mas no el único. Al fin de cuentas, tenemos derechos anteriores a los consensos que las ideologías van tejiendo en la juridicidad internacional y local. Creo que Jesús nos ha dado pistas en los textos reseñados y bueno serán los debates que hagamos en grupos y en parroquias.  

  


  

  

  

  

 

i https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/04/160414_noruega_padres_hijos_separados_barnevernet_all             ii https://www.actuall.com/persecucion/el-gobierno-noruego-separa-a-cinco-hijos-de-sus-padres-

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lunes 14-XII-09

LOS MOLDEADORES DE HOMBRES

EL AJEDREZ, EL APARATO DIGESTIVO Y EL TURF Y LA POLÍTICA ARGENTINA