DE CUANDO NOS GOBIERNA EL RESENTIMIENTO

EL RESENTIMIENTO QUE GOBIERNA A NUESTRO PAÍS A TRAVÉS DE MÚLTIPLES FUNCIONARIOS RESENTIDOS, COMO LA VICEPRESIDENTE O ESTE NUEVO MAQUIAVE-LITO QUE NOS PROVEE LA FAMILIA CAFIERO, ME LLEVA A ESTA REFLEXIÓN DEL DÍA, A PARTIR DE UN NUEVO ATAQUE DEL JEFE DE GABINETE AL JEFE DE GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES CON MOTIVO DE LAS DECISIONES ACERCA DE LA PANDEMIA.

 

LA IDEOLOGÍA DE ODIO QUE HA CULTIVADO TANTA GENTE, TERMINA DOMINANDO SUS SENTIMIENTOS, TRASTOCANDO A ÉSTOS EN RESENTIDOS Y GANADOS POR ODIOS QUE, FINALMENTE, LOS GOBIERNAN A LA HORA DE GOBERNAR.

 

LA OBSESIÓN ES UN COMPONENTE DEL RESENTIMIENTO, POR UN LADO, Y EN LA ACTUACIÓN POLÍTICA SE EXACERBAN AMBOS.

 

ASÍ, es como asistimos a obsesivos ataques tan puntualmente dirigidos que, desde el resentimiento, proyectan al demonio mismo en sus contrincantes, culpándolos con insultos,  denostaciones y culpabilidades que, en realidad, buscan expulsar o enmascarar sus propias responsabilidades en otros.

 

Hay ideologías que incluyen al resentimiento y al odio en la esencia misma de sus postulados. La marxista y varios de sus derivados, justifican hasta la violencia física de clase bajo argumentos lógicamente entrelazados con fibras de resentimiento, de odio y obsesión. Buena parte del siglo XX transcurrió bajo regímenes dominado por el odio y sus consecuencias fueron devastadoras para millones y millones de seres humanos.  

Volvamos  hacia nuestro político de carne hueso, a la persona y su desenvolvimiento: generosa o ruin; noble o villana; bondadosa o cruel, según el Dr. Prado Vértiz.

 En "El Resentimiento en la Política", del doctor en medicina Antonio Prado Vértiz, en Revista Mexicana de Sociología, Vol. 24, N*1, nos dice que, si los mecanismos síquicos del gobernante son sanos y normales, sus actuaciones y decisiones, aún con las peculiaridades de su personalidad, serán normales.

Pero, expresa el articulista, cuando la psiquis del mandatario se encuentra afectada por los mil y uno mecanismos etiológicos que estudia la psiquiatría, sus actuaciones al frente de los destinos de la patria pueden ocasionar daños hasta irreversibles.

 Sigue, "…sin llegar a la anormalidad absoluta, o sea, a los grandes diagnósticos psiquiátricos de oligofrenia, esquizofrenia y paranoia, hay también una serie de contexturas anímicas del gobernante que pueden ocasionarles grandes trastornos a ellos y a su pueblo, en su función de directivo”

Finalmente, "El gobernante pusilánime, el ambicioso, el cruel, etc., son ejemplos de otras tantas facetas del hombre, que se hacen evidentes y resultan patógenas para el país cuando el mandatario está encumbrado en un alto puesto directivo"

Por otra parte, en un interesante artículo periodístico (1), se nos ilustra con fuertes citas sobre el tema:

"Nietzsche descalifica al hombre resentido: “no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto, ni derecho consigo mismo”. Scheler completa el diagnóstico al decir que el resentimiento es “una autointoxicación psíquica que suscita emociones e impulsos de venganza, odio, maldad, envidia” volviendo infeliz al resentido"

Y me tomo de Scheler: "autointoxicación psíquica". Dejando, como lo señalaba el Dr. Prado Vértiz, causas del tipo neurológicas (orgánicas o funcionales) o psiquiátricas, desde la psicología del individuo y por multiplicidad de factores de la historia personal, la "autointoxicación psíquica" tiene procedencia de la ideología adoptada,  teniendo determinante impacto en el desempeño generoso o vil del político. Cierto es que esto puede ser aplicable a otros liderazgos, pero aquí trato del político que es el que nos viene afectando a los argentinos desde ya hace demasiados años.

¿Qué llevaría a un "joven carilindo", proveniente de una familia rica y expectable como la fundada por Antonio Cafiero expresarse como permanentemente lo hace respecto de otros a los que, la sola buena educación y un mínimo trato social indica tratar de otra manera? ¿Qué resentimientos habrán ido formándose en su ánimo en un crecimiento normal de una persona normal, tal como debo suponer?

Excluida aquí las circunstancias traumáticas o patógenas del entorno familiar, nos queda la ideología como agente tóxico del ánimo y sus consecuencias en la psicología del funcionario y, al cabo, en su desempeño en el gobierno. 

Ciertamente no es el único que adolece de esta patología del resentimiento ideológico: el espacio político alimentado y nutrido por los resentimientos propios de Cristina Fernández, parece no contar con muchos militantes carentes de esta obnulación del alma. Por el contrario, se vuelven importantes cuanto más resentimiento puedan expresar en sus desempeños.

¿Qué nos queda a los ciudadanos que esperamos que los gobernantes y líderes se desempeñen con generosidad, nobleza, el bien general? Rezar. Rezar intensamente por ellos. Que el Espíritu Santo logre remover resentimientos inventados, creados por el hombre para la división, el predominio de unos sobre otros y, finalmente, el mal, todo enmascarado de un bien que no deja de ser enfermizo. 

(1) https://www.elcomercio.com/.../resentimiento-politica...

 

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