LA PSICOPATÍA ESTÁ EN LA CRISIS POST ELECTORAL
¡ES LA PSICOPATÍA, ....!
Cuando las cosas no le
salen como quiere, el o la psicópata se desordena y revolea todo lo que tiene a
su alcance y a todos los que tiene bajo su mando. “El psicópata con poder está
en su salsa. Es un depredador voraz e impiadoso”, titula una página que
presenta al libro “El Jefe Psicópata. Radiografía de un depredador” (1), libro
que me recordó esta mañana mi amigo Alberto mientras descargaba los reciclables
que recibimos en el frente de mi casa viernes por medio. Webeando, escribo lo
que sigue.
Analicemos la reacción
de Cristina Fernández, conductora de la más relevante fuerza política ya por catorce
años. Lo hago sin ser profesional de la psiquiatría ni de la psicología, sino
lector del tema y buscando entender ante qué estamos. Conforme lo investigado la
Vicepresidente, estaría ante un brote
psicótico. Lo que entrecomillo está tomado de las páginas que cito en cada
caso.
“Su natural narcisismo (del psicópata) le
devuelve una y otra vez una imagen embellecida que justifica, en todo, su
accionar; no hay resquicio, en su mente, para el error propio”
¿No es ésta una frase
que encaja como guante al dedo con las conductas de CFK ante la derrota del
domingo 12/9/21 y la del 2015 y la del … ? Nos da una explicación de su
iracundia fuera de todo cálculo político, ni siquiera de vergüenza propia. ¿No
es su carta una externalización de culpas, concentradas en el tipo al que
estuvo conduciendo todo este tiempo?
(Nota: Externalización
de culpas o transferencia de ellas es el resultado del proceso bajo el cual, el
psicópata entiende que sus desaciertos son, en realidad, producidos por otros)
“Sin error no hay arrepentimiento y sin
arrepentimiento no hay corrección del rumbo, sino persistencia”
¡Tal cual! Una y otra
vez en las que perdió Cristina, no hubo arrepentimiento ya que nunca consideró
que fuera ella la causa de la derrota y, menos aún, los hechos que se le atribuía
causantes de sus derrotas. Siendo que son los “otros”, ¿qué arrepentimiento
puede haber?
Respecto de la “corrección
del rumbo”, Cristina ha hecho gala pública de la tozudez, la obcecasión, presentándolas
con convicción como virtudes. Cierto es que la patología se oculta a quien la
padece.
“Su obrar psicopático se ajusta a sus códigos
propios y lo hace impermeable e intolerante a las críticas. El que lo critica
no es un adversario, sino un enemigo”
Si vos leés esto en
cualquier otro lado, lo primero que se te viene en mente es … ¡Cristina
Fernández de Kirchner! Los otros son inútiles o enemigos y esto ocurre así por
su sola patología que incluye paranoia y narcicismo intenso. Nelson Castro
lleva años haciendo mención de este último aspecto de la ex Presidente y las
consecuencias que genera en su conducta y sus decisiones.
“El líder NO psicópata adversario del
psicópata, en cambio, es una persona que dirige personas y basa su poder en el
consenso, en la discusión. Al no saber que se opone a un psicópata trata de
elaborar sus estrategias basadas en un error: la empatía, “si yo estuviese en
su lugar…”. El psicópata no piensa como él, no es empático. Es un depredador
voraz e impiadoso”
Alberto Fernández
viene a ser el líder NO psicópata y, ciertamente, no es inocente del trato del
tipo “con el diablo” hecho con CFK. Los intentos del Presidente de consensuar
-que los tuvo en estos 20 meses de gobierno- se vieron desbaratados por las
intempestivas y desordenadas intervenciones de Cristina. Ésta, le ha echado en
cara a su socio, el incumplimiento del “contrato” en el que el Presidente
tendría un papel subordinado que estaría “deshonrando”
El psicópata navega en
otra dimensión y es imposible ingresar a ella sino es en sus términos. Es más,
el psicópata altera el medio ambiente “psicopateando” a todo su entorno.
“Camuflados bajo un aspecto encantador y un
halo de falsa eficiencia, una nueva raza de psicópatas integrados, están
alcanzando el poder en las organizaciones. Dotados de un narcisismo extremo y
de una formidable capacidad de manipular a los demás de mil maneras para
conseguir sus fines, son capaces de usar a la gente sin hacerse el más mínimo
problema de conciencia, destruyendo a todos a su paso” (2)
Una capacidad del
psicópata es la capacidad de trabajo, enorme y hasta muestra éxitos. En el
corto y mediano plazo, el psicópata puede ser el mejor vendedor, el gerente que
mejores resultados obtenga. Solo que su desenvolvimiento sostenido en el
tiempo, irá desordenando primero a él y luego al entorno: busca más y más
poder, manipula, empuja, embiste y al cabo del tiempo, comienza su propia
decadencia y, a la par, la necesidad de la organización de sacarlo antes que destruya
todo. Esto por supuesto, es una presentación del caso radical del psicópata,
seguramente no tratado adecuadamente.
“El poder organizativo se transforma cada vez
más en un atractivo esencial para un tipo de personas con un terrible potencial
de producir daño: los psicópatas. A diferencia de los psicópatas que estamos
acostumbrados a ver en películas de terror, estos individuos son depredadores
psicológicos y sociales de “guante blanco”, que rara vez se manifiestan como
criminales sangrientos, pero que extienden continuamente el mal y el sufrimiento
en las organizaciones” (3)
“Los psicópatas organizativos son tipos
generalmente encantadores y seductores, con una imagen inmejorable ante los
demás y una capacidad notable de llevar tanto a las personas como a las
organizaciones al sufrimiento y al desastre. El presente libro describe su modo
de funcionamiento, sus métodos, estrategias, motivaciones y cómo escalan el
poder hasta alcanzarlo mediante todo tipo de manipulaciones, mentiras,
coacciones, amenazas y chantajes” (3) De esta afirmación, deriva el hecho de que el líder psicópata necesita
que todo, absolutamente todo, confluya en él: debe controlar todo y a todos y
todo debe ocurrir tal y como está en su cabeza.
FINALIZANDO
Alberto Fernández y el
país todo está lidiando con una persona con estas características. Luego del
mal resultado electoral, la Señora tuvo un brote que, esperemos, alguien esté
medicando para reducirlo rápidamente y recobrar alguna racionalidad en el
descalabro producido por ella misma. El brote implica: paranoia intensa, quiebre
con cualquier hilo que la conectara con la realidad de las cosas, iracundia que
demanda venganza, sangre. Cuando salga del brote, recobrará la racionalidad
previa al mismo: si era mucha, será mucha; si era escasa, seguirá siéndolo.
El Presidente debe
salirse de la “lógica psicopática”. Debe resolver la crisis ministerial
designando nuevos ministros, aunque de transición y seguir gobernando. Debe
dejar claro que intentó acordar con la señora y, no habiendo tenido éxito por el
momento, el gobierno debe continuar esperando y, en el tiempo, volver a
encontrarse con su aliada política. En el mientras tanto, tendrá que hacer gala
de consensos con la oposición (hoy muy racional, por cierto), los gobernadores,
legisladores y sindicalistas no recalcitrantes. Si intenta complacerla en este
estado, tendrá puros desplantes y alargamiento de la crisis.
(1)
https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=68611
(2)
https://www.marca.com/tiramillas/actualidad/2021/05/13/609c614046163fd9708b459a.html
(3)
https://www.leadersummaries.com/es/libros/detalle/mi-jefe-es-un-psicopata
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