De
pronto y a punto de perderla, los argentinos venimos a descubrir que somos
una República, esa forma trinitaria de organización del Estado, con diferenciación de funciones y, consecuentemente, diversidad de
requisitos conforme la naturaleza de cada uno.
De
pronto y a punto de perder a la República ante el avance de dos de los tres
poderes, los argentinos nos acordamos que nuestro nombre es de República
Argentina y que la democracia que citábamos como denominación universal de
nuestro régimen, es solamente el modo en que elegimos a nuestros gobernantes.
De
pronto, el Gobierno trae un argumento “barato” como es la “democratización de
la justicia”, es decir, que los electores de los jueces sean elegidos por el
voto popular. Agrega otras reformas: creación de una tercera instancia
judicial previa a la Corte donde debieran terminar el grueso de los juicios
contra el Estado. Y agrega otra reforma limitando las medidas cautelares
contra el Estado. En síntesis, la toma del Poder Judicial al que la
Constitución Argentina le asigna la mayor independencia de los vaivenes
políticos y la influencia del “mundo real”.
Otro
argumento, perverso por cierto, es el de que los jueces deben convalidar las
decisiones del Legislativo y del Ejecutivo. Es una suerte de convalidación
automática que se espera que la “nueva justicia” haga de cualquier cosa que
decida el Poder Ejecutivo y convalide el Congreso: la mayoría está por encima
de la Constitución.
Las
implicancias de esto son enormes y en todos los terrenos. No solamente en el
cambio en la naturaleza del Poder Judicial, sino también en el ejercicio de
las libertades de pensamiento, expresión, de partidos y de oposición. ¿Cómo
se aplicarán la derogada Ley de abastecimiento o la reciente Ley antiterrorista?, por ejemplo.
¿Y la aplicación de la ley de Medios? Fijate hoy por hoy los cambios de
posición de tantos conductores y a “punto alcahuete de la primera hora”. Si
hasta agrupaciones y partidos de izquierda vienen a comprender la importancia
de la normativa constitución liberal: al no ser parte del convite, significarían
años de lucha por delante por algo que, en otros tiempos, compartirían
plenamente.
Una
doctrina como esta había esbozado Eduardo Duhalde cuando se desempeñó como
Presidente Provisional ante el embate de miles y miles de damnificados por el
recontra ajustazo impuesto a la población: la Corte está para convalidar los
actos del Gobierno, desgranó desde algún balcón o salón de actos.
Pues
bien, estamos ahí nomás de entrar en una guerra en la que la actual Justicia
deberá responder con fallos. Sin embargo, el apoyo popular, concreto, en la
calle, se hará una condición sine qua non en cada semana. ¿Cuánta gente está
dispuesta a sacrificar sus comodidades por la República? Sabemos que la clase
media protesta mucho y con fundamentos, pero a la hora de la acción se
complica al punto de ceder terreno a
los terroristas del poder. Ni hablar si se disparara algún tiro. Pero de esto
se trata la lucha: incomodidades, disponibilidad y hasta soportar agresiones.
La patria se hizo con patriotas y fueron patriotas porque dejaban todo para
defenderla a tiros, larguísimas jornadas fuera de sus hogares y quehaceres.
No
abogamos por la toma de las armas. Solamente decimos que podrían ocurrir
episodios agresivos provenientes del oficialismo una vez que logren las leyes
que tratan. Por ahora, el oficialismo se banca la gente en la calle, pero con
las leyes en las manos, entrevemos que endurecerá su posición: no habrá juez
de turno que se banque la situación.
Hoy
es miércoles. La cuestionada Lilita Carrió y Eduardo Amadeo, principalmente,
llaman a manifestar ante el Congreso. Hoy, esta tarde. ¿Irás? ¿Todo está
perdido y no vale la pena? ¿Derrotado en medio del río? Pensamos que no y que
estarás allí.
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¿Está el Papa redifiniendo la doctrina Católica?, se pregunta en un artículo Paul Simmons. Es lo que nos hemos preguntado desde Noticias de Fondo al inicio del Papado de Francisco. Transcribimos abajo tres artículos en los que se tratan concretamente declaraciones del Papa comparándolas con la doctrina oficial de la Iglesia. Transcribimos la versión original en inglés y nuestra traducción basada en el traductor de Google y nuestra propia interpretación. Si entendés que hay errores que cambien el sentido del articulista, estimamos nos lo digas al mail noticiasdefondo@gmail.com o en Comentarios. Podés no estar de acuerdo con el articulista en cuanto una posición ortodoxa ante un Papa reformador o revolucionario, aún no podemos saberlo. Lo que sí encontrarás son los temas hoy en debate dentro del mismo catolicismo, desde una perspectiva doctrinaria. Lo que muestra es que si Francisco efectivamente quiere reformular la doctrina encontrarás aquí la magnitud de lo que se propone. ...
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