“EL MODELO” tiene estas cosas. El papá es el Presidente de Nicaragua y él manda y se mete hasta con su hija porque no le gusta el novio. En Argentina, vamos bien en la implementación de “El Modelo”. Falta menos….
Nicaragua expulsa a pareja de hijastra de Ortega
Nicaragua deportó el martes al boliviano Carlos Ariñez Castel, pareja de la hijastra del presidente Daniel Ortega, por permanecer de manera irregular en el país, informaron las autoridades.
Zoilamérica Ortega Murillo, hijastra del mandatario, negó que su pareja estuviese de manera irregular en Nicaragua, y aseguró que la decisión de expulsarlo fue una medida de represalia en su contra por las posiciones críticas que ha tomado contra el gobierno que preside su padrastro, a quien en 1998 denunció de haberla violado….
NARCOTRÁFICO EN ROSARIO. El caso comenzó, ¿te acordás?, cuando Nilda Garré anunció que el Jefe de Policía provincial era parte del narcotráfico. Negativas del sucesor de Hermes Binner pero la cosa continuó y las investigaciones han llegado, por supuesto, hasta a la propia Policía Federal en el lugar. ¿Aparecerán los contactos judiciales y políticos? Lo cierto, es que la investigación está mostrando un clara y clásica connivencia delictual-policial. Faltan, insistimos, dos patas más. Pero el mensaje final, es que el gobierno sea peronista, frentista o socialista, en todos lados se cuecen habas. Esto por la imagen que intentan dar los partidos antes de las elecciones: somos menos corruptos, es el caballito de batalla del socialismo….
Escuchas reveladoras del modo en que policías amparaban a narcos
Los indicios contundentes del amparo policial a la asociación ilícita conformada por al menos tres grupos narcocriminales que son investigados por el juez Juan Carlos Vienna determinarán detenciones inminentes de agentes de la Unidad Regional II. Las escuchas a teléfonos develan una estructura de protección en la cual aparecen uniformados en contacto con miembros de las redes delictivas para procurarles un accionar impune. Estas comunicaciones, captadas hace no más de 50 días, descubren las conexiones que individuos con pedido de captura mantienen con personal de por lo menos una docena de dependencias policiales locales. Entre ellas se cuentan cinco secciones de la Agrupación Unidades Especiales, una de la Agrupación Cuerpos, el área de Inteligencia de la ex Drogas Peligrosas y cinco comisarías de Rosario que pertenecen a la Agrupación Orden Público.
Las escuchas transparentan los avisos que desde diversos sectores policiales se daban a los grupos delictivos cuando estaban a punto de ser allanados. La identificación estricta de los dueños o usuarios de las líneas usadas para esos fines dependen de pericias telefónicas aún en proceso. Pero los nombres de algunos de los sospechados se reiteran en las desgrabaciones. Esas regularidades, añadidas a otros indicios lógicos, originó múltiples pedidos de captura, mayormente de civiles. Pero también habrá de policías.
El aviso. El siguiente es un fragmento de una conversación mantenida por dos voces masculinas, detectada el 9 de mayo pasado, e incorporada en el expediente que tramita el juez Vienna y al que tuvo acceso este diario. 1) "Amigo, te dijeron que mañana hay quince...de Investigaciones". 2) "No, ¿que hay quince de qué?" 1) "De ahí, de la Unidad Regional Dos, boludo, quince allanamientos". 2) "Listoooo". 1) "Bueno, yo recién me enteré, por eso te aviso, mañana a las siete dicen que se juntan todos". 2) "Listo, dale". 1) "Nos vemos".
Luego se verifica que el día posterior a esa llamada hubo acciones policiales (allanamientos) contra blancos de criminalidad que, según estiman fuentes de la causa, estaban en sobreaviso.
Estas escuchas telefónicas que sustentan los operativos contra las redes ilícitas, entre ellas la llamada banda de Los Monos que tiene su asiento en los barrios 17 de Agosto y Las Flores, ya ocasionaron la captura de dos policías que integraban una brigada operativa de la Secretaría de Delitos Complejos y a la vez pasaban información a los narcos: el comisario inspector Gustavo "Gula Gula" Pereyra y el sargento Juan "Chavo" Maciel.
En las desgrabaciones que nutren las 2.800 fojas que contiene el expediente hay contactos reiterados entre el teléfono de alguien mencionado como "Chavo" y aparatos usados por individuos con pedido de captura en los que predomina Ramón Machuca, más conocido como "Monchi" Cantero, quien es hermano de crianza de Máximo "Guille" Cantero y Claudio "Pájaro" Cantero. El primero está detenido desde el viernes, cuando se presentó por sus medios en Jefatura, acusado de ser organizador de la asociación ilícita investigada. El segundo, asesinado el 26 de mayo pasado en Villa Gobernador Gálvez, era considerado el líder de Los Monos.
En una de esas charlas el "Chavo" le explica a su interlocutor "Monchi" quiénes son algunos de los integrantes de la División Judicial que desde marzo pasado está detrás de las redes criminales que investiga el juez Juan Carlos Vienna. (ver aparte)
Gente de confianza. En otro intercambio telefónico del 18 de mayo pasado, aparentemente entre un efectivo de la policía federal y un miembro de las bandas, este último define a Maciel o "Chavo" como "alguien de confianza, así como vos, decile que hable tranquilo, no te vende humo ni nada, es piola el loco, aparte responde".
El diálogo sigue así: 1) "Che escuchame, ¿para quién la junta?" 2) "Para el Gula y con Comando también habla". Cualquier cosa si querés que te dé una mano con el muchacho yo te lo hablo y no pasa nada" 1) (...) No lo conozco personalmente, pero bueno, ni sé dónde está. 2) "En Complejos". Este diálogo fue captado doce días antes de la detención de Maciel en la sede de Delitos Complejos.
Otro diálogo captado, también de una escucha fechada el 9 de mayo, contiene otra referencia sobre el allanamiento inminente a sus destinatarios. 1) "¿Qué onda mañana, no trabajan?" 2) "Sí, arrancamos a las seis. Hay como doce órdenes". 1) "Ah listo, ¿pero para el lado de nosotros no?". 2) "Tablada, para el lado de allá hay en una gomería, no sé si te ubicas, pero esa es el sábado". 1) "Aaah, listo, listo". 2) "Igual si yo veo que encaran para aquel lado yo te aviso viste". 1) "Listo dale".
Todas estas escuchas forman parte del expediente originado por el homicidio de Martín Fantasma Paz el 8 de septiembre pasado en Entre Ríos y 27 de Febrero. Ese hecho derivó en la investigacíon de una red implicada en homicidios por encargo, amenazas, lesiones graves, acopio de armas y otros delitos conectados con narcotráfico.
"Se lo voy a mandar cerrar"
En comunicaciones radiales en las que habla, “Monchi” refiere a su interlocutor “Gabi” que pasará una dirección exacta y una calle. En otro contacto le pasa esta dirección: “Conscripto Bernardi 6374”. Y uno más agrega. “Está cerca del mio, se lo voy a mandar a cerrar”. Se presume la referencia a un bunker.
Un día después de estas escuchas, el pasado 16 de mayo, el frente de se domicilio fue acribillado con al menos veinte balazos por uno o más sicarios. Como resultado de esa acción una adolescente de 14 años, Lourdes Cantero (sin parentesco con la familia investigada), murió asesinada.
LA RESPUESTA DE BINNER ES FRAGMENTARIA. Si tener un ministro amenazado hoy es que están haciendo bien las cosas contra el narcotráfico, ¿qué ocurrió antes para que hoy deban estar así? Simple, durante el gobierno de Hermes Binner se hizo, al menos, vista gorda al narcotráfico. ¿No te parece?
“Tener un ministro amenazado, significa que estamos
haciendo bien las cosas contra el narcotráfico”
El ex gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, sostuvo que “tener un ministro amenazado significa que Santa Fe está haciendo bien las cosas” en el combate contra el crimen organizado, al participar este martes de la marcha multisectorial contra el narcotráfico que se realizó en Rosario.
el dirigente le pidió a la presidenta “que lidere la lucha contra el narcotráfico”, y agregó: “No tenga dudas que Santa Fe hará todo para apoyarla”.
ARTÍCULO DE FONDO. Sobre el “correísmo”. Sin embargo, leés esto, cambiás un par de nombres y “casas más, casas menos, igualito a mi santiago”
Ecuador, del ‘correísmo’ al ‘correazo’
M. Á. BASTENIER
El presidente ecuatoriano Rafael Correa Delgado comienza su tercer mandato en pie de beligerancia contra los medios de comunicación a los que ha apostrofado, perseguido, y elevado improbablemente a la categoría de enemigo principal de su Revolución Ciudadana, el intento más sistemático y generosamente financiado de cambiar la faz del país.
Para unos, Correa es un modernizador que quiere llevar a Ecuador al Primer Mundo, a favor de una excepcional coyuntura económica basada en la exportación de materias primas, y otros solo ven un caudillo populista, pero con recursos para desarrollar un gran esfuerzo asistencial. Correa, elegido por primera vez en 2005, se benefició del suicidio de las estructuras de poder, partidos y cuerpos intermedios de la sociedad, dejando la escena política como un solar, en la que Alianza País reina hoy imperialmente con 105 de los 134 escaños de la asamblea nacional. Una selección de personalidades ecuatorianas debaten aquí sobre la naturaleza del correísmo y de un posible correazo contra la libertad de expresión, sobre el presente y el futuro del presidente Correa y su idea de Ecuador, el país del medio del mundo.
Correa y el correísmo
El profesor de la Flacso (la gran universidad latinoamericana, con sede en Quito) Felipe Burbano define el correísmo como “la fusión de un liderazgo personalista, con tintes de caudillismo, con un proyecto de fortalecimiento estatal” que implica “regulación y control de la sociedad y el mercado, inversión pública y social, pero desarrollando una autonomía política con respecto a los grupos de poder”. Adrián Bonilla, director general de la citada universidad niega, por añadidura, que exista nada identificable como correísmo, a título de “cuerpo doctrinario”, y que a lo sumo entronca “con la tradición de la izquierda latinoamericana, en torno a una idea de enfrentamiento con los grupos dominantes locales, con su rechazo del neoliberalismo, y con un nacionalismo que aboga por la soberanía patria y la integración regional para contrapesar la proximidad de Estados Unidos”.
¿Pero quién es este aprendiz de atlante que recaba para sí tan titánica brega? El veterano periodista Jaime Mantilla lo ve como “un líder con carisma, duro, tremendamente conflictivo”, que “ha moldeado el correísmo en torno a su figura”.
Y Rubén Darío Buitrón, cronista del Expreso de Guayaquil, lo define como “un fenómeno político, que marca un antes y un después en la historia del Ecuador”, así como explica su formidable éxito electoral, porque representa “para una inmensa mayoría de compatriotas los funerales de la partidocracia y el nacimiento de una nueva época”.
Rafael Correa Delgado es un guayaquileño que apenas había pateado los corredores del poder en Quito, que estuvo o supo estar en el momento y el lugar adecuados. Y en el vacío de poder creado en 2005 por el derrocamiento del militar Lucio Gutiérrez, a causa de la masiva protesta indianista, llegó a ser brevemente ministro de Economía en el Gobierno provisional de Alfredo Palacio. Ahí se inicia la fulgurante carrera política del que en 2006 sería democráticamente elegido presidente.
Una investigadora universitaria, que prefiere permanecer en el anonimato, sostiene que el correísmo “es un mix de pensamiento político en el que se mezclan, malamente, principios del boy scoutismo, como autoridad y disciplina, con Teología de la Liberación y comunidades cristianas de base, preocupación por los pobres y los indios entre ellos, teoría económica basada en el marxismo, pero dominada por el criterio del eficientismo, con el Estado como rector, proveedor, vigilante, sancionador, y concentrador de la propiedad”.
Luis Esteban G. Manrique, historiador peruano redactor jefe de Política Exterior (Madrid) sigue parecida línea cuando afirma que Correa es “básicamente un católico de izquierdas y un reformista radical”.
Luis Eduardo Vivanco del diario La Hora de Quito, remata el retrato presidencial caracterizándolo como “una personalidad abrasadora, con una prepotencia que ha desdibujado la imagen de aquel joven de aires reformistas de su primera elección”.
Y el politólogo Luis Verdesoto subraya “su gran sentido de la ubicuidad”, puesto que “aunque no fue el causante del desplome del sistema, sí su principal beneficiario, pues fue el primero en percibir la hondura de la crisis y dar paso a una constituyente, que movilizó y cooptó a la sociedad civil”.
Del socialismo al bolivarianismo
Simón Pachano, escritor y profesor universitario en Quito y Salamanca, recuerda que el llamado Socialismo del siglo XXI, expresión acuñada por el desaparecido presidente venezolano, Hugo Chávez, “cayó en el olvido durante los últimos tres años, para renacer en la toma de posesión del 24 de mayo pasado, pero lo hacía cuando, paradójicamente, abandonaba el modelo ecologista y pachamamista” (medio ambiental e indígena), por un modelo económico extractivo basado en la minería.
“No creo que haya un giro a la derecha porque Correa siempre ha sido así, pero requería una retórica de izquierda, mientras que ahora profundiza el modelo contrario al que impulsan las izquierdas de Ecuador y toda América Latina”.
Adrián Bonilla cifra lo que el oficialismo también llama “socialismo del buen vivir”, como “una búsqueda de las políticas de equidad, igualdad política y lucha contra la exclusión social”.
El periodista Mantilla no duda de que el “Gobierno es de centro-derecha, con reivindicaciones sociales para unir y utilizar a las masas, profundizando, así, las divisiones de la sociedad”. Y añade que el presidente practica “una receta de clases altas que hacen buenos negocios con el Estado, clases medias entusiasmadas por un inmenso consumismo sostenido por las inversiones estatales, y clases bajas que se acostumbran al régimen de subsidios”.
Como subraya el peruano Manrique, “algunos llaman al modelo clientelista porque la Administración ha pasado de 16.000 a 90.000 empleados, incluido un Gabinete de 40 ministros”. Pero también hay “escuelas rurales que no tenían cristales ni puertas, dotadas hoy de ordenadores, y donde las comidas, los útiles escolares y los uniformes del alumnado son gratuitos”.
Pese a ello, Luis Eduardo Vivanco no cree ni por asomo que haya socialismo en el país: “Los socialistas clásicos lo niegan, el indígena lo rechaza, los sindicatos lo desmienten, y los ambientalistas ponen el grito en el cielo”.
El politólogo Verdesoto cree que Correa se enfrenta al “reto de crear la versión ecuatoriana del antiguo PRI mexicano, tecnocrático, corrupto y despótico” así como “una sociedad estandardizada, homogénea, que conforme mayorías electorales –y en palabras de un exfuncionario- abocada al consumo de una redistribución manejada desde arriba”.
Pero donde estén los textos legales huelga la discusión. Nila Velázquez, del diario El Universo de Guayaquil, recuerda que la Constitución es explícita: “El sistema económico se integrará por las formas de organización económica pública, privada, mixta, popular y solidaria y las demás que la Constitución determine”. De todo hay en botica.
Correa ha tratado de reforzar su imagen de izquierda radical ante el mundo concediendo asilo político a Julian Assange, el creador de Wikileaks, que este mes cumple un año de reclusión en la embajada ecuatoriana en Londres, de donde no puede salir por el peligro de ser extraditado a EE UU, que le acusa de divulgación a través de su red digital de secretos de estado. Y a fin de este mes parece dispuesto a reeditar la operación otorgando asimismo asilo, aunque esta vez en la seguridad de la capital quiteña, a Edward Snowden, un ciudadano norteamericano que le ha hecho el peor favor imaginable al presidente Obama divulgando, siempre por el espacio digital, la vastísima operación de espionaje a amigos y enemigos que tiene montada la CIA con la disciplinada colaboración de los primos británicos.
Los medios y el presidente
Correa ha prometido repetidas veces que en 2016 se retirará a Bélgica con su señora, que es belga. Pero casi nadie le cree. Pachano vincula la decisión presidencial a cómo se desarrolle su tercer mandato, porque el proceso transformador del país “depende de su liderazgo. La gran duda es lo que vendrá después, lo que quedará y lo que será desmontado”. Burbano coincide en que habrá o no un cuarto Correa, si Alianza País es capaz de “encontrar un líder que pueda renovar sus horizontes políticos, de institucionalizarse y procesar las diferencias en su interior”. Pero intuye que “el Gobierno reconoce los límites de su modelo basado en el gasto estatal, de ahí que deba abrirse al mercado internacional para generar inversión privada y mayor crecimiento". Y cabe preguntarse si esa apertura necesaria, notablemente a Europa y China, puede influir en su hostigamiento a los medios. Mauro Cerbino, director de la revista Íconos, es poco caritativo con la prensa ecuatoriana que califica de “mediocre, ligada a la propiedad y preferencias particulares de familias, que han pretendido ejercer el periodismo ocupando cargos de dirección en un claro conflicto de intereses, más la constatación de que se ha maltratado a los trabajadores, quienes, además de padecer otras precariedades laborales y económicas, no han podido ejercer el derecho a la cláusula de conciencia”. Por todo ello, dice Cerbino, hay que “crear las condiciones para tener medios públicos plurales que sepan resistir la acción de los Gobiernos, cuya consolidación aportaría una mayor competencia de perspectivas en beneficio de la ciudadanía”.
Y la gran preocupación de Correa se centra precisamente, como señala el director Bonilla, en que “los medios de comunicación privados de alcance nacional, ante la catástrofe de los partidos, son los únicos actores capaces de generar oposición y el presidente siempre los ha connotado como agentes políticos, antes que como medios de comunicación”.
Luis Verdesoto piensa que Correa decidirá sobre la marcha si opta a un cuarto mandato, y da por seguro que “sostendrá la guerra contra los medios mientras le sea útil; esto es, hasta que consiga una franja mayor de medios públicos y un grupo de medios adheridos entre los comunitarios”. Manrique recuerda que ha llegado a demandar “a dibujantes por caricaturas que no le han gustado o a tuiteros por faltarle al respeto, mientras que él mismo se ha revelado como un virtuoso del insulto y el agravio personal”.
Rubén Darío Buitrón sostiene, diferentemente, que sí que puede haber recambio en el correísmo: “Si en algo ha trabajado la Alianza es en la formación de cuadros. La presidenta de la Asamblea es Gabriela Rivadeneira, de 29 años, y más de un tercio de los legisladores del movimiento, y unos cuantos ministros, no llegan a 35 años. Hay voluntad de entregar el relevo a una nueva generación. Si logra acabar con los últimos obstáculos que levanta la derecha y la izquierda radical, Correa dejará camino libre para quien lo reemplace”. Pero cautamente añade: “o para él mismo”.
La nueva Ley de Comunicación está aparentemente diseñada para el micro-control de los medios con una Superintendencia de Información, en la que los profesionales dan masivamente por descontado que habrá una confortable mayoría oficialista con graves poderes sancionadores, y la exótica figura del linchamiento mediático; como si la injuria, calumnia, mentira y dolo no estuvieran ya tipificados en cualquier ordenamiento jurídico democrático. Finalmente, la investigadora sin nombre redondea el juicio de personaje y obra: “Posee la capacidad de adaptar su lenguaje al público sea académico, profesional o popular; aplica motes a los adversarios o descalifica movimientos sociales o dirigentes de otros medios. Más que un Estado de ciudadanos lo que busca es una ciudadanía estatizada”. Y por ello está persuadida “de que Correa no dejará el poder”.
Por si no lográs identificar a quién nos referimos con eso de cambiar el nombre, te damos una pista de quien en nuestro país busca someter todo el andamiaje del Estado y las conciencias de las personas a sí misma: “Cristina Fernández de Kirchner : “Cuando se es legislador se acompaña un proyecto"
No compartimos que haya “un buen estatismo” pero si repasás las 7 reglas que propone el autor, verás cuán huérfano está el gobierno de un plan, de realismo, de reconocimiento de fortalezas y debilidades. Vale la pena
Siete principios del buen estatismo
Tristán Rodríguez Loredo Periodista
Hace años, Martín Schwab y Etchebarne acuñó una frase que hacía referencia al viejo dilema de la política argentina: “Socialismo sin plan y capitalismo sin mercado, luego tomadas y popularizada en la era menemista por Domingo Cavallo para etiquetar su política económica por oposición.
Desde que la planificación centralizada pasó de ser una utopía de biblioteca a una alternativa real, la discusión entre los economistas socialistas pasó del qué al cómo. Es decir, migró de las alternativas para producir el estado de cosas por el cual las decisiones de la producción, consumo y distribución se deciden en un comité gubernamental en lugar de que las fuerzas más o menos anónimas del mercado lo hagan.
En el medio queda la discusión de cuán competitivo y atomizado es aquel no-lugar en el que demanda y oferta interactúan. Respuesta obvia, por la negativa o la positiva si la casuística es la que manda.
Con la debacle de la Unión Soviética y todo su bloque, entre otras cosas incapaz de generar excedentes para competir militarmente con ‘Occidente’ en una matriz defensiva donde la innovación tecnológica era la estrella, pareció que se cerraba un etapa en el intento por lograr el ‘socialismo real’ encarnado en sociedades que aspiraban a conjugar la democracia con el estatismo. Pero las posibilidades tecnológicas y las bondades de la alquimia informativa unidos a la caída estrepitosa de las economías apalancadas en los mercados especulativos, reflotaron la idea de una economía más ‘humanizada’ y ‘social’ en donde el Gobierno tiene mucho que decir en lugar de los fríos e insensibles mercados.
Es cierto que existe un vector subjetivo en tanto y cuanto un sistema económico pueda ser más o menos orientado al mercado; más o menos abierto al mundo y más o menos propenso a sacrificar el bienestar presente por el futuro. Estas son opciones no económicas pero cuya respuesta tendrá un necesario correlato económico en la actualidad diaria. Tasas de interés, tipo de cambio (en todos sus colores), alícuotas impositivas, nivel de inflación resultante, desempleo y crecimiento de la economía; todas ellas serán variables que resulten de decisiones no económicas que en el afán porque la ‘política’ domine a la economía, reinarán implacablemente.
Suponiendo que lo que se trata es de abogar por un Estado productor de bienes y servicios de manera eficaz, convendría recordar algunos de los requisitos para que esta cosmovisión pueda redundar en beneficio del aprobado de una idea fuerza.
1.La planificación centralizada requiere, antes que nada, un plan. Esto es una idea estratégica, metas para alcanzar, plazos y sobre todo los recursos involucrados para tal fin.
2.No viene mal el clásico ejercicio del FODA: declarar con sinceridad o las fortalezas (mis puntos fuertes), las oportunidades (lo que puedo aprovechar), las debilidades (lo que me falta) y las amenazas (lo que me perturbará).
3.Reconocer con realismo las restricciones de las que se parte y las posibilidades de éxito del camino elegido. Los sueños son buenos inspiradores pero malos consejeros a la hora de la táctica de gobierno.
4.Validar el conocimiento técnico como medio para conducir procesos. Ningún ingeniero de vuelo querrá planificar sobre la negación de la ley de la gravedad. Muchas veces serán los encargados de anunciar la imposibilidad de realizar las grandes ideas propuestas desde su experiencia y su saber y no desde su voluntarismo.
5.Aceptar la secuencia temporal de los hechos: lo que siembro hoy lo cosecharé más tarde. Es imposible lograr todo para mañana si no hubo una planificación previa, respetando tiempos técnicos, naturales y capacidad de ejecución.
6.Establecer metas medibles para poder medir el éxito o el fracaso de las políticas. Lo que no se mide, no se controla y si se trata de una ‘planificación centralizada’ lo primero que se requiere es cuantificar los objetivos para conocer luego su grado de cumplimiento.
7.Reconocer con claridad el costo, en recursos y tiempo, que implica la adopción de políticas de producción. Sobre todo, explicar con claridad qué dejamos de consumir o producir para lograr lo propuesto. Si nada es gratuito, si la escasez sigue mandando, decir una media verdad es mentir.
Una vez reconocidas estas cuestiones, se podrá tamizar desde la política ferroviaria, el mantenimiento de los hospitales, la construcción de cárceles o la autarquía del Poder Judicial. Todo cuenta la hora de establecer racionalidad a aquellas decisiones que por no tener una raíz económica, no quedan exentas de la lógica implacable de las consecuencias.


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