El Papa, Cristina e Insaurralde. ¿Ingenuidad?
¿Premeditación? ¿Genialidad? ¿Desatino?
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Que la
Presidente de nuestra Nación viajaba al encuentro del Papa, llevando de la
mano a su pollo electoral, Martín Insaurralde, con toda intencionalidad y oportunismo,
estuvo a la vista de todas y de todos, incluido el Nuncio Apostólico y los
obispos argentinos.
¿Qué
esperábamos ante ello? Que la diplomacia vaticana fuera consecuente con el
mensaje de neutralidad electoral expresado a poco de asumir Bergoglio como
Francisco. El trascendido vaticano fue de cuño diplomático: el nuevo Papa no
visitaría a la Argentina dado el proceso electoral detonado. No quería
influenciar en el mismo.
¿Qué hizo
el domingo al cierre de la exitosa Jornada Mundial de la Juventud? Recibió a
la Presidente pero, además, acompañada del candidato oficialista en la
provincia de Buenos Aires. ¿Escapó el Papa al principio de neutralidad
enunciado al inicio de su pontificado?
Las
primeras respuestas que recibimos del cruce en Facebook, es que los hijos de
las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz. Ningún antecesor de
Francisco admitiría esta interpretación. La diplomacia vaticana ha descollado
en todos los tiempos por sus capacidades en la relación entre estados.
¿Francisco
pasó por alto a la diplomacia vaticana? Podría ser una interpretación que no
termina de explicar el por qué en lugar de sostener el principio de
neutralidad inicial se aceptó un encuentro directo y, además, cálido,
amistoso, dichararero. ¿Acaso Bergoglio desconoce el valor de esa foto en la
interna electoral a días nomás de la primera elección?
Si
Francisco pasó por alto a la diplomacia vaticana, seguramente en la interna
vaticana sumarán una más para pugnar contra el Papa, si es como se informa,
hay detonada tal interna.
Por definición,
no podemos aceptar la ingenuidad de un Jefe de Estado. Es más propio admitir
torpeza, error, equivocación. Pero no es admisible la ingenuidad a esos
niveles.
Los Jefes
de Estado, a nivel internacional, obran con intencionalidad. Las acciones
obedecen a conveniencias/inconveniencias. Pueden ser de apoyo, de neutralidad
o de oposición.
El nuevo
Papa, de origen argentino, había optado por la neutralidad y, de
pronto, a días de la primera elección en Argentina, nos devuelve una imagen
tan amistosa con uno de los contendientes que no podemos dejar de analizar
con los criterios con que solemos analizar las actuaciones de nuestros
políticos y nuestra política.
El nuevo
Papa desde que asumió vive dando gestos. Si algo caracteriza a Francisco es
la gestualidad que da a todos sus actos. Esto quiere decir, amiga y amigo
lector, que hay premeditación en sus actos: hace esto, por aquello para que
ocurra lo de más allá.
¿Por qué deberíamos quitarle gestualidad al encuentro con Cristina a días de las elecciones en el país? ¿Justo en esto viene a "equivocarse" Francisco? Solamente una condescendencia por sostener una imagen pre formada, podría responder a esta pregunta en sentido contrario al tono que la misma expresa.
¿Por qué
a quien seguimos vivamente por los medios vibrando cuando denunciaba la
corrupción; a quien expresaba el contraste de la pobreza versus la riqueza desvergonzada;
a quién actuó con austeridad en todos los actos; por qué, de pronto, gestuaba
con movimientos indubitables, con viva simpatía hacia quién representa para
la mitad al menos de los argentinos la antítesis de su predicación?
La
Presidente está envuelta en auténticos y mayúsculos escándalos de corrupción;
se aloja en hoteles de los más caros y viste y enjoya miles de dólares aunque
esté de negro; se caracteriza por utilizar a la pobreza antes que definir
políticas de auténtica dignidad humana entre los más necesitados Y la
pregunta, entonces, no cesa: ¿por qué
Francisco hizo lo que hizo?
Si no hay
ingenuidad, ¿hay premeditación? Es nuestra interpretación. Francisco exhibe
una premeditación en sus actos para que estos sean visibles y se constituyan
en escuela para quienes lo seguimos.
¿Puede
ser que la foto con Cristina e Insaurralde sea el único acto suyo no
premeditado? Lo dudamos. No creemos casual que el Papa haya recibido a la
Presidente y a su candidato a días de las primeras elecciones. El aparato
diplomático podría haberlo sorteado sin consecuencia alguna para las
relaciones bilaterales.
¿Puede
ser premeditación para una jugada posterior? Una persona nos dijo: es una
jugada de ajedrez. A este, aparentemente generoso gesto para la Presidente y
su candidato, seguirá otra que dará vuelta a la primera, me dijo con
convicción.
Si así fuera
estaríamos ante una jugada magistral que, dada nuestra incapacidad para
jugadas magistrales, no la entrevemos y, de ocurrir, pediremos las disculpas
más vehementes.
Pero
aquello nos diría que nuestro Papa está más cercano a Maquiavelo que a Jesús.
¿Estirar la mano con amplia sonrisa, regalar escarpines para el nieto,
mostrarse feliz ante ambos y, al mismo
tiempo tener pensada una contra-jugada un poco más adelante? ¡Mmmm! No. No
alcanzamos a preverlo de esta manera. No al menos bajo los criterios de buena
fe que desde Noticias de Fondo proponemos se haga política.
Desilusión,
desazón. Con las horas, se transformó en enojo. En auténtico enojo de cómo
caemos una y otra vez en desilusiones, es decir, la realidad no es lo que se suponía.
Sabemos que muchos católicos que leen estas líneas exculparán a Francisco con toda piedad bajo el argumento de la ingenuidad, el engañado por el malvado astuto. Más cuando aún vibramos por el éxito de la Jornada Mundial.
Como
queda dicho, opinamos que es una excusa sin más sustento que el cariño a
Francisco y sortear la desilusión. La generosidad de los argentinos puede bancarse
ese encuentro como si fuera un furcio, un desatino, y, también, las consecuencias del mismo antes que
reconocer que se trató de una acción premeditada, con todo el peso del gesto
tan propio de un Papa en favor de la Presidente Cristina Fernández.
A esta
altura, los teléfonos del Nuncio Apostólico y de muchos obispos deben de haber
sonado con llamados de los opositores damnificados por la pérdida de
neutralidad anunciada. La foto que Scioli lograra hace menos de dos semanas
con el Papa en el Vaticano, también tiene esa misma dirección.
Se podrá
decir que cualquier dirigente en campaña que hubiera pedido una audiencia con
Francisco, la hubiera obtenido. En todo caso, la culpa no es del Papa sino de
quienes no utilizaron esa facilidad.
Es una
posibilidad, pero nos parece un tanto simplista para alguien que nos
¿retaceó? celebrar con él en persona en el país la alegría del pontificado de
un argentino bajo el argumento del proceso electoral.
¿Un desatino?
¿Un gesto? Como en las referencias circulares, volvemos a nuestras explicaciones
anteriores sobre la gestualidad de Francisco y sobre los actos de los jefes
de estado.
Hoy por
hoy, para quienes esperaban en Bergoglio-Papa una contención a los intentos
de la Presidente para asumir la suma del poder público sometiendo a la Corte
Suprema de Justicia de la Nación y revalidando la mayoría legislativa,
deberán asumir que el Papa no juega aquel partido y, en lo inmediato, ha
favorecido el juego de la Presidente. Y esto haya habido ingenuidad o
premeditación en la entrevista. La neutralidad ha cedido en favor de Cristina
Fernández, mal que nos pese a quienes buscamos un freno en las elecciones de
octubre.
Las dos acepciones de la
palabra desilusión, tienen cabida en nuestros sentimientos: a) Desengaño,
decepción, impresión que se experimenta cuando alguna cosa no responde a las
expectativas que se habían creado; b) Pérdida de la ilusión o falta de ella.
Desazón, como
sentimiento de disgusto o
intranquilidad causado por una alteración, en este caso moral.
Enojo,
porque una vez más los argentinos caemos en la ingenuidad y en el sentido de
quienes nos congratulamos por la primera gestualidad del Papa en relación con
la interna electoral nacional, cayéndonos de golpe y porrazo que la realidad termina siendo exactamente
la contraria.
Será tarde
e inocua cualquier aclaración vía un comunicado del Vaticano: una imagen,
bien saben los autoritarios, vale más que mil palabras.
Hasta la
próxima.
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¿Está el Papa redifiniendo la doctrina Católica?, se pregunta en un artículo Paul Simmons. Es lo que nos hemos preguntado desde Noticias de Fondo al inicio del Papado de Francisco. Transcribimos abajo tres artículos en los que se tratan concretamente declaraciones del Papa comparándolas con la doctrina oficial de la Iglesia. Transcribimos la versión original en inglés y nuestra traducción basada en el traductor de Google y nuestra propia interpretación. Si entendés que hay errores que cambien el sentido del articulista, estimamos nos lo digas al mail noticiasdefondo@gmail.com o en Comentarios. Podés no estar de acuerdo con el articulista en cuanto una posición ortodoxa ante un Papa reformador o revolucionario, aún no podemos saberlo. Lo que sí encontrarás son los temas hoy en debate dentro del mismo catolicismo, desde una perspectiva doctrinaria. Lo que muestra es que si Francisco efectivamente quiere reformular la doctrina encontrarás aquí la magnitud de lo que se propone. ...
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