Para esta semana preparamos una Noticias de Fondo con
artículos de fondo. Sabemos que la Presidente vuelve al cargo y esto dará
pasto a los medios para buena parte de la semana: cómo se compadecerán las
especulaciones realizadas por casi un mes con lo que la Presidente exhiba
desde sus discursos, su semblante, sus gestos. No nos hemos prendido de tales
especulaciones y veremos en la realidad cómo vuelve Cristina. Mientras tanto
para no entrar en la masividad, los artículos que te proponemos son los
relevantes. Salvo alguna cosa que lo amerite, no publicaremos más durante
esta semana.
Nota nuestra sobre la explosión de inseguridad en algunas
partes del conurbano y la reflexión si ya no cabe esperar más nada del Estado
y es tiempo de la autodefensa.
Argentina al borde del abismo narco, por Julián Obiglio
Electorados Mutantes. Buscando explicaciones al triunfo
del Partido Obrero en Salta, nos lleva a mirar lo ocurrido al PP en España: disminuye votos
pero el electorado no se los da al PSOE. Una dinámica que promete extenderse
a Francia.
Gobernador Scioli y los horribles números de su gestión.
¿Todavía pensás que es una buena opción presidencial?
El revisionismo histórico se saca chispas, por Claudio
Chaves. Básicamente, el revisionismo está en pugna entre el nacionalismo y el
marxismo.
PROCESO DE PAZ COLOMBIANO. Dos artículos que, desde una
perspectiva crítica del proceso, establecen la interrelación farc y
reelección del Presidente Santos.
MITOS ARGENTINOS: Suecia es la sociedad y Estado ideal,
el paraíso de la organización social perfecta. Un artículo que desmitifica.
Al fondo.
REPORTAJE DE FONDO. Se trata del reportaje a un ex
miembro del Tribunal Supremo brasileño sobre la libertad de prensa. Leelo con
atención y compará con la situación argentina en que el kirchnerismo y bajo
identidad ideológica del socialismo de Binner, el radicalismo, el pinismo y
de los partidos de izquierda ganadores en las últimas elecciones, se intenta
reglamentar a la prensa. Para empezar, hoy por hoy se la “regula” desde los
aportes del Estado conforme la línea editorial favorable o no.
Hasta el próximo lunes, si es que no ocurre algo recontra
de fondo.
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INSEGURIDAD CONURBANO - ¿AUTODEFENSA?
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En San Isidro en menos de dos semanas se registraron al
menos 8 robos en domicilios en solamente uno de sus barrios. De madrugada o a
plena luz del día. Silenciosos o tomando prisioneros a los habitantes de la
casa. En general sin violencia física expresa, pero sí psíquica, aunque un cuchillo
en tu garganta no sabríamos cómo categorizarlo. Es como que han salido a “cobrar”
lo que el apaciguamiento pre electoral les había costado.
La percepción es que la gente ya tiene claro que nada más debe esperar desde el Estado.
Peor aún, nada de lo que pueda hacer el Estado provincial impactará en el
aquí y ahora. Veamos cómo se pusieron los funcionarios nacionales ante la
denuncia del Episcopado y de la Corte
Suprema. Veamos cómo reacciona Scioli tratando de morigerar los dichos de
estas instituciones antes que un plan novedoso en materia de seguridad. Es decir, responden desde las palabras y no
desde los hechos.
Lo cierto, es que si el asalto no tiene víctimas, se apilan
las causas en las fiscalías y punto. Para movilizar la estructura judicial y
policial se requiere una violación, al menos.
Un herido leve no mueve el amperímetro. Que un auto robado lo
encuentre primero Lo Jack a que lo haga la bonaerense es la distancia entre
rescatarlo sano y salvo o desguazado.
Así las cosas, para quienes venimos desde hace 15 años
buscando respuestas legales, oficiales, institucionales ante la ola criminal
que se vive llegamos a una conclusión: es el tiempo de la auto defensa. De
cómo organices tu casa previniendo áreas en las que estés vos y tu familia y
a la cual sea muy difícil acceder, la
probabilidad de despertar con un cuchillo o un arma en tu cabeza son hoy muy
altas. El bunker debería, al menos, dar la oportunidad de llamar al 911 o a
tu compañía de alarmas.
Si por años defendimos no tener armas en casa, hoy
recomendamos abiertamente tenerla pero con la preparación que requiere un
arma y la organización familiar que evite una desgracia aún peor.
El punto es que tu vida es aleatoria: el asaltante tanto
puede llevar la cosa sin consecuencias como, sin motivo aparente o visible,
la lleve hacia la muerte. Hay tantos ancianos que no constituían peligro
alguno para sus captores y sin embargo fueron asesinados casi por gusto.
El Estado –nacional, provincial y municipal- ha llegado al
límite de lo que podía dar en el marco ideológico en el que la clase política
se puso. La Justicia está masivamente
tomada por un pensamiento liberador antes que de defensa de la sociedad. Las
policías tienen un alto grado de corrupción, entendido esto como que son
parte de los delitos que se cometen. Pueden hasta estar regenteando algunos de ellos, como el
narcotráfico. Los políticos están
entrampados en discursos y sus acciones cuando son positivas, no llegan al
terreno o son morigeradas por los jueces.
Las reuniones vecinales preocupadas por la inseguridad
barrial, han agotado las instancias y los recursos. Se multiplican cámaras
que pueden servir para el día después mas no como prevención. Los recursos humanos
comunales y de la bonaerense puestos en la calle adolecen de saturación,
desidia y hasta connivencia.
Nada es esperable del Estado y, por lo tanto, solamente es
esperable lo que venimos constando año a año: una criminalidad que crece y
que actúa con inmunidad e impunidad a partir de los incentivos que establecen
la connivencia de funcionarios del Estado, las reglas judiciales y
carcelarias y un marco ideológico poco amistoso para combatir a la
delincuencia. Saben poner freno a cualquier modelo copia a Cuba, por ejemplo,
pero no proponen nada que impida el crecimiento delincuencial. No admiten
discutir el tema al que ponen el freno de acusación de facio y punto.
Mientras tanto, amiga y amigo lector, empezá a considerar
cómo te defendés vos. El debate viene para largo todavía y de ocurrir el
milagro de que despierten nuestros políticos, el impacto inmediato será muy
bajo.
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NARCOSOCIEDAD. El Episcopado argentino ha brindado un
muy útil servicio a la sociedad con su denuncia del avance del narcotráfico y
la necesaria connivencia con el poder en sus formas de policías, jueces o
políticos. La Corte salió al escenario expresando que de antes que los
obispos ellos venían observando al Gobierno sobre el tema al trasladar quejas
de jueces del Norte argentino. Alguno que otro político se montó en el flete
(1) pero sin demasiada repercusión entre la oposición.
El siguiente artículo expresa los temas en debate sobre
el narcotráfico en nuestro país.
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Argentina
al borde del abismo narco
Julián Obiglio
El narcotráfico actúa como un globo a medio inflar, que al
ser apretado en un sector, desplaza el aire hacia el extremo contrario.
Gracias al combate que México y Colombia desarrollaron contra los narcos, el
negocio de la droga se ha ido desplazando hacia tierras menos controladas,
que permitan mayor movilidad y, por lo tanto, reducción de costos de
producción, traslado y comercialización.
Nuestro país se ha convertido en una de esas tierras
liberadas en la que cada día alrededor de cien vuelos ilegales cruzan la
frontera para ingresar o extraer drogas, personas o productos de contrabando.
Cien vuelos que aterrizan o despegan de alguna de las más de mil quinientas
pistas clandestinas que florecen por todo nuestro territorio.
Ello sucede porque no se toman esenciales medidas de
seguridad, similares a las que se aplican en la mayoría de los países de
nuestra región, y sin dudas, en los Estados Unidos y Europa. El primer paso
debe ser blindar nuestras fronteras, tanto terrestres, como aéreas y
fluviales. No sirve de nada poner escáneres en los puestos aduaneros si los
traficantes ingresan impunemente a escasos metros del control oficial. La
Gendarmería debería patrullar esas zonas cumpliendo la función para la cual
ha sido entrenada, en lugar de estar ocupando tareas que desconoce, como la
seguridad urbana. Lo mismo vale respecto de la Prefectura en los cursos
fluviales. Hoy esa fuerza debería estar patrullando los ríos fronterizos,
pero en cambio el Gobierno le ha asignado tareas tales como la protección de
los políticos que viven en Puerto Madero.
Es indispensable una radarización real, esto es con
tecnología específicamente diseñada para detectar aviones en vuelo, su altura
y su trayectoria. La radarización requerida es la de tecnología 3D, ya que
ubica a la aeronave en latitud, longitud y altura. Hoy hay tan sólo tres
radares de ese tipo funcionando, cuando en realidad se requieren al menos
quince para cubrir la totalidad de la frontera norte.
Los radares tipo RASIT que se emplazaron en la frontera
cuando Cristina Kirchner anunció el rimbombante “Plan Escudo Norte” no sirven
para detectar aviones. Esa tecnología está diseñada para detectar formaciones
de tanques en planicies o buques en altamar, lo cual no tiene nada en común
con los medios con que operan los traficantes, quienes se desplazan en grupos
pequeños por la selva.
Es absolutamente necesario contar además con un protocolo
de intercepción de aeronaves, que pueda llegar al punto del disparo de
derribo, siguiendo pasos similares a los que hoy usan la Prefectura y la
Armada para el disparo de hundimiento de buques no identificados detectados
navegando ilegalmente dentro de nuestro litoral marítimo. Contar con radares
pero no tener este tipo de protocolo funcionando es como tener policías que
solamente se dediquen a mirar las cámaras de seguridad, sin facultad de
intervenir ante la ocurrencia de un delito.
Diversos funcionarios del Gobierno Nacional han dicho que
una ley de derribo equivale a aplicar la pena de muerte sin juicio previo.
Ello es absolutamente errado y lo saben, ya que todo protocolo de
intercepción establece ciertos pasos que necesariamente se deben cumplir
previo al derribo de una aeronave hostil (pedido de identificación, contacto
visual, orden de aterrizar, vuelos rasantes, tiro de advertencia, etc.). Y no
solo ello, sino que en la mayoría de los protocolos del mundo se reserva la
orden de derribo al ministro de Defensa, que debe confirmarla en dos o tres
oportunidades por vía radial.
Debido a la falta de estas políticas Argentina se ha
convertido en un país de elaboración, consumo y tránsito de droga. Es decir
que somos un país que recibe la materia prima, la procesa y luego la exporta
o consume en su propio territorio. Esta situación se traduce en un aumento
del delito en todas las esferas. La droga es la culpable de las muertes por
enfrentamientos entre bandas de traficantes en disputa por un territorio; o
la que lleva a los jóvenes a robar, asesinar y secuestrar para conseguir los
fondos con los cuales comprarla. La adicción es la que empuja a miles de
jóvenes a la prostitución y la que trae aparejada, entre otras cuestiones, la
trata de personas.
Son muchas las medidas que deben tomarse para combatir y
vencer al narcotráfico. Acciones de prevención e inclusión social deben
combinarse con sostenidas políticas de seguridad que incluyan adecuada
remuneración y entrenamiento del personal de las fuerzas de seguridad. El
documento recientemente presentado por la Iglesia indicó perfectamente
algunos de estos ejes.
Luego de diez años al frente del Gobierno Nacional, la
señora Presidenta y su gabinete de ministros deberían entender que la lucha
contra las drogas no reconoce ideologías, sino la sincera voluntad de vencer
a un enemigo que lucra con la muerte de nuestros ciudadanos. Es tiempo de
asumir responsabilidades e implementar un plan integral de lucha contra el
narcotráfico que está devorando nuestra sociedad. No hacerlo demuestra
ausencia de interés por lo que le sucede a los argentinos, o en todo caso un
alto nivel de inoperancia, o lo que sería más grave aún, un grado de
complicidad importante con los narcotraficantes.
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ELECTORADOS MUTANTES, es decir, electores que mudan
“A”ideológicamente. El caso de Francia en que se votó a Hollande –Socialista-
luego de Sarkozy –derechista-, las noticias desde España es que el PP pierde
votantes que no gana el PSOE y en Argentina, la izquierda hace una votación
histórica, especialmente en Salta, provincia harto conservadora. ¿Qué
mensajes dan los electores a los políticos? ¿Qué “leen” los políticos
ganadores” Ciertamente, el cansancio en “los de siempre” lleva a los
electorados a votar lo contrario, es decir “a los de nunca” sin advertir el
cambio ideológico sobreviniente y, usualmente, la pérdida de tiempo que
implicará cambios en zigzag. Hollande hoy está tan cuestionado como Sarkozy y
la derecha de Le Pen sueña con un batacazo. Y posiblemente lo logre. Hasta
que, como el PP en España, “hagan los deberes” y terminen perdiendo
rápidamente el favor de los electores que buscarán en otros, tal vez “los de
siempre” lo que creían encontrar en el anterior.
¿Y qué es lo que se busca? En Europa a salvadores que
los saque de la crisis pero sin afectación de los “derechos” obtenidos en
años de estado de bienestar. Como no resulta, la maquinaria devora a los
actores políticos.
En Argentina, se presenta “fatiga de material”. El
peronismo en sus diversidad de facetas presentadas en cada turno
gubernamental, ya exhibe que sus discursos no se condicen con la realidad y,
principalmente, que no hay gobernante peronista que no haya cambiado su
situación económica para él y dos o
tres generaciones siguientes. En los
radicales, pocas poblaciones confían en ellos como para votarlos, quedando
partidos que no han gobernado y cuyas presentaciones basadas en la moralidad
en el ejercicio de la función pública.
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El
Partido Popular sufrió una fuerte caída de su caudal electoral
POR JUAN CARLOS ALGAÑARAZ. MADRID, CORRESPONSAL.
Según un sondeo publicado por el diario El Mundo, perdió en
apenas dos años un 41 por ciento de sus votantes. También cayeron los
socialistas.
A dos años de su abrumador triunfo electoral por mayoría absoluta
(44,6% de los votos) un sondeo de El Mundo revela que el Partido Popular ha
perdido el 31% de su caudal electoral. En caso de realizarse ahora comicios
generales el partido conservador en el gobierno obtendría un 30,6% de los
sufragios una caída del 14,6% respecto a noviembre de 2011.
Los socialistas siguen en caída libre porque después de
haber sufrido su peor descalabro en las urnas (28,8%) hace dos años
profundizan su descenso y llegan al 27% de las preferencias.
El colapso del PP se produce a solo 24 meses de su gran
triunfo y no hay ningún antecedente de semejante caída electoral en la mitad
de un primer mandato. Las elecciones generales tedrían que producirse a
finales de 2015 o primeros meses de 2016.
El 86% de los consultados por la empresa SYGMA DOS para El
Mundo reclaman una remodelación a fondo del gabinete de ministros algo que
rechaza de plano Mariano Rajoy.
Ha finalizado el bipartidismo que ha dominado la política
española desde la transición democrática ha terminado.
Con estos resultados, el PP debería aliarse con otras
fuerzas para llegar a una mayoría que le permita mejorar. Pero las
disponibles son el PSOE, Izquierda Unida, que obtendría el 13,% de los
sufragios y la cada vez más pujante Unión del Pueblo y Democracia liderada
por Rosa Diaz.
La disidente del Partido Socialista de Euskadi por el
acuerdo de tregua con ETA, que terminó en un gran fracaso, llegaría al 10,1%
duplicando el apoyo que logró en las generales pasadas.
Es muy significativa la valoración de los líderes políticos
que recoge la encuesta. Rosa Díaz es la que recibe más apoyo, 3,76 puntos. El
presidente Mariano Rajoy, se aleja en la tabla hasta los 3,36, seguido por el
coordinador de Izquierda Unida, 3,34 puntos y final el líder socialista
Miguel Angel Perez Rubalcaba con un desvaído 3,12.
Dos años después de su gran descalabro electoral los
socialistas no consiguen reemplazar su vieja dirección estrechamente
vinculada a la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. Hace unos diez días un
sondeo indicó que el 40% de los españoles se define como socialdemócrata pero
de esa masa de votantes solo el 22% está dispuesto a apoyar al PSOE.
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GOBERNADOR SCIOLI. Tantos años lustrando la imagen de
este inútil Gobernador que ha sorprendido este finde el siguiente artículo
publicado en Clarín. Recordamos nosotros cuántas veces trabajamos sobre la
figura de Scioli: expresábamos no entender el alto nivel de imagen que
presentaba para un gobierno tan malo como el que llevó adelante en su primer
mandato y estalló en el segundo. A su inocuidad en los temas centrales, este
artículo muestra el pésimo manejo de las finanzas públicas provinciales.
Leelo y decinos si todavía pensás que es un buen candidato presidencial, para
que lo votés vos.
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En 6 años
la deuda de la Provincia se duplicó y se triplicó el rojo fiscal
POR ISMAEL BERMUDEZ
Pese a la mayor presión impositiva y por la pérdida
relativa de las transferencias correspondientes por la coparticipación, la
provincia de Buenos Aires acumula un persistente déficit fiscal. En 6 años el
endeudamiento superó los $ 80.000 millones, creciendo cerca de $ 10.000
millones por año (ver infografía).
Esta deuda se alimentó, fundamentalmente, del rojo fiscal
que se multiplicó cerca de tres veces. Por esto, tanto el aumento de 18% del
impuesto Inmobiliario como la solicitud de endeudamiento por otros $ 15.000
millones por el gobernador Daniel Scioli, son los ejes de la polémica para
aprobar la ley de Presupuesto provincial 2014.
La discusión trasciende lo “económico o financiero”. Las
fuerzas políticas en pugna son encabezadas por los dirigentes Daniel Scioli y
Sergio Massa con aspiraciones presidenciales para 2015. En la legislatura
habrá un debate en torno a los números.
Pero además, y como señala la Asociación Argentina de
Presupuesto (ASAP), “el presupuesto de la Provincia de Buenos Aires merece
una atención especial, tanto por su impacto en la población bonaerense como
por su magnitud y participación en el presupuesto del sector público
consolidado de Argentina. La provincia de Buenos Aires concentra no sólo el
38,9% de la población del país, sino también el 35,3% del PBI”. Y los gastos
representan una cuarta parte de los gastos del presupuesto de la
Administración Pública Nacional. Así el presupuesto bonaerense es el de mayor
relevancia a nivel provincial por su tamaño.
Desde el punto de vista de los recursos, la estructura
provincial está compuesta: 31% de ingresos tributarios provienen del Estado
Nacional vía coparticipación, 34% de recaudación provincial de ingresos
brutos, 15% de aportes y contribuciones a la seguridad social y el 20%
restante son otros impuestos provinciales tributarios (como inmobiliario
urbano y rural, sellos, automotor) Esta estructura lleva a que los ingresos
fiscales dependan de los giros del Gobierno Nacional y, por el peso de
Ingresos Brutos, del nivel de la actividad económica, incluida la propia
inflación.
Estos ingresos fueron favorecidos en los últimos años por
la reforma tributaria que se implementó en 2012 y los cambios impositivos en
2013, que elevaron la presión tributaria provincial, en especial en el
impuesto inmobiliario. Por eso, ahora la propuesta de un incremento de 18% en
el impuesto inmobiliario, con la promesa de destinarlo a seguridad, genera
tanta controversia. Además, el cobro del impuesto no distingue entre grandes
y pequeñas propiedades.
Por el lado de los gastos, se destaca el gasto en
remuneraciones al personal que ocupa un poco más de la mitad del total. Le
siguen las transferencias corrientes (por ejemplo a municipios) con el 21%, y
las prestaciones de seguridad social que representan el 18,8%, componentes
que reflejan la rigidez que presenta el presupuesto de la Provincia de Buenos
Aires.
Siguiendo la lógica del Gobierno Nacional y de la Ciudad de
Buenos Aires, los proyectos de presupuesto de la Provincia se presentan sin
incrementos en las partidas de salarios y jubilaciones para no adelantar
ningún piso en las negociaciones paritarias. Eso lleva a que el resultado
financiero previsto para cada ejercicio luzca mejorado. Luego a través de
disposiciones especiales el gasto se ajusta el gasto revirtiendo o agravando
los resultados fiscales de cada ejercicio.
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HISTORIA. Un poco de debate sobre ¿cuál es hoy la “historia
oficial”? Por años, la “historia oficial” referenció a Bartolomé Mitre y a la
historia liberal del país. Con el tiempo, el avance del “revisionismo
histórico” y el ingreso actual del marxismo llevan al autor a preguntarse
sobre cuál debe ser considerada la “historia oficial”.
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El
revisionismo histórico se saca chispas
Claudio Chaves
Que los cenáculos culturales afines al kirchnerismo son una
secta es tan sólo una verdad de Perogrullo. Galasso le dice no al Instituto
Dorrego, porque ve en alguno de sus componentes cierta inclinación
nacionalista, rosista-uriburista, y O’Donell, despechado, descalifica luego a
Galasso por tener un esquema de análisis marxista. Estos desencuentros entre
kirchneristas son raros, máxime cuando vemos que en la inauguración del
Congreso del Instituto Dorrego, tres de los que estaban sentados a la mesa
son marxistas. Y no lo digo con espíritu macarthista, sino sencillamente
porque no se entienden estas descalificaciones mutuas entre bueyes sin
cornamentas. Si así son entre ellos, ¡cómo serán con los de afuera! Extremadamente ásperos y descalificatorios.
De cada idea hacen un asunto de vida o muerte. Patriota o cipayo. Bueno o
malo. Negro o blanco.
El origen de las discordias
Con la irrupción, al finalizar la primera guerra mundial,
de la revolución soviética y de los distintos nacionalismos en boga en
Europa, se extendió la creencia, pronto asumida masivamente, de que las
instituciones liberales ya nada tenían para ofrecer. A derecha e izquierda
creció la idea de revolución como única posibilidad de cambio. La llegada a
nuestras playas de la nueva atmósfera mundial ganó adeptos y la crisis del 30
cerró un ciclo. Sin embargo la idea de dependencia o imperialismo, que hoy
reactualiza el kirchnerismo cultural a través del Instituto Dorrego, no fue
originaria de nuestro país. Habían contribuido a su desarrollo, por un lado
el pensamiento de Lenin, quien en su líbelo “El imperialismo, etapa superior
del capitalismo” actualizó el marxismo de cara al siglo XX. Y por el otro, el
auge de los nacionalismos alemán, italiano y japonés que profesaban el mismo
discurso contra Gran Bretaña y los EEUU, en su condición de naciones
liberales. Samir Amin, Franz Fanon, Edward Said, Noam Chomsky y Paulo Freire,
entre otros, abrazaron la doctrina del imperialismo y la dependencia
cultural. En nuestro país, Raúl Scalabrini Ortiz en el prólogo a su libro
Historia de los ferrocarriles argentinos, copió textualmente y sin citar
párrafos del libro de Lenin.
En definitiva, una síntesis de nacionalismo y marxismo hizo
furor en el mundo y particularmente en Iberoamérica, mientras el internacionalismo
de fines del siglo XIX se hundía profundamente desacreditado. A partir del 30
emergió, entonces, un mundo compartimentado, hermético, con naciones que se
tabicaron bajo un fuerte proteccionismo económico y un relato ideológico que
cerraba por “arriba” la realidad subyacente. El nacionalismo y el socialismo
en un sólo país fueron el cuerpo doctrinario de aquella realidad. En paralelo
el liberalismo sucumbía de la mano de Keynes en Inglaterra y de Prebisch y
Pinedo en la Argentina.
El revisionismo histórico y el peronismo
La visión histórico-política de los nacionalistas se agrupó
en torno al Instituto Juan Manuel de Rosas. Con el afán de desandar la
historiografía liberal, a la que denominaron “Historia Oficial“, buscaron en
el pasado sus raíces para no aparecer como una doctrina importada. ¡Como
efectivamente lo era! Y de tanto
revisar la historia construyeron un linaje, un tanto caprichoso. Pero como
sea, lo realizaron. Pasado y presente fueron enlazados en una hermenéutica
armónica, con un subido sesgo mecánico. Lo cierto fue que el peronismo
mientras gobernó fue refractario al revisionismo. Perón se hallaba más cerca
del liberalismo que de cualquier otro sistema de ideas. Fue su caída, por la
irracionalidad de la revolución del ’55, lo que llevó al peronismo, en la
clandestinidad, a encontrar en el revisionismo sus colores y sonidos. Y una
nueva camada de intelectuales se sumó a la anterior para direccionar a un
peronismo inerte. Jauretche, Murray, José María Rosa, Abelardo Ramos,
Hernández Arregui, fueron algunos de los intelectuales que contribuyeron a
esa mutación. La rebelde clase media en su sector juvenil universitario y no
universitario devoró, insaciable, a dichos pensadores.
El eje fundamental de aquellos escritos se afirmaba en la
necesidad de construir una identidad cultural argentina, que el liberalismo
decimonónico había destruido. ¿El objetivo? Ser un país autónomo e
independiente. Afirmándose en su mercado interno y en “vivir con lo nuestro”,
según lo indicaba la dirección de la política mundial. Finalmente, el pensamiento “nacional”, como
se autotituló, ganó la batalla cultural contra el liberalismo
“extranjerizante”. Al menos así lo creo, cuando observo que la élite política
argentina, en su totalidad, aceptó, sin chistar, todas y cada una de las
nacionalizaciones y estatizaciones celebradas por el actual gobierno. El
Instituto Dorrego más que bochinchear contra la “Historia Oficial”, de sesgo
liberal, debiera sacarse la careta y asumir que la historia oficial son
ellos, pues es la vertiente que ha triunfado, luego de ochenta años de
prédica. Sin embargo dejo una pregunta: si la lucha contra el imperialismo
guardaba relación con la atmósfera cultural de aquellos años, ¿qué tiene que
ver este pensamiento con la actualidad? Cuando China, India, Vietnam y
Brasil, entre otros, se abren al mundo, ¿se integran sin complejos de
aculturación o pérdida de la identidad? Nuevos vientos soplan en el mundo y
el kirchnerismo se refugia en el pasado.
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PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA y la influencia en el mapa
pre electoral colombiano, principalmente en la re elección de Santos. Presentamos
dos artículos muy críticos de los conceptos bajo los cuales se firmó el
segundo acuerdo y presentan la interrelación que hay desde ahora entre las
farc y Santos candidato a la reelección.
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Las FARC, jugadas
por la reelección de Santos
Darío Acevedo Carmona
Por todos los antecedentes que había en juego, el Acuerdo
sobre Participación Política firmado en La Habana significa, en primera
instancia, el lanzamiento de la candidatura de Juan Manuel Santos a la reelección
presidencial. Como lo hemos sostenido algunos columnistas, desde hace
rato la manija de los diálogos está en manos de las FARC y Santos, para
reelegirse con algún margen de éxito, dependía de que le firmaran algún
documento.
El texto adornado en una retórica grandilocuente reafirma,
en buena medida, lo que ya figura en la constitución política de 1991. Pero,
a los ojos de observadores extranjeros transmite una idea bastante equivocada
sobre Colombia.
En efecto, cualquier francés o norteamericano o japonés,
medianamente informado, pensará con toda razón que en nuestro país no hay
democracia ni libertades ni garantías para la oposición. Que las FARC son una
guerrilla que lucha por esos ideales, que no nació como producto de un
proyecto comunista, que no es terrorista, que representa los anhelos de
justicia social y que no ha tenido espacios ni facilidades para hacer
actividad política en la legalidad.
Así lo hemos percibido en estos días de euforia desmedida y
de congratulaciones diplomáticas. La palabra paz, aunque siga estando lejos,
ejerce una atracción fascinante y da amplios réditos políticos a quienes se
la apropian. No importa que el precio sea abrir la puerta de la democracia a la
implantación de un régimen de corte castro-chavista por la vía de la
combinación de todas las formas de lucha, pero ahora, con el énfasis en las
grandes ciudades y en las masas urbanas.
El Estado colombiano cede a algo que se supone había negado antes o
que no existe. Según los firmantes, en adelante se “profundiza y
robustece nuestra democracia” como si la Constitución vigente no contemplase
un amplio régimen de garantías que ha permitido, por ejemplo, la elección
popular de alcaldes y gobernadores, la creación de nuevos partidos y
movimientos políticos de diversas tendencias, el crecimiento electoral de la
principal fuerza de izquierda, el Polo Democrático Alternativo, la existencia
de una ambiente de libertad de prensa y de opinión, la realización de
protestas, huelgas y movilizaciones de sectores sociales que han tenido como
sus grandes enemigos no a los gobiernos ni una política de estado, sino la
acción armada ilegal de grupos de extrema izquierda y extrema derecha.
Hay párrafos bastante desafortunados para el sentido común
como ese que dice “la firma e implementación del Acuerdo Final contribuirá a
la ampliación y profundización de la democracia, en cuanto implicará la
dejación de armas y la proscripción de la violencia… A fin de transitar a un
escenario en el que impere la democracia…”. Pues se acepta que no habrá
entrega de armas y se da por sentado que la guerrilla lucha por la democracia
y que ella está por llegar.
Los aspectos más polémicos del acuerdo son los referidos al
compromiso de crear “Circunscripciones Especiales de Paz”
en zonas de conflicto, sin decir cuántas ni dónde ni por cuánto tiempo. No es
necesario ser muy perspicaz para asociar esta concesión a la vieja pretensión
comunista impulsada por “Tirofijo” en los años 60 para crear zonas de
autodefensa campesina que hoy se pretenden reciclar en las llamadas “zonas
de reserva campesina” que servirían de retaguardia social a las fuerzas
guerrilleras que hayan “dejado”, más no “entregado” las armas y en
las que no imperarían algunas normas del estado de derecho. Tradúzcase “creación
de repúblicas independientes” que cumplirían la función estratégica
de apoyar el levantamiento popular al que parece estar apuntando las FARC en
su cambio de estrategia para hacer la revolución.
No está por demás advertir que la idea de las
circunscripciones especiales es una “medida extraordinaria” de las que
contempla el documento gubernamental de la negociación, que supone reforma
constitucional, que puede violar el bloque de constitucionalidad al alterar
los principios de representación política y de proporcionalidad de la misma.
De parte de las FARC no hay un sólo compromiso en el acuerdo.
Sabedoras
de tener en sus manos la suerte del presidente Santos han cobrado duro ese
poder al dar a entender al mundo que ellas no son una fuerza terrorista sino
democrática que trata de alcanzar un espacio en un país que no les ha
brindado oportunidad de hacerlo pacíficamente.
Sin duda, pues, las FARC van ganando, tienen la iniciativa, no han
cedido en nada, seguirán atacando la Fuerza Pública y acometiendo
actos violentos, han asumido una retórica democrática con la que solapan su
credo comunista. Se han convertido de hecho en aliados electorales del
presidente Santos en la búsqueda de la reelección presidencial.
Con la firma de este documento han logrado (gratis) extender la
negociación hasta por lo menos agosto del 2014 cuando se inicia un nuevo
periodo de gobierno. En los meses por venir, jugarán un rol protagónico y se
pueden convertir en árbitros de la campaña presidencial. El presidente Santos
nos ha demostrado que puede hacer concesiones “extraordinarias”, o sea,
inconstitucionales, y feriar la institucionalidad con tal de aplastar el
uribismo y hacerse reelegir.
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Diálogo con las FARC: una
luz en medio del show
Fernanda Kobelinsky
Colombia acepta la participación política de la guerrilla
cuando se firme la paz. Las FARC aceptan entregar las armas para hacer
política. El acuerdo en este terreno es quizás lo más cerca que estuvo
Colombia de firmar la paz. No conocemos aún los detalles, los negociadores
prometieron difundirlos en los próximos días. Pero lo que sí sabemos es que
en medio de la fiebre mediática que los guerrilleros experimentan en la más
que receptiva Cuba, cuando se habla a puertas cerradas, se negocia.
Las FARC entregarán las amas y Colombia
promete ampliar su democracia. El acuerdo en este punto, el segundo
de la agenda, es el que podría destrabar los demás: el fin del conflicto
(dejar las armas), el narcotráfico y víctimas y verdad (comisión de la
verdad).
“Nada está pactado hasta que se pacte la paz”, acordaron
en Oslo el 18 de octubre de 2012 cuando públicamente decidieron sentarse a
negociar. Esta última coincidencia, que detractores califican como un insulto
a la democracia e independientes y oficialistas catalogan como histórica,
llega en el momento más crítico de las negociaciones de cara a la opinión
pública.
Es que como las charlas son secretas, cuando se prolongan
y no hay novedades, el show de las FARC en La Habana copa la escena. No es el
yate, ni los paseos por los agradables jardines del complejo El Laguito lo
que debería preocupar al presidente Juan Manuel Santos. Al fin y al cabo son
sólo lujos pasajeros de la negociación.
Sin embargo, la disponibilidad mediática es la gran
cuestión a contrarrestar para el gobierno colombiano. El grupo de negociadores de la
FARC tiene a su disposición todos los micrófonos internacionales para opinar
del proceso en discusión como de cualquier punto de la vida política de los
colombianos.
A un año de su inicio, la prolongación de las
conversaciones impacienta. Aun así, las encuestas marcan que Colombia está a
favor de seguir dialogando, aunque no confía en la guerrilla. Sus razones
tiene, con un conflicto que lleva más de 50 años, 5 millones de víctimas
entre muertos, desaparecidos, desplazados y secuestrados.
Vale decir que no hay cese de fuego: el gobierno sigue
buscando guerrilleros y las FARC siguen atacando violentamente. Sólo entre
octubre y estos días de noviembre podemos contabilizar una decena de
episodios (ataques, emboscadas, voladura de oleoductos, paros armados,
etcétera).
Mientras los ciclos de negociación (el
próximo comienza el 18 de noviembre) sean más herméticos y sin pausas, más
posibilidades tendrá Santos de que la sed mediática de las FARC no se
fagocite el proceso.
Para sumarle tensión a las ya complicadas negociaciones,
2014 es año electoral. Santos seguramente irá por la reelección y
deberá mostrar avances si quiere mantener el puesto. Sus contrincantes,
especialmente Álvaro Uribe y su delfín electoral, lo fustigarán por sentarse
a negociar con la guerrilla.
Si quiere crecer y recuperar la imagen perdida, deberá
contener las declaraciones mediáticas de los guerrilleros. Es
que las FARC le tomaron el gustito a los micrófonos. Mientras el
gobierno quiere mantenerse en la agenda acordada sin revelar detalles, los
jefes guerrilleros dan conferencias de prensa prácticamente todos los días.
Hablan de todo, opinan de todo… están cómodos. “Negociar” el proceso de paz
les sienta mejor que la paz misma
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MITOS
ARGENTINOS. Uno de los mitos argentinos (además del de los ferrocarriles
impuesto por Pino Solanas) está el de Suecia como país Meca de una sociedad
organizada, feliz y plena de “derechos” (subsidios). Los radicales tiempo
atrás referían a ella como ideal de sus gobiernos: altísimo nivel de
impuestos y llenos de subsidios desde el Estado. Este artículo te lo explica
cómo surge el modelo y cómo ha evolucionado. Explica porqué, de pronto, ganó
una coalición de derecha y cuando los socialistas retomaron siguieron
haciendo lo que la derecha hacía.
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Mitos en
torno a Suecia y el Estado de Bienestar
Adrián Ravier
En la literatura se considera a los países nórdicos como
aquellos que han logrado disfrutar de los beneficios del “socialismo de
mercado” y el “Estado de Bienestar”, caracterizado como un sistema intermedio
entre la economía de mercado y la economía socialista, que toma lo mejor de
cada uno y deja de lado sus fallas. Entre estos países nórdicos, se dice,
Suecia ha encontrado el modo de alcanzar los más elevados niveles mundiales
de igualdad social, sin coartar el espíritu empresarial. Suecia se
presentaría como el modelo a seguir, por países avanzados y en desarrollo,
por haber alcanzado un equilibrio entre la equidad y la eficiencia. El
objetivo de este artículo es analizar el debate entre economía de mercado y
Estado de Bienestar, sobre la base del caso sueco. En la literatura, y
también en la opinión pública, predomina un mito sobre la economía sueca y su
Estado de Bienestar que es necesario reconsiderar.
El modelo capitalista sueco
Hacia finales del siglo XIX, Suecia inició un período
exitoso de desarrollo económico construido sobre la base de la economía de
mercado. Johan Norberg, en un artículo acerca de los “modelos suecos” (2006),
explica que “los comerciantes suecos podían exportar hierro, acero y madera,
y los empresarios crearon innovadoras empresas industriales que se volvieron
líderes mundiales. Entre 1860 y 1910 los salarios reales de los trabajadores
industriales crecieron en un 25% por década, y el gasto público en Suecia no
rebasó el 10% del PIB”. En 1932, el Partido Socialdemócrata llega al poder. Y
no fue algo coyuntural. Entre 1930 y 1988 este partido contó con un apoyo electoral
del 40%, según documenta Mauricio Rojas en el libro Suecia después del modelo
sueco, publicado por la Fundación CADAL (2005). Se trataba de un partido de
clase media, el cual se esforzó por crear sistemas de seguridad social que
permitieran extender beneficios en jubilaciones, desempleo, maternidad y
salud a toda la población. La política aplicada fue de socialización gradual
por el lado del consumo, esto es, el cobro de impuestos a los trabajadores
para ofrecer estos servicios a toda la población, pero sin controlar ni
intervenir en los medios de producción. Norberg explica, sin embargo, que
hasta 1950 “el peso total de los impuestos no era mayor al 21 % del PIB, más
bajo que en los Estados Unidos y Europea Occidental”. Hay que destacar que
Suecia se mantuvo al margen de las dos guerras mundiales, lo que permitió a
la economía alcanzar resultados asombrosos. Suecia era un país rico. En 1970
tenía el cuarto ingreso per cápita más alto del mundo, de acuerdo con
estadísticas de la OCDE.
El modelo sueco del Estado de Bienestar
Pero entonces comenzó un cambio de paradigma y Suecia
terminó por abandonar los principios que le habían permitido hasta entonces
alcanzar niveles elevados de bienestar. Los socialdemócratas expandieron la
asistencia social y el mercado laboral se volvió enormemente regulado. El
gasto público entre 1960 y 1980 se elevó del 31 al 60 % del PIB, lo que
requirió que entre 1960 y 1989 se duplicara la carga tributaria, del 28 al 56
% del PIB. Fue entonces que el modelo mostró dificultades. La economía de
mercado fue transformada en una economía planificada, algo que se observó en
el abandono de una economía industrial para ofrecer fundamentalmente
servicios. A medida que más trabajadores abandonaban sus empleos y se sumaban
a la asistencia social, los impuestos recaudados se reducían, y el gasto
aumentaba, lo que llevó al país a evidenciar problemas fiscales serios. Lo
dicho llevó a la economía a moderar su magnífico desarrollo previo. Norberg
nos ilustra señalando que entre 1975 y 2000, mientras el ingreso per cápita
creció un 72% en Estados Unidos y un 64% en Europa Occidental, el de Suecia
sólo creció en un 43%. Para el año 2000, Suecia cayó al lugar 14 en el
ranking de la OCDE sobre ingreso per cápita. En 1990, la grave crisis
económica mostró una pérdida de 500.000 puestos de trabajo, superando la tasa
de desempleo el 12%. El exitoso modelo sueco se convirtió en un fracaso. Y
esto ocurrió porque el “modelo sueco de mercado” practicado hasta 1950, fue
abandonado por el hoy conocido “modelo sueco” del Estado de Bienestar. El
enorme costo de la burocracia se hizo presente.
Radiografía del problema sueco
Norberg explica que el problema central del nuevo modelo
sueco es que “erosionó los principios básicos que volvieron viable el modelo
en primer lugar.” “El servicio civil es un ejemplo portentoso de este
fenómeno. La eficiencia del servicio civil significaba que el gobierno podría
expandirse, pero esta expansión empezó a dañar su eficiencia. De acuerdo a un
estudio de 23 países desarrollados del Banco Central Europeo, Suecia ahora
obtiene el menor servicio por dólar gastado del gobierno”. En el campo de la
salud por ejemplo, Norberg cita un estudio de la Asociación Sueca de
Autoridades Locales y Regiones, quienes informan “que los doctores suecos
atienden a cuatro pacientes al día en promedio, una reducción del promedio de
nueve que tenían en 1975. Es menor que en cualquier otro país de la OCDE, y
menos que la mitad del promedio. Una razón es que un doctor sueco consume
entre el 50% y 80% de su tiempo en trámite administrativos”. Mauricio Rojas,
por su parte, explica que la mayor asistencia social indujo a un aumento de
la tasa de población pasiva sobre la tasa de población activa. Los incentivos
al trabajo fueron modificados y con ello un país exitoso y rico, comenzó a
mostrar resultados opuestos sobre el bienestar.
El retorno al capitalismo
La crisis económica de 1990 llevó al electorado a abandonar
su apoyo por el partido socialdemócrata, y Carl Bildt inició un proceso de
desmantelamiento del estado benefactor maximalista. Paliar el déficit fiscal
implicó recortar gastos y beneficios provistos por el Estado. Poco a poco la
población sueca perdió su confianza en el estado benefactor y se abrió paso a
la privatización de los servicios públicos. Suecia es un ejemplo en la
implementación del sistema de Vouchers para el sistema educativo, reforma
desarrollada en 1992. La aparición de bolsones de exclusión llevó entonces al
electorado a apoyar nuevamente al partido socialdemócrata, pero en lugar de
revertir las medidas practicadas entre 1991-1994, las reformas fueron
profundizadas. Esto permitió sanear las cuentas fiscales, bajar la deuda
pública y reducir la carga tributaria. Siguiendo el modelo chileno, Suecia
privatizó el sistema de pensiones, permitiendo que la población activa elija
sus administradoras privadas. Las privatizaciones llegaron también a las
telecomunicaciones, los transportes, la infraestructura, la energía y el
correo. En el caso de la salud, si bien aparecieron proveedores privados, se
mantuvo el servicio público dando lugar a vías paralelas de acceso. Esto
originó cierta desigualdad entre quienes pueden pagar y quienes no pueden
hacerlo, y más aún entre las diferentes regiones del país, pero el pueblo
aceptó el costo de la pérdida de equidad, a cambio de un país en
funcionamiento y desarrollo. El crecimiento económico desde entonces es
aceptable, pero los desafíos para el futuro abren una incógnita sobre la
economía sueca. ¿Podrá Suecia mantener el sistema capitalista que la llevó a
ser el cuarto país con mayor PIB per cápita del mundo? ¿O retornará ese
Estado de Bienestar que se transformó en parte de la cultura de quienes hoy
componen la población activa? Lo cierto es que en estas últimas décadas, el
proceso inmigratorio ha sido muy fuerte y la población activa ya no se
presenta tan homogénea como lo era en los años 1950.
Reflexión final
A modo de cierre, basta decir que el modelo sueco del
Estado de Bienestar no ha sido exitoso y no debiera ser simulado por los
países latinoamericanos, ni por los europeos, ni tampoco por los Estados
Unidos. Los costos de eficiencia y bienestar de practicar tal modelo están a
la vista. Serán necesarios nuevos esfuerzos en los estudios históricos de
tales experiencias para evitar que el mito de la economía sueca y el Estado
de Bienestar hoy vigente, sea difundido entre los profesionales que hoy están
formándose y que liderarán la política económica del mañana.
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REPORTAJE DE FONDO
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“El
Estado no tiene libertad de prensa, la prensa libre es la de los medios
privados”
POR MIGUEL WIÑAZKI
Fue el presidente del Supremo Tribunal Federal del Brasil
durante un inmenso escándalo de corrupción pública que terminó con la condena
de José Dirceu, jefe de Gabinete del gobierno de Lula da Silva y hombre
fuerte del PT (el Partido de los Trabajadores, el de Lula y el de Dilma). Carlos
Ayres Britto fue propuesto para ser presidente del Supremo Tribunal
precisamente por Lula. Y fue su voz y su relato la voz y el relato de la
condena a José Dirceu, ¿El cargo concreto? Pagar sobornos en el Congreso
brasileño. El caso es conocido en Brasil como el Mensalao. Ayres Britto dejó
su puesto tras cumplir 70 años de edad, según lo estipula la ley en Brasil.
Los avatares del Mensalao continuaron y esta semana la Corte decidió
finalmente que Dirceu, el diputado José Genoino y el otrora tesorero del PT
gobernante, Delubio Soares, fueran detenidos y encarcelados. Amante del
fútbol, como todo brasileño de ley, de la poesía en portugués y de la
filosofía, Ayres Britto es él mismo un poeta valorado en su país. Y es por
cierto un jurista reconocido en el mundo entero.
¿Recibió presiones
directas del gobierno de Lula mientras transcurría el proceso por el
Mensalao?
Jamás.
¿No habló usted nunca
en secreto con el presidente Lula durante el proceso, no lo llamaron nunca
funcionarios allegados al presidente?
Nunca.
¿Nunca?
Nunca, jamás. Por supuesto, un juez debe reunirse con las
partes que disputan entre sí, escuchar a todos. Pero las reuniones con las
partes nunca fueron secretas. Y, esencialmente, hay una absoluta distancia
entre el hecho de reunirse con las personas que se enfrentan en un juicio a
obedecer a una de las partes. Podemos asistir a eventos protocolares con las
autoridades electas, pero nunca en secreto.
No lo llamaron dice
usted del gobierno, pero ante un caso de esa dimensión las presiones siempre
existen. ¿Qué tipo de presiones recibió durante este proceso?
Era natural que toda la prensa, toda la sociedad, encendiera
su mirada crítica, más curiosa, más aguda, más vigilante, sobre un caso de
esa trascendencia. Toda la sociedad, toda la prensa, internacional incluso,
lo siguió. Además, las sesiones del Supremo Tribunal son abiertas, públicas,
se transmiten por Internet, son televisadas, las cubren las radios y los
diarios. Todas esas emisiones eran en tiempo real. Los programas no eran
editados. Lo que ocurría se transmitía. Entonces durante cuatro meses muy
intensos, la sociedad fue vigilante, crítica, con el ojo encendido ante el
caso. Fueron cuatro meses. Para la dimensión del caso, todo fue rápido.
¿Qué piensa usted de
la prensa? Usted vivió el escrutinio de la prensa como nadie. ¿Le molestó?
Yo también llevé adelante en el Supremo Tribunal las
discusiones y el dictamen sobre la naturaleza y el rango de la libertad de
prensa en Brasil. La cuestión es simple. Se trata de respetar la Constitución
y nada más. De acuerdo a la Constitución brasileña, la libertad de prensa es
absoluta. Por eso en Brasil no hay leyes de prensa, basta con lo que enuncia
la Constitución. Hay un estatuto de prensa sí, pero no una ley. La ley de
prensa es la Constitución, y la libertad de prensa es un principio pétreo,
así lo denominamos. Es de piedra. No puede modificarse. La libertad de prensa
es un derecho individual y los derechos individuales son intocables.
¿Cuál es la relación
actual entre el Gobierno, la justicia y la prensa en el Brasil?
La prensa atraviesa su mejor periodo histórico en Brasil.
Tras la decisión del Poder Judicial de asumir el compromiso total con la
libertad de prensa absoluta que ordena la Constitución, hay total conciencia
de que una prensa plenamente libre es un imperativo constitucional y un
requisito vital de la democracia. Hay un vínculo umbilical entre democracia y
prensa libre. Se retroalimentan. Cuanto más se prestigia la prensa más se
tonifica y se fortalece la democracia y viceversa. La prensa vive hoy
su mejor momento histórico en Brasil, y por ende, la democracia también. La
plena libertad de prensa está en la Constitución: párrafo primero del
artículo 220. ¿Y qué es plena? Plena libertad de prensa significa que es completa,
íntegra, llena, monolítica. No hay grietas para la censura previa.
¿El gobierno militar
brasileño había suspendido “legalmente” la libertad de prensa?
La dictadura en Brasil había promulgado en 1967 una ley de
prensa. Era una ley orgánica de prensa, que operaba comprimiendo y mutilando
la libertad. Era una ley autoritaria y truculenta. Pero el Tribunal Supremo
en democracia decidió que esa ley militar de prensa fuera declarada
incompatible con la Constitución. Ese fue mi voto. Y se derrumbó toda la ley
de la dictadura. No hay nada, absolutamente nada de esa ley.
¿Pero qué sucede
frente a las calumnias o las injurias, por ejemplo?
Nadie le puede impedir a priori a la prensa o a las
personas que se expresen y que eventualmente se excedan. No hay ni puede haber mordaza
ninguna. Por supuesto, quien se exceda deberá responder a posteriori
legalmente por eso. Pero no hay impedimentos por anticipación. La
prensa habla primero, ese es el lema, y eso no se puede ni se debe impedir. Y
el Poder Judicial habla al final. Si lo que se expresa a través de la prensa
es judiciable, existirá una acción jurídica. Lo que está claro es que no hay
mordaza ninguna.
¿Cuál es entonces el
rol del Estado ante la prensa?
El Estado no tiene libertad de prensa.
¿Cómo es eso?
El Estado sólo puede querer lo que la ley quiere. La prensa no tiene
esa restricción. La prensa puede enunciar lo que fuera. Prensa es libertad.
¿Qué es libertad? Autonomía de la voluntad. El Estado no tiene autonomía en
esto. Repito: sólo puede querer lo que quiere la ley. El
Estado no puede hacer marketing de sí mismo. La prensa, sí. La prensa es
privada. Eso quiere decir que no hay, ni deben existir antídotos
específicos contra la prensa para impedir eventuales abusos. Todo está en la
Constitución. Y lo digo en términos poéticos: “no es por el temor al abuso que
se va a prohibir el uso”. La prensa eventualmente descomedida, el
Poder Judicial eventualmente descomedido, encuentran respuesta en la
Constitución, en el plano de las consecuencias, de la responsabilización. Es
que la vida enseña que no se le puede impedir a nadie que se exceda, pero
quien se exceda va a responder por los excesos.
¿Entonces no hay
prensa estatal?
El Estado tiene medios públicos, que son canales de
difusión estatal, aparatos de comunicación social, pero bajo ningún aspecto aparatos de
propaganda estatal. El Estado no puede constitucionalmente hacer
marketing de sí mismo. En Brasil, lo que denominamos específicamente prensa
son los medios totalmente privados. El Estado no puede hacer nada frente a
eso, ni debe hacerlo. Salvo conceder las licencias en el campo
audiovisual. Las concesiones son un pasaje hacia la iniciativa privada. Hay
reglas, claro. Las licencias en radio duran 10 años. Y 15 años para la
televisión, y pueden ser renovadas indefinidamente. De acuerdo a la
Constitución, el servicio público de la comunicación debe ser concesionado a
los privados.
¿Y cómo es el sistema
de difusión pública estatal?
Yo entiendo que estos medios públicos son organismos,
medios, aparatos, de comunicación social. Si toda prensa es comunicación
social, no toda comunicación social es prensa. Porque la prensa
informa bajo la perspectiva de formar opinión pública. El Estado solamente informa.
Solamente comunica. No puede tener la pretensión de formar.
No debe confundirse nunca propaganda con publicidad estatal. Publicidad es
tornar públicos los actos del Estado. La prensa en cambio puede formar, influir
en el curso de la opinión pública. La prensa es privada.
¿Cuál es la filosofía jurídica que rige para los medios
audiovisuales?
En Brasil es así. Como he dicho, no todos los medios son
sinónimo de prensa. La prensa es una parte de los medios.
Yo entiendo, como jurista, lo repito una y otra vez, que según nuestra
Constitución no hay prensa estatal. Hay medios estatales, pero no prensa estatal.
La prensa y el Estado son como el agua y el aceite. Lo voy a decir de otra
forma. Toda prensa es un organismo de comunicación social. Pero no todo
organismo de comunicación social es prensa. El Estado tiene sus
organismos de comunicación social, pero no son medios de prensa. Prensa es
libertad. El Estado no tiene libertad, no tiene autonomía de voluntad. Cada
persona tiene su voluntad individual. ¿Pero cuál es la voluntad del Estado?
¿El Estado tiene voluntad? Sí, pero no es una voluntad subjetiva, sino que es
la voluntad objetiva de la ley. El Estado sólo puede querer lo que la ley
quiere. La prensa, no. Prensa es libertad. ¿Qué es libertad? Autonomía de
voluntad. El Estado no tiene autonomía de voluntad. Sólo pude querer lo que
quiere la ley.
¿Y si la prensa opina
en contra de lo que ordena la ley?
Está en su derecho. Deberá eventualmente someterse a las
consecuencias jurídicas si las hubiera. Puede opinarse en contra de la ley,
pero no transgredir la ley, obviamente. La prensa libre es la base de
todos los valores: el desarrollo, la justicia, la libertad, la igualdad, la
legalidad. La prensa es la democracia y la democracia es la prensa. Son
siamesas. La savia más nutritiva de la democracia es la libertad de prensa.
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LOS MOLDEADORES DE HOMBRES
Introducción - Moldeadores de Hombres [i] Aquella novela de Vance Packard de principios de los 80s, se refería a las nuevas capacidades de la ciencia de controlar a la persona desde su cerebro, sentir y comportamiento social. El autor ponía la responsabilidad de su uso en la "responsabilidad ética" y ponía en cabeza de los "negocios" el riesgo de sucumbir a tal tecnología. El impacto social y político de una sociedad que diera rienda suelta a estas tecnologías podía ser devastador para el ser humano. Packard no vió el costado del "Derecho" como herramienta de sustentación de la tecno-ciencia. Tampoco vió que quienes "producen" derecho son los Estados y, en el mundo moderno, el mayor productor de derecho es Naciones Unidas. Parafraseando a Kelsen: el derecho en estos tiempos es lo que las comisiones de especialistas de Naciones Unidas dicen lo que el derecho es. Así, podría ocurrir que un derecho liberado de su referencia extra humana combinad...
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