La estrategia cristinista – Las opciones macristas

Aclaración: lo que sigue es una hipótesis basada en las observaciones que hacemos todos cuando seguimos las noticias. El grado de especulación que le asigno es el de interpretaciones plausibles.

El cristinismo retiene importantes cuotas de poder, principalmente en el Senado de la Nación pero, también, en la Cámara de Diputados. Cuenta con gobernadores y legisladores provinciales diversos. Cuenta con la Procuración General de la Nación y acaba de perder el AFSCA. Le corresponde la Auditoría General de la Nación.

Su poder le permite condicionar al Gobierno de Mauricio Macri de diversas formas. Designaciones de diplomáticos, ascensos en las Fuerzas Armadas. Designaciones en la Corte Suprema. Las designaciones en el Afsca cuando termine la intervención o del reemplazante de Gils Carbó si finalmente logran que se baje del barco. Cuenta con número para imponer presidencias de comisiones legislativas y hasta, llegada la sangre al río, desbancar al Presidente de la Cámara de Diputados.

¿Qué está haciendo el cristinismo con este poder? Si preveíamos un uso de neta oposición recalcitrante ya lo hemos podido comprobar en la Legislatura bonaerense donde al no concurrir los cristinistas, el oficialismo no consiguió los 2/3 necesarios para tratar el Presupuesto provincial, el plan de endeudamiento y la emergencia provincial. Y es un ejemplo nada más.

¿Qué propósitos pueden estar buscando con esta estrategia? En mi opinión, son varios los objetivos y guardan consistencia con la naturaleza del movimiento político cristinista y con las necesidades del cristinismo en el llano.
Un primer propósito es tener a la tropa agrupada, cohesionada. Así se la mantuvo cuando fueron gobierno: en luchas épicas aquí y allá. En el llano, sostener la guerra y las batallas en cada lugar es comprar tiempo de unión, especialmente en el Congreso de la Nación, dónde deberá evitar el cristinismo los intentos de fragmentación de parte del macrismo y del “otro” peronismo. Es la parte revolucionaria del movimiento.

Un segundo propósito es disputar el liderazgo peronista. La lucha por el liderazgo del peronismo no aparece aún en superficie y Cristina y su movimiento deben maniobrar buscando que los Massa, Urtubey y el peronismo clásico no terminen de amalgamarse. Para el 2019 hay candidatos interesantes que podrían buscar la presidencia por sí mismos sin pasar por el veto de Cristina. Seguramente querrá ser Cristina la candidata por lo que no debe dar espacio alguno al “otro” peronismo.

Un tercer propósito es la erosión, el desprestigio. Mostrándose recalcitrantes bloquean la gobernabilidad y obligan a Macri a estancarse esperando las condiciones ideales del republicanismo exigido por los impolutos, los sin mancha, como Nelson Castro, Morales Solá, Carlos Pagni, Fernández Díaz, Stolbizer y otros o, por el contrario, gobierna y lo hace a como sea, es decir, a decretos y posterior lucha en el Congreso. Es gobernar en las condiciones en las que está planteado el escenario o directamente no gobernar en aras de una utopía, de algo inexistente e inalcanzable en tanto el cristinismo no modifique su estrategia o pierda el poder que tiene. Esto último, podría ocurrir en el 2017 en la elección de medio término. Pero está por verse y no hay nada seguro en nuestro país.

Un cuarto propósito es la extorsión. Mostrando la capacidad de bloqueo y erosión, obligar al macrismo a negociar cargos y condiciones que quiten la presión judicial que pesa sobre Cristina, sus ministros y socios en el mundo de los negocios. No haber dado quorum en la Legislatura provincial y pedir una audiencia con María Eugenia Vidal podría encuadrarse en este propósito.

Un quinto propósito es el golpe. Los argentinos hoy hablamos más abiertamente que lo ocurrido en el 2001 y expresamos que fue un golpe al gobierno constitucional. El peronismo liderado por Duhalde, generó una situación de caos social ante la salida de la Convertibilidad. Lo ayudaron la Jueza Servini de Cubría y el silencio del arco peronista, gremialismo incluido. De la Rúa, debilitado por la anterior renuncia de su impoluto Vicepresidente, el inmanchable Chacho Álvarez y debiendo maniobrar entre su promesa de campaña de mantener la Convertibilidad y el caos económico devenido de la pulseada entre la realidad y lo imposible, terminó sucumbiendo y renunciando. De allí en más, asumió Duhalde, llamó finalmente a elecciones y la Corte Suprema dio por vencido el mandato intermedio que Menem debía dejar para volver a postularse. Con este fallo, si Macri y Michetti son forzados a renunciar, Cristina podría postularse antes que en el 2019, mejorando sus chances al no permitir que surjan oponentes del propio justicialismo y contando aún con buena imagen pública.

Cristina tendrá aliados por uno o por varios de los propósitos enunciados. Estos aliados pueden serlo en alianza concreta o por oposición principista que no relacionándose con el cristinismo, terminen ayudando a éste en alguno de sus propósitos. Pero ciertamente, las diversas izquierdas y el gremialismo de izquierda serán aliados del cristinismo, ya que están muy incómodos con un gobierno que categorizan de derecha-derecha y les vendría muy mal que tuvieran éxito. Sería un cambio sustancial en el panorama político argentino que, finalmente, una derecha exitosa dispute el poder con las izquierdas, con el peronismo y con el radicalismo.  ¡Inadmisible!

El gremialismo peronista será un medio aliado. Se retraerá en tanto no se toquen sus privilegios amenazados con un fallo de la Corte Suprema de pocos años atrás que tiene declarado inconstitucional al “modelo sindical argentino”. El fallo puede ser parte de una negociación o una confrontación. Asegún la situación será el uso que se le de. Por supuesto, las paritarias son el otro espacio de tensión: la pretensión de limitarlas podría terminar en conflictos que los ponga al sindicalismo en la vereda de enfrente.

Macri tendrá pocos amigos institucionales. Esto porque el arco opositor es grandemente cristinista e izquierdista. Los peronismos colaborativos por ahora no tienen grandes espacios de poder y además, están en búsqueda de sus propias identidades y clientelas. Y esto se logra desde posiciones críticas aun cuando sean moderadas respecto de las planteadas por el cristinismo.

Macri podrá contar con la gente aunque habrá que ver con cuál gente. Estando en ejercicio del gobierno, se cometerán errores, deberá retroceder en algunas cosas y avanzar en otras y así. Y entre los votantes de Macri hay un grupo de gente que, como los impolutos, cualquier cosa que vulnere sacrosantos principios personales, rompe con la alianza psicológica establecida anteriormente. Además, suelen hacerlo en forma ruidosa: debe quedar en claro a todo el mundo que los rodea que se equivocó, que él/ella no votó eso y bla, bla, bla.

Según Giacobbe padre anoche en el programa de despedida de Hora Clave, Macri cuenta con expectativas favorables del orden del 70% de la gente/país y del 80% en la provincia de Buenos Aires. Es decir, saltando al cristinismo, a los impolutos, a los gremios, a los tantos demás, la gente de casi todos los signos le da una chance al macrismo. La intermediación ya expuesta no es salvable institucionalmente, pero no debe perderse de vista las expectativas de la gente que ayuda muchísimo a la actuación del nuevo Gobierno.

Como verás, no la tiene fácil Macri ni María Eugenia Vidal. El Presidente ya dio muestras de que sí o sí va a gobernar aun bajo las chicanas que el sistema institucional les permite al cristinismo y sus aliados. Aún bajo la manifiesta desazón de quienes lo apoyaron en la campaña y ya se han bajado asustados por las batallas que se vienen: no debe salpicarlos una sola gota de sangre y con gente así no llegás ni a la esquina.

El flanco político Macri lo tendrá siempre recalentado y el enorme aparato mediático de la resistencia cristinista le pegará diariamente y nos pondrá en los dilemas éticos de que prometían esto y, jajajajaja, ocurre otra cosa. Es un juego perverso que debemos evitar, no entramparnos en tales consideraciones que tienen un solo fin, el fracaso más rotundo del gobierno de Cambiemos. Lo que pueda ocurrir de ahí en más, podés imaginarlo.

De fugas y de dudas

Aclaración: lo que sigue es especulativo en grado … especulativo.

>La desaparición de 3 delincuentes de un penal de máxima seguridad de la Provincia de Buenos Aires tiene tantas perspectivas de análisis que me centraré en solamente la duda y en la expresión de Aníbal.

>¿Se fugaron o “los fugaron”? Todavía no cierra del todo el relato de la fuga: de tan simple que es parece imposible de creer. Aún con todas las ineficiencias que pudiéramos aceptar como posibles. Convengamos que lo que tiene la gobernadora y la Justicia es un relato de los guardiacárceles, el cual puede ser cierto o ser una cortina de humo de un operativo de secuestro en una cárcel. Recordemos que ni siquiera hay videos. Y recordemos que las mafias existen y actúan. Y que las mafias tienen miembros civiles, policiales, políticos y judiciales.

>La expresión de Aníbal Fernández (“más vale que aparezcan vivos”), ¿ha sido una chicana de pésimo gusto o sabe algo más?

Hasta la próxima.






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